¿Qué has tenido que renunciar, por ejemplo?
Renuncié a la carrera que estaba haciendo, era complicadísimo compaginar esa profesión con la música. Pero lo más duro fue renunciar a vivir en el pueblo en el que quería vivir, que es Getxo. Renuncié a pasar tiempo con mis amigos o a tener una relación sana con alguien con horarios normales, te pierdes bodas, cumpleaños o conciertos de amigos. Ganas otras, pero vives a contracorriente.
“En mi caso es acompañar a la gente y por eso digo que tengo una responsabilidad”
¿Paula Mattheus, crees que cuando eches la mirada hacia atrás y pienses en todos estos sacrificios, crees que habrá valido la pena todo esto?
Yo creo que sí, pero por un motivo, porque creo que todo lo que estoy contando es algo que me molesta. Pero para las personas que te hablaba, y que les afecta, sé que se sienten orgullosas de mí, me quieren mucho y me apoyan mucho.
Todo lo que hago es por mí y por ello, cuando veo en los conciertos a las personas, escucho las historias que han montado al rededor de mis canciones y lo que me cuentan, pienso que estoy haciendo más bien que mal.
Tengo un amigo que es creyente, tengo que decir que yo soy agnóstica, un día que estaba de bajón, llorando en casa, me dijo “de toda la gente que hay en el mundo, te ha tocado un don y tienes que aprovecharlo para hacer bien a la gente“. Al igual que hay personas que su don es salvar vidas, en mi caso es acompañar a la gente y por eso digo que tengo una responsabilidad.
