¿Consideras que has tenido suerte al recibir la varita de Aitana y de repente entrar en la industria musical?
Una parte de suerte si la hay, porque sin Aitana no hubiera atrevido a sacar la canción, pero, por otro lado, no olvidemos que muchas cosas que he tenido que tener en cuenta, como buscar una música que encaje y llegue al público y que puedan sentirse identificados.
Está claro que, por suerte o desgracia, me he ahorrado el tener que luchar durante años para conseguir ese éxito y me llegó con mi primer tema. Entonces, creo que sí hay suerte, pero no lo es todo en mi carrera, un artista no puede vivir con apenas un tema.
Entiendo, supongo que después de un primer tema, lo que te puede preocupar es saber qué hacer después para no ser un artista de solo una canción. De hecho, de todo esto hablas en tu sencillo “La broma de mis sueños“, ¿fué una broma?
(Ríe) Esa canción es un viaje en el que te explico como me ha cambiado mi vida, de las cosas buenas y malas que tiene el dedicarse a la música y en el vídeo que hicimos, en el que se me ve de gira, en conciertos, refleja ese camino hasta aquí.
Le puse ese nombre porque no me creo que me esté dedicando a la música, al principio no me lo tomaba como una meta alcanzable.
“Un artista no puede vivir con apenas un tema”
¿Crees que el hecho de que no te lo tomes seriamente, a pesar de que obviamente tienes que hacerlo, hay mucho esfuerzo detrás de cada canción, pero el hacerlo de esta forma te ha ayudado a trabajar más cómodo?
Soy yo que me lo tomo de alguna forma, en broma, pero no puedo hacerlo, porque hay mucho trabajo detrás y es mejor tomártelo de esta forma para que no sientas esa presión que hay detrás. Algo que sentimos los artistas y de esta forma me evito pensar en que mi vida es una rallada por la música, a los problemas que pueden surgir.
A pesar de que me lo sienta en broma, soy muy profesional y así se disfruta más, o eso creo yo, que se disfruta más de cada paso que se da.
