“Oh oh, come take my hand.
We’re riding out tonight to case the promised land.
Oh oh oh oh, Thunder Road.”
En 2016 se presentó en diversos festivales un cortometraje en el que se veía, a través de un plano secuencia de 12 minutos, a un policía que pronunciaba un discurso, en el funeral de su madre, que incluía bailar, cantar una canción de Bruce Springsteen y llorar angustiosamente. Aquel corto extraordinario, titulado como la canción de The Boss, estaba dirigido, escrito y protagonizado por el joven cineasta norteamericano Jim Cummings y fue galardonado en multitud de certámenes, como en Sundance y en SXSW. Su éxito motivó a su creador a expandir la historia.
Tras su presentación en diversos festivales, llega al Americana Film Fest la adaptación a largometraje de Thunder Road. La ópera prima de Cummings recupera al mismo protagonista del corto, el policia en duelo Jim Arnaud.
La película comienza con la escena del cortometraje, modificada ligeramente; tras ella, vemos el discurrir errático de Jim, divorciado recientemente, en plena lucha legal por la custodia de su hija y con problemas en su trabajo.
La cámara del Cummings realizador, con sus planificados planos secuencia, nos muestra los estallidos de ira y frustración del protagonista y su tormentoso esfuerzo por sobreponerse a sus desgracias, conectar con su hija y lograr cierta estabilidad.
La gran baza de Thunder Road, más allá de su solvente realización, es la portentosa interpretación de Cummings de un hombre que no está preparado emocionalmente para expresar sus sentimientos, incapaz de asumir su debilidad. Sus reacciones, entre torpes y patéticas, hacen que el film se balancee sanamente entre el drama y el humor.
En conclusión, Thunder Road es una historia emocional, hecha desde el corazón, que permite vislumbrar a un gran autor. Deseamos, por lo tanto, que Thunder Road sea la primera película de una larga carrera cinematográfica de Jim Cummings.