Acabamos la primera semana del cybershow de comedia con un amigote ingeniero. Así podemos definir a Borja Nicolau, un cómico al que el coronavirus ha decidido fastidiar por partida doble. No sólo por el hecho de que se tenga que quedar en casa 15 días, sino también por haber sido poco tiempo después a que haya decidido dar el salto a dedicarse exclusivamente a la comedia.
Recientemente, ha dejado su puesto de trabajo como Product Manager en HP, con el objetivo de centrarse en su carrera cómica. Previamente, lo combinaba con su espectáculo “La hora de la verdad”, junto a Ritxi Olivé y Julen Axpe, en el Teatreaneu de Barcelona. También le hemos oído en el programa matinal de Flaix FM, donde hacía su sección semanal. ¿Cómo ha encajado este parón obligado por la cuarentena? Lo sabremos ahora.
En mala hora ha llegado el coronavirus, ¿no?
Sí y no. Por un lado, dejé el trabajo dos semanas antes de que estallara todo el tema del coronavirus y llega y te revienta la agenda. Es como saltar entre dos montañas y caes en medio. Encima han dado las ayudas a autónomos cuando aún no me había dado de alta. Por otro lado, me han salido otras oportunidades, como presentar festivales de show online y también he hecho mi show online que lo he llamado “Aperitivo de amigotes”. De malas situaciones hay que sacar su parte buena. De todas formas, ya tenía previsto invertir este tiempo en acabar de modelar mi futura vida de cómico, solo que lo iba a combinar con hacer algo de vida social.
¿Desde cuándo tienes esta vis cómica?
Lo que tengo de toda la vida es el gusto por hablar. Empecé a hacer radio con 16 años, pero ya de pequeño narraba partidos de muñecos y canicas. Luego descubrí que los monólogos me gustaban y, como era guionista de un programa de radio en el que retransmitíamos partidos de fútbol con un toque humorístico, me di cuenta que me gustaba escribir. Cuando dejé la radio, me apunté a un curso de monólogos y desde entonces ya llevo 4 años en el mundillo.
La semana pasada estrenaste el documental “El salto”, donde nos explicas como decidiste dejar tu empleo estable para ser humorista. ¿Cómo fue tomar la decisión de dejarlo todo por la comedia?
Es una decisión que iba madurando con el tiempo. Yo tenía un trabajo estable, bien pagado y que me gustaba, pero la comedia me tiraba más. Cuando se lo expliqué a mis padres, no saltaron de alegría, pero lo entendieron y me han mostrado su apoyo, porque al fin y al cabo es mi pasión.
Entiendo que tengan miedo, porque el mundo de la comedia y emprender, más concretamente, es muy incierto. Luego me quedo con algo positivo de lo que me ha dicho mi entorno. Me han felicitado por tener claro que es lo quiero en mi vida. Cuando vas a alguien, ya sea tu jefe, tu novia o tus padres, y les dices que quieres hacer un cambio en tu vida porque crees que es bueno para ti nadie te dice que no. Luego puede salirte mal, pero aun así habrás aprendido.
Háblanos de “La hora de la verdad”. ¿Cómo llegasteis a juntaros para montar esa locura de espectáculo?
De forma muy natural. Coincidíamos en un curso Ritxi, Julen y yo e íbamos a cenar después. Comentamos la idea de hacer algo juntos. Hicimos lluvia de ideas, íbamos a actuar juntos a micros abiertos y salió la idea. Mandamos una propuesta al Teatreaneu con la suerte que al día siguiente nos aceptaron la idea. Y ahí estamos, el 16 de abril cumpliremos un año y estamos preparando un especial. A ver si lo podemos celebramos.
Me han felicitado por tener claro que es lo quiero en mi vida
¿Cómo son los terceros tiempos del show?
Es una idea que nació del primer día. Como venían muchos amigos nuestros, pensamos que debíamos ir los tres con ellos a un bar para no separarnos y así hacer resumen del estreno. Nos gustó la idea y decidimos hacerlo siempre al acabar el show. Es una manera de tener feedback real de la gente y de paso hemos forjado buenas amistades. Hace tres semanas, fuimos a una calçotada con una pareja que estuvo en primera fila un día y en el tercer tiempo nos invitó. Fue muy bonito.
¿Crees que no cuentan toda la verdad sobre el coronavirus?
Yo creo que no. Parte del rol de un líder es saber gestionar bien la información para sacar lo mejor de todo el mundo. Creo que es importante dar la información necesaria para que no cunda el pánico y estemos suficientemente informados.
¿Recuerdas alguna anécdota que te haya pasado en algún bolo?
Recuerdo uno que llegamos y vimos que en primera fila solo había niños de 10 años. El problema es que no tenemos chistes de Doraemon. Afortunadamente, había padres al final y pudimos seguir con tranquilidad. Luego hubo otro en que tenía una heackler (persona que sabotea en los monólogos) que no paraba de contestar a todos mis chistes. Le hice un par de zascas, pero no aun así seguía. Decidí subirla al escenario para que hablara ella y ahí se calló. Cuando volvió a su asiento le dije “¿Te parece difícil hablar aquí arriba, ¿no? Pues imagínate contigo abajo”. Fue una manera de salir del paso y conseguir tener un bolo tranquilo. Luego hablé con esa chica y quedó todo bien entre los dos.
¿Qué gag nos harías para amenizar la cuarentena?
Pues mira, ya que el coronavirus no nos deja viajar, voy a decirte que algo bueno que tiene es que vamos a evitar coger vuelos “low cost”, que son como un concursante de Gran Hermano: van con un poco de retraso.
Test confinamiento:
¿Qué echas de menos de salir a la calle?
Ver a mi novia.
¿Con quién lo estás pasando?
Mis padres y mi hermana. Me he quedado a 7 días de independizarme.
¿Has empezado un nuevo hobbie?
Estoy leyendo más de lo habitual.
¿Qué fue lo primero que compraste en el super?
Arroz, champiñones y berenjenas. Porque me encanta el risotto de champiñones de berenjenas
¿Has empezado alguna serie?
No, porque no soy de ver series. De hecho, no veo ni televisión.
¿En qué inviertes las 24 horas que te toca pasar en casa? Ahora mismo, en construir las bases de mi futuro. Estoy pensando en dirigir cursos de comunicación. También estoy escribiendo monólogos y muchas redes sociales.
