Fernando Castañeda dirige esta elegante pieza que gira entorno a una puesta en escena y desarrollo teatralizado combinado con fotografía de película antigua.
El set simula un naufragio en medio de un mar de cortinas azules por el que navega en playback hasta el segundo escenario: la superficie, y esta vez, el mar de cortinas va alrededor de su cintura a modo de una larga e impresionante falda.
Al final de la canción, que ha producido Luis Muñoz, escuchamos la frase a la que hace referencia la bombilla que se apaga al comienzo, – aunque ya no esperas nada, iluminas hoy las calles de Madrid- termina el monólogo y se cierra el telón azul metálico.
“Elegí Delfín para titular el disco, por el trasfondo y concepto que tiene su letra”
Se trata de una canción que habla a través de la metáfora del delfín y muchas otras, (marítimas y no marítimas) de un resurgimiento emocional. Un paralelismo de un concepto que me fascina: el kintsugi: Una técnica japonesa mediante la cual se reparan las piezas de cerámica rotas, con resina o polvo de oro. La pieza fracturada se convierte en algo más bello y valioso. Convertirse en delfín es todo un proceso, pero merece la pena”
