Serena apareció de la nada con cara de interrogación. Dejé que Amelie le contará toda la historia, y vi como la cara de Serena se transformaba en puro odio, asco y rabia.
-¿Pero como coño se atreve es imbécil? Vamos a denunciarle ahora mismo.
-Cálmate Serena, no hizo nada, sólo ganar el premio al novio del año.
-¿Cómo que no hizo nada?, por poco la viola Gisele .
-Lo se, creeme, siento lo mismo que tu hacia ese capullo, pero por suerte, no pasó nada. El karma existe, y estoy seguro de que no va a ser maja con Alex.
-Pero…
-Gisele tiene razón Serena. No quiero estropearle la vida a Alex por algo tan pequeño. Hemos roto, estoy libre y voy a empezar a quererme mucho más.
-Así me gusta.
Las tres nos reímos, fortaleciendo la promesa hecha hace mucho. Lealtad.
-Bueno, ¿y que era eso tan interesante que nos querías contar Serena?
Sus ojos soltaban chispas. Era evidente que aquello le provocaba especial ilusión.
-Bueno, aprovechando tu nuevo estado civil, y los acontecimientos de la fiesta, he pensado en crear un club sexual.
Amelie y yo nos miramos antes de estallar en una sonora carcajada.
-Cariño, sabes que te gusta el sexo, pero de ahí a eso…, estás un poco ninfómana.
-Que tontas sois. En muchas pelis americanas, los jóvenes tienen hermandades o clubs secretos. ¿Por qué no podemos tener nosotros uno?
-Básicamente porque las hermandades se hacen en la universidad, no en bachillerato. Segundo, esto es España, no existe eso.
-Justo por eso, el primer club secreto. Pensadlo, encontraremos un lugar, lo decoraremos a nuestro gusto. Habrá alcohol, habrá música, e intensas horas de placer. -hizo un pausa analizando nuestras caras que aun seguía sin convencer la idea. – Por ejemplo, yo quiero probar cosas nuevas, como el BDS, y que mejor manera que en un club. Haremos invitaciones e invitaremos sólo a quien queramos. Algo así como los clubs de swingers, pero para jóvenes.
De repente, me vino a la mente la tarjeta que del misterioso hombre que había conservado. Tenía una única palabra, la cual además de suscitar cierto escalofrío, tenía un aura enigmática que iba como un guante para ser el nombre de un club.
