El escritor e ilustrador Jorge García (@jota_studio) presenta su novela, un híbrido entre novela y novela gráfica, “Yo a ti tampoco“. A pesar de que todo el centro de atención se centra en un romance gay, la novela BL española habla de la desaparición de una compañera de Jeime. Una novela con más giros que una noria que te atrapará.
¿Cuánto tiempo has tardado en escribir y dibujar esta novela, “Yo a ti tampoco”, Jorge García?
Pues escribir realmente fue súper poco, porque como está basado en mucho de lo que yo escribía en tercero de la ESO, yo creo que, a lo mejor, no te miento, dos o tres meses estaba listo el manuscrito de principio a fin.
Lo grande fue luego hacer todo el tema de la ilustración, sobre todo porque había mucho, mucho vaivén, mucho cambio, primero un estilo, luego otro, qué se ilustra, qué no se. Ilustrando estuve dos o tres años.
“He dedicado dos o tres años en ilustrar mi novela” – Jorge García
Porque claro, había veces que de repente tenía que borrar todo y empezar en otro estilo diferente. Y cuando ya se presenta editorial, el proyecto ya llevaba un año y medio en proceso. Entonces, claro, al estar con editor, ya de repente entra otro feedback, dices venga, vamos a hacer esto, esto otro.
“Quería hacer mi propia historia”
¿En qué momento de tu vida empiezas a escribir esta historia?
Yo tenía claro desde hace tiempo que quería hacer mi propia historia. Llevo como diez años o así ilustrando para otros autores y siempre tenía ahí como que la mosca de decir quiero también ilustrar alguna de las mías.
Porque yo siempre también he escrito historias, lo que pasa es que la gran mayoría las hacía para mi canal de YouTube. Entonces dije venga, voy a sentarme, voy a escribirla.
Empecé a escribir otro proyecto más fantasioso que yo tengo en mente, pero dije quiero escribir sobre algo que conozca. Y apareció el diario de tercero de la ESO y dije ya está, de esto tengo que escribir, de esto tengo que hacer la historia.
Jorge García, ¿Qué había en el borrador de tercero de la ESO que dijeses “ostras, esto lo puedo recuperar”?
Pues fue la meditación sobre la pérdida, que realmente la pérdida puede darse en un montón de contextos. Recuerdo que en primero de la ESO encontré lo que por primera vez eran para mí amigas, y en segundo o tercero hubo una de ellas que se mudó a otro pueblo.
Entonces, claro, fue como procesar esa pérdida, procesar el que ya no la ves todos los días y procesar esa descomunicación de decir es que ni siquiera la tengo en WhatsApp o en Instagram ahora mismo. Es como si hubiese muerto o hubiese desaparecido.
“Sentí la pérdida cuando una amiga se fue del instituto”
Jorge, ¿Por qué has decidido no hacerle un nombre a un pueblo?
Porque creo que hay muchas experiencias que son muy universales, como por ejemplo el amor de Romeo y Julieta. Quiero decir, han pasado años y años y sigue siendo algo que experimentamos, esa locura de amor loco y romántico.
Y me parecía también una experiencia universal en la vida de los adolescentes queer en pueblos de lo que es la España vacía, desde lo que se te pueda escuchar por las calles, el hecho de que todo el mundo se conozca.
“He buscado la contradicción” – Jorge García
En el Gran Gatsby siempre dicen que las fiestas cuanta menos gente tienen, menos íntimas son porque todo el mundo se entera. Entonces, pues, lo mismo pasa en los pueblos.
Me encanta el realismo mágico, me encanta el tema de los secretos y los dobles sentidos. El pueblo se llama “El pueblo rodeado por nada” y, sin embargo, luego después te hablo del mar de oro, que es lo que rodea al pueblo. Entonces hay como que mucha contradicción que también me gusta.
¿Cómo se construye una pérdida?
Creo que esa es la gran pregunta de cómo escribir cualquier tipo de crimen o de desarrollarlo. Creo que lo más importante es tener claro qué es lo que ha pasado desde el principio. Tener muy claro cómo ha pasado todo y después olvidarte de ello y decir “vale, de esto qué es lo que sabe mi personaje y de qué forma quiero que se vaya enterando”. Entonces, es lo que tú dices, es ir dando miguitas.
Ha habido gente que lo ha adivinado desde el principio, lo cual a mí me sorprende muchísimo. Pero sí, creo que es tenerlo todo muy bien estructurado y saber un poco qué piezas dar.
“Ha habido gente que lo ha adivinado desde el principio”
Jorge García, ¿te molesta que en el primer segundo ya sepan todo lo que ha sucedido y no tengan que leerse el final?
No, no me molesta. De hecho, también me hace ilusión porque no sé, me gusta que la gente que me lee es gente muy inteligente o muy lista, pero tampoco es que tengas que ser muy inteligente o muy listo para adivinar todo lo que pasa.
Pero sí que es verdad que muchas veces, cuando haces historias con un secreto, al final tienes el miedo de que lo hayas escondido tanto que sea superinverosímil cuando se revela.
Y el hecho de que haya gente que lo haya adivinado, por otra parte, me viene bien porque digo “Vale, lo estaba construyendo bien”.
Jorge, tu personaje protagonista, Jeime, no solo sale del armario, sino que además se autoacepta, con todo lo que eso conlleva de lágrimas, porque bien que se hunde un buen rato. ¿Por qué has querido contar esta evolución?
Pues han sido dos razones, realmente. Una de ellas es la evolución propia que he tenido yo después de ese primer amor que muchos experimentamos, que suele ser catastrófico porque lo deja todo patas arriba.
“Es la evolución propia que he tenido yo después de ese primer amor”
Y, por otro lado, sí que es verdad que hay una tendencia en la literatura LGTB, en la literatura queer, que es o ser extremadamente triste o ser completamente ficticio y superfeliz, que oye, ojalá avancemos hasta un punto.
Al final del día, el LGTB es un movimiento muy activista y lucha por unos derechos, y se pretende que las historias de romance gay tengan finales felices y los personajes tengan futuros felices.
Me gustaría poder escribir un final feliz de cuento, pero a la vez quería ser fiel a una historia real, a una historia que muchos de nosotros hemos vivido y que muchos de nosotros hemos aprendido este piquito de amor propio a base de relaciones así.
Quería dejar bien explicado cómo quererte a ti mismo por encima de lo que te pueda querer otra persona, o por encima de las expectativas o del romanticismo que vemos en todas partes. Nunca he visto un medio en el que digan “Mira, te ha pasado todo esto, pero ha sido por un bien mayor que aprendas esto otro”.
“Quería que la gente entendiera que Jeime era un personaje incomprendido”
La desaparecida en esta historia es Carlota, pero tus protagonistas son Jeime y Otis. Explícame por qué el nombre más normal, corriente de toda la novela, es la que no está, y por qué los otros dos tienen nombres tan raros.
Fíjate que hay gente que hace realmente juegos enormes para los nombres. ¿Pues cómo va a quedar el ship entre dos personajes? ¿Cómo les llamo?
En mi caso, te juro que fue tan sencillo como coger a personajes que había en mi vida real, coger la inicial de sus nombres Ÿ y sacar otro nombre con base en esto. Entonces, no hay muchísimo más secreto por debajo de esto.
Sí que también te podría hablar de que Jeime es un nombre extraño, porque no es Jaime, no es Jaume, como en catalán, me parece. Quería jugar mucho a algo que hacen, también, la película de los mundos de Coraline.
Justo en esa película la protagonista se llama Coraline y todo el mundo la llama Caroline. Y es la forma en la que tú tienes de entender en la historia que ella es una incomprendida porque nadie se aprende su nombre. Entonces quería imitar a Neil Gaiman con ese recurso literario.
Pensaba que era porque el nombre de pareja iba a ser Jotis, en honor a la jota aragonesa, por lo de la España vaciada, nada más.
(Rie) Ay, Dios, sería increíble, voy a empezar a decir eso a partir de ahora.
“Jeime me ha servido muchísimo para entenderme a mí” – Jorge García
¿Jeime, qué simboliza para ti este personaje, Jorge?
Pues fíjate, muchas veces, cuando vas a ayuda profesional, a un psicólogo o psiquiatra, terapeuta, uno de los ejercicios más comunes es el de salir de ti y verte en ciertas situaciones para tener compasión y para entenderte en una tercera persona.
Y ha servido muchísimo para entenderme a mí como tercera persona. Alguna crítica que he leído del libro es que creen que el personaje de Jeime tiene decisiones como que muy extrañas, muy impulsivas o tóxicas incluso a veces.
Y precisamente creo que eso es algo que identifica muchísimo a alguien adolescente, a alguien que comete errores y que no por ello tienes que torturarte. Que parte de lo que es amarte a ti mismo y entenderte a ti mismo y soportarte a ti mismo durante tu vida es el entender por qué has cometido estos errores, entender que son errores.
“Quería personajes grises”
¿Y de Otis, Jorge?
Otis está muy basado en la expectativa. Sí que es verdad que nace de una persona que estuvo en mi vida, pero mutó muchísimo en cuanto a una expectativa, en cuanto a otra gran parte del colectivo queer de hombres que están dentro del armario, que tienen a lo mejor más presión en su vida.
Y contar un poquito también cómo es la realidad de esta gente y el cómo sufren realmente, aunque ellos también sean verdugos, ellos también están en un sufrimiento. Eso es algo que desde el principio tenía muy claro.
Quería personajes grises, no hay buenos ni malos, todo el mundo tiene un montón de complejidad por dentro.
Cambiando de tema Jorge García, debió ser difícil explicarle a tu editor que tu novela tiene un híbrido entre novela e ilustraciones.
Al principio, cuando yo empecé a mandar el manuscrito, la respuesta que daba era que “pues mira, yo me lo imagino así, porque yo tenía muy claro desde el principio que quería fusionar los dos tipos de códigos”. Hubo un par de editoriales que sí que me lo mencionaron, me dijeron de hacerlo todo texto, con alguna ilustración, y hubo otra que me dijo de hacerlo todo en novela gráfica.
“Desde el principio que quería fusionar los dos tipos de códigos”
Te digo, yo nunca había escrito un libro, pero yo ya había ilustrado. Entonces, a raíz de eso dije por favor, igual puedo conseguir más contactos. Y desde el principio mi editora, Irene, en cuanto lo vio, dijo “no, no, no, esto tiene que ser escrito y novela gráfica, las dos cosas a la vez”.
Sé que es un formato extraño, sé que es un formato que no solemos ver y apostó en ello desde el principio. O sea que estoy súper agradecido con ella, de verdad.
Tan claro que llegó un momento en el que dije mira, si no consigo ningún tipo de propuesta literaria autopúblico yo.
“Llevo dos meses trabajando en alguna cosilla”
Entonces, Jorge, te pregunto, ¿crees que este ADN tan curioso de mezclar estos dos mundos, que además es un poco a lo Hannah Montana, porque ilustras y escribes, crees que se va a mantener en tus siguientes obras?
Sí, sí, desde luego. De hecho, llevo ya un par de meses haciendo alguna otra cosilla y es que no lo concibo de otra forma. Creo que hay veces que hay muchas cosas que me gusta muchísimo comunicarlas mediante texto y con las herramientas que las palabras tienen. Y hay otras cosas que necesito poner un color.
Hay una escena concreta en la que Jeime sale del armario y su madre lo rechaza. ¿Ha sido complicado trabajar este momento para evitar que yo, como lector, sienta rechazo por este personaje?
Sí, totalmente. Además es que como es algo que bebe muchísimo de mi propia historia, yo sabía que mi madre iba a leer este libro y que iba a entender cosas que a lo mejor no había entendido de antes.
Pero realmente es que vuelvo a lo mismo que te decía antes, creo que en la literatura queer tenemos o casos extremos que son reales, en los que los padres y las familias abandonan a las personas disidentes y de repente tenemos en el otro extremo a padres que de repente son los mejores, te quieren muchísimo, de hecho lo sabían antes que tú y te apoyan desde el principio.
“Quería una madre dispuesta a aprender” – Jorge García
Y es que yo no conozco a ninguno de los dos casos, por suerte estoy más cerca del primero, que es más triste, pero la gran mayoría de casos que conozco han sido siempre como que con mucha reticencia.
Quería a una madre así, quería una madre dispuesta a aprender, a una madre que pide perdón, a una madre que dice yo pensaba que lo estaba haciendo bien para ti, pero me he dado cuenta de que no. Pero vuelvo a lo mismo, cometemos errores, aprendemos de ellos y eso me parece precioso.
¿Para el 2026 tenemos la siguiente novela?
Me encantaría muchísimo.
¡¿Me vas a hacer esperar dos años, Jorge?!
Estoy me estoy tomando el verano un poco con calma. Mentira, seguramente en cuanto vuelva de vacaciones me pondré como un loco a eso.
No sé decirte fecha, de verdad que me muero una fecha, pero pero me encantaría que cuanto antes. Lo que sí que te puedo decirte es eso, que estoy trabajando en más cositas.
“Esta novela me ha enseñado a tener orden”
¿Qué has aprendido como escritor de cara a tus siguientes trabajos, Jorge?
Muchísimo orden. Hay veces que soy muy caótico. Creo que cualquier persona que haga algo gráfico tiene un montón de archivos en su ordenador llamados “Asth” y cosas así.
Creo que tener un orden, principalmente porque luego vas a tener que trabajar con un montón de departamentos, con alguien que corrija el texto de las ilustraciones, con alguien que las maquete, con alguien que las prepare para imprimir.
Es sobre todo muchísimo orden y también un poco de hacer los deberes. Cuando vas a escribir sobre una cosa, infórmate sobre ella. Estuve entrevistando un montón de chicas trans para el papel de Alma, ya ves tú, es un personaje secundario, pero quería hacerlo bien y leer mucho sobre el género que estás escribiendo para no caer en tópicos, para saber qué cosas funcionan.
“Todas las historias que nacen en mí”
¿Para tu siguiente novela seguiríamos teniendo personas del colectivo LGTBIQ, Jorge?
La verdad es que me daría muchísima pereza, de manera personal, volver a hacer una historia que sea como que heteronormativa. No tengo nada en contra de ellas, disfruto muchísimo de ellas. Lo que pasa es que todas las historias que nacen en mí son con gente que o se parece a mí o se parece a mis amigos. Entonces te puedo asegurar una gran cantidad de pronombres en mis futuros trabajos.
¿Cuál de todas estas pedazo de ilustraciones que te has pegado ha sido el último que has terminado porque no te acababa de encajar?
Vale, a ver, creo que la última que llegué a hacer, tengo yo por aquí el libro, pero creo que justo esta página, la 95, cuando Jeime está yéndose de la floristería. Todo ese capítulo en general fue el último que hice, porque se rehico ese capítulo al completo como seis o siete veces.
Al principio eran los colores, luego eran las composiciones, quería más de una cosa, quería más de otra, la floristería me gustaba, no me gustaba. Hice una floristería como muy victoriana y luego dije “Jorge es un pueblo de Castilla y la Mancha, ¿como va a ser una floristería victoriana aquí?”.
“Quiero que tenga la tipografía de las Witch”
Tengo una pregunta muy de mierda, pero cuando se hacen cómics, ¿por qué todos tenéis la misma letra, Jorge García?
Todos los cómics tienen la misma letra. Sí, o sea, hay muchos cómics que de repente los autores o editores o maquetadores o diseñadores dicen pues no nos apetece poner esta letra.
Lo que pasa es que creo que hay como que mucho consenso y cuando piensas en un cómic tú ya piensas en esa tipografía y de repente es la única que te pega. En mi caso, yo es que bebía mucho de unos cómics que se llaman Witch. Cuando empecé a hacerlo dije que quería que sea también parte de cómic y quiero que tenga la tipografía de las Witch.
Además luego cuando lo llevas a editorial, claro, las editoriales tienen que utilizar tipografías que puedan usar, porque muchas tienen copyright, derechos de licencias de autor y tal.
“El romanticismo es algo que consumimos diariamente”
¿Es decir, hay alguna evolución tuya, Jorge, que dijeses esto es lo que me motiva para escribir esta novela?
El romanticismo es algo que consumimos diariamente y que nos influencia muchísimo más de lo que creemos. Y creo que tenemos un problema pensando que las relaciones de amor reales funcionan como el romance en la ficción.
Romeo y Julieta se estudia muchas veces como una sátira y como una burla hacia el amor. Y creo que yo también quería explorar un poquillo eso, lo triste que puedes llegar a estar, lo bien que puedes llegar a estar, lo inestable y lo mucho que te puedes olvidar de lo que te gusta y de lo que y de tus aficiones y tus amigos, y todo por una obsesión a la que llamamos romance.
Y luego el tema del misterio fue naciendo poco a poco, que dije o sea, a lo mejor llevaba medio manuscrito escrito y dije es que estoy metiendo misterio porque claro, no sabe dónde está la amiga.
“Me inspiré en el trabajo de color de Jordi Lafebre”
Vale, hablemos de la paleta de colores, porque sé que a los ilustradores os gusta mucho hablar de estas cosas. Jorge, ¿cómo has querido trabajar los colores?
Al principio cuando empecé a dibujar estaba un poco como que sin dirección artística y trabajaba muchísimo más el volumen, hacía como que como un intento de 3D incluso. Pero más adelante lo paré y quise mantener el color simple, para que cada viñeta tenga una paleta de color de dos o tres colores como máximo. Luego ya añado sombras y luces.
Entonces a raíz de eso puedo jugar muchísimo con qué es lo que sienten los personajes en base a los colores. De hecho, hay veces que es que se me va muchísimo la pinza. En la tercera parte del libro hay páginas que tienen todo el fondo azul y Jeime es completamente rojo. No tiene ningún tipo de sentido.
Entonces sí, además es que encontré la novela el trabajo de un autor e ilustrador que se llama Jordi Lafebre, que también hace muchísimo eso.
“No me cabe la idea de escribir la novela des del punto de vista de Otis”
¿Cabe la posibilidad de que en algún momento publiques, aunque sea en un blog, en alguna página web, en algún sitio “The art of Yo a ti tampoco” by Jorge García, en el que cuentes todas estas cosas?
Me han pedido eso y me han pedido un retelling de la historia desde el punto de vista de Otis. Lo segundo no lo veo tanto, pero lo primero a mí tengo tanto material, tengo tanta ilustración que no ha salido, tantos bocetos, tanto todo, que no lo descartaría para nada.
De hecho, ahora estoy haciendo ferias, de vez en cuando voy a algunas ciudades y pongo una pequeña mesita para vender el libro y firmar autógrafos y tal. Y sí que llevo tiempo pensando en hacer a lo mejor un mini librito con todos los retales y alguna que otra sorpresita que pueda hacer.
Para acabar, ¿Te quería preguntar, Jorge, qué pregunta no te han hecho en esta entrevista o en una entrevista en general sobre tu novela y te gustaría responder?
Pues fíjate que ha habido una cosa que me han comentado pero nunca me han preguntado para poder desarrollarlo y es si Jeime tiene un trastorno alimenticio.
Pero realmente fue algo que quitamos de un principio, que se había elaborado muchísimo más y dijimos “Mira, no tenemos hueco para hablar también de esta movida en esta novela, queremos centrarnos en el romance gay y tal y cual”.
Pero sí que es verdad que ha habido gente que en base a cómo trata Jeime a su propio cuerpo y cómo se relaciona con la comida y con cómo es percibido, que me lo ha llegado a decir. O sea, es algo que me ha sorprendido muchísimo porque yo había eliminado de la novela y ha habido muchísima gente que ha entendido tanto al protagonista que me ha dicho “Oye, este protagonista se lleva mal con la comida y con su cuerpo”.
