Mar Montilla: “He querido plasmar a todo tipo de mujer en esta novela y lo que nos une, que es la resiliencia y la fortaleza”

La escritora Mar Montilla leyendo "El secreto de Adela"
La escritora Mar Montilla leyendo "El secreto de Adela"

La escritora Mar Montilla publica su quinta novela. El secreto de Adela es una trama de apasionantes intrigas, giros repentinos, en dos líneas temporales diferentes, cuyo foco se centra en la Guerra Civil española y la resiliencia de las mujeres en el paso de las décadas.

Mar Montilla reconoce a YOUNG que esta novela podría no haberse publicado jamás, porque la misma autora sentía la dificultad suponía escribir una novela de esta envergadura.

Puestos a sumar elogios a la historia, El secreto de Adela se ha convertido en la primera novela publicada por una autora española en la editorial Newton Compton Editores.


Mar Montilla, bienvenida a YOUNG, gracias por regalarnos esta tarde y dejarnos acompañarte por este barrio para descubrir los escenarios de El Secreto de Adela. Para empezar a conocer esta historia, primero, ¿qué es lo que te impulsó a escribir esta historia?

Todo esto me vino porque estaba muy en contacto con la cultura marroquí. Descubrí que la visión sobre la participación de los soldados marroquíes en la Guerra Civil española es muy diferente a como se explica en España y en Marruecos.

“La Guerra Civil española se explica de forma muy diferente según quién te lo explique”

Esto me llamó la atención, ya que en las novelas y películas que he visto, los soldados marroquíes suelen ser retratados como personas salvajes y sanguinarias, contratadas como sicarios. Sin embargo, yo conocía bien esa cultura y sentía curiosidad por la Guerra Civil.

Comencé a investigar, motivada por anécdotas que me contaron y por mi interés en autores como Almudena Grandes. Así, empecé a crear una historia en la que incluí a un personaje marroquí, un soldado, para abordar las injusticias que enfrentaron. Estos soldados eran personas pobres que huían de la sequía en el Rif y se alistaban para sobrevivir.

“Me motivó narrar las injusticias que vivieron los soldados marroquíes en la Guerra Civil”

A medida que investigaba sobre la Guerra Civil, me di cuenta de que necesitaba entender primero la República. Descubrí temas fascinantes, como las Misiones Pedagógicas, donde intelectuales llevaban cultura a las aldeas, y la lucha de Clara Campoamor y Victoria Kent, quienes lograron que las mujeres pudieran votar en 1933. Aunque después de la guerra la dictadura borró muchos avances, esas historias me inspiraron y enriquecieron mi proyecto.

“Íngrid es un personaje inspirado en mi hija”

Portada detalle de "El secreto de Adela"
Portada detalle de “El secreto de Adela”

Mar, en esta novela tenemos tres hilos: Adela en vida, Adela en diario y correspondencia e Íngrid en la actualidad, ¿qué historia es realmente la primera que sentaste la base de esta novela?

La primera imagen que me vino a la mente fue la de una chica tradicional, sumisa e inocente, que no sabe nada de la vida. La visualicé enfrentándose a una serie de eventos que la ayudarían a evolucionar, pero quería conectar su historia con el presente. Así, se me ocurrió que alguien encontrara un diario, un recurso que me resulta muy familiar, ya que siempre he escrito en cuadernos personales.

“De las tres historias, la que más estable se ha mantenido ha sido la vida de Adela”

Desde entonces, he trabajado en varias versiones de la historia, tanto de Ingrid en el presente como de su pasado. Comencé a escribir hace tanto tiempo que, cuando creé a Ingrid, que está inspirada en mi hija, ella tenía 16 años; ahora, con 28, su personaje ha evolucionado. Aunque no he estado escribiendo continuamente, el proceso ha sido irregular, con diferentes versiones de Ingrid y de la relación entre ella, su abuela Trudy y su madre.

De las tres historias, la que más estable se ha mantenido ha sido la vida de Adela, siempre he tenido claro qué quería hacer con ella, mientras la trama de Íngrid con su abuela Trudy era algo que ha ido mutando a lo largo del proceso de revisión, escritura o revisión. Es que ha sido un proceso muy largo.

Hay cosas que se han mantenido desde el principio intocables, pero ha habido giros en la trama que no estaban planteados al principio y que sobre la marcha han surgido. Y luego hay otros que se han añadido sugeridos por la editorial con buen criterio.

¿Cuánto ha durado el proceso de revisión de El secreto de Adela, Mar Montilla?

Vamos a ver, es que ha sido más complicado aún de lo que se podría imaginar nadie.

Durante el confinamiento en 2020, di por finalizada la primera versión de mi novela El secreto de Adela. La envié a una agencia literaria con la que había estado en contacto anteriormente y en la que confiaba. Me proporcionaron un informe de revisión, es decir, un análisis de lectura de mi manuscrito.

“No me aceptaron la novela al principio”

¿Qué es eso de un informe de revisión?

Pues es cuando alguien experto lee la novela y la analiza a fondo. La finalidad de este, es decir, los puntos fuertes y los puntos débiles de tu obra. También te recomienda qué cosas se podrían mejorar o cambiar.

A partir de ese primer informe de lectura, si vas a través de agencia, se decide si te va a representar o no. Entonces hubo un primer informe de lectura en una agencia que finalmente no aceptó el manuscrito.

La escritora Mar Montilla
La escritora Mar Montilla

Esto provocó que me desanimara por completo y pensara que había perdido toda esperanza en luchar por mi historia. Finalmente, la dejé aparcada y consiguió hacerme creer que no valgo para escribir en absoluto.

“Me hicieron creer que no servía para escribir” – Mar Montilla

¿Qué fue lo peor que te decía para ser tan malo?

No me dieron toda la información con mucha delicadeza, pero sí me hicieron ver que, al ser Ingrid una adolescente, la novela se percibiría como dirigida a un público juvenil, algo que no quería. Mi intención era que fuera accesible a un público más amplio, aunque los adolescentes pudieran leerla.

Además, me señalaron que estaba tocando demasiados temas, desde la República hasta la Guerra Civil y la posguerra, lo que hacía que la historia se volviera demasiado extensa y dispersa. Necesitaba acortar y concretar, eligiendo algunos temas clave en lugar de intentar abarcar todos.

¿Qué pasó entonces, les hiciste caso y cómo has terminado publicándolo?

Pasaron los años y entré en crisis como escritora. Hubo un tiempo en que estuve meses sin tocar la novela, sin querer leer el informe de la agencia. Pero había una voz en mi cabeza que no me dejaba en paz, insistiendo en que siguiera adelante.

Un día, decidí retomar el trabajo. Recuerdo que, después de esa rabieta de pensar que no servía para escribir, sentí miedo al sentarme frente al ordenador. Pero me dije que debía hacerlo y ver qué pasaba.

“Dejé pasar los años hasta reencontrarme de nuevo con este manuscrito”

Leí la novela completa, hice un nuevo esquema y reescribí la parte de Ingrid, eliminando mucho contenido histórico. Cuando sentí que la versión mejoraba, dejé que un par de amigas leyeran fragmentos, y su apoyo me animó a continuar. Sin embargo, era muy reservada y no compartí la novela entera.

La escritora Mar Montilla posando con su libro "El secreto de Adela" sentada en un banco de piedra blanca
La escritora Mar Montilla posando con su libro “El secreto de Adela” sentada en un banco de piedra blanca

Después, llegó el momento de decidir qué hacer. Pedí consejo a otras amigas, algunas me sugerían buscar un agente literario, otras me decían que enviara directamente a editoriales. Opté por contactar nuevamente con la misma agencia, pero no recibí respuesta. Entonces, empecé a enviar la novela a varias editoriales, pero las respuestas no llegaban y la desesperación me hizo sentir que otra vez estaba en crisis. Pensaba que tal vez todo esto era una señal de que no iba a ninguna parte.

“Las casualidades se dan para que sigas tu camino” – Mar Montilla

¿Y cómo llegamos hasta aquí, Mar?

Un día, en el trabajo que me ha dado de comer hasta ahora, conocí a una editora jubilada. Me gusta entablar cierta relación con los usuarios y le pedí consejo. Ella se prestó a leer un fragmento de la novela y recibí una respuesta satisfactoria. Básicamente, me empujaba a seguir luchando por su publicación, que la historia prometía enganchar y que había algo muy bueno que yo no vi, por lo que te conté de ese primer informe. Y me habló de la figura del agente literario.

Así que un día descubrí a Santi Baró, quien es a día de hoy mi agente. Él encontró a Newton Compton Editores y pensó que ellos serían el medio perfecto en el cual encara una historia como esta y así ha terminado todo.

Mar Montilla, ¿este bonito desenlace por tu manuscrito ha hecho que desenterraras otros proyectos que habías escondido?

No sé si debería decirlo, pero no tengo ningún proyecto nuevo en marcha. La novela en la que he estado trabajando ha sido un gran desafío, llena de altibajos. Incluso después de firmar con la editorial, la revisión fue un proceso arduo, con múltiples correcciones y sugerencias que tomaron varios meses.

Ahora tengo muchas ideas, pero ninguna está desarrollada. Están desordenadas en mi mente. Siento que estoy agotada. A veces me despierto en medio de la noche y me frustran las ideas que surgen, pensando en nuevas tramas, pero el cansancio sigue dominando.

“Ahora tengo muchas ideas, pero ninguna está desarrollada”

Regresando a El secreto de Adela, Mar Montilla, ¿por qué las relaciones familiares femeninas en tu novela no llegan a fluir?

Porque yo tuve una relación complicada con mi madre. Diría que en la niñez, pero sobre todo en la adolescencia, porque en la niñez no me daba cuenta de cosas y en la adolescencia ya me rebelé contra muchos temas.

Pasé de ser la niña modosita, muy buena y callada, a ser una rebelde de la manera en que me permitían ser rebelde. Únicamente fue en la forma de vestir, porque no encontraba otra manera, pensándolo con perspectiva, realmente yo era muy buena chica. Vestía en plan gótico, me ponía el pelo en plan punky, me pintaba las uñas de negro y eso ponía a mi madre histérica. O sea, lo hacía para fastidiar a mi madre. Supongo que por esa relación complicada que tuve yo con mi propia madre, pues siempre eso marca.

“Ser madre y escribir la vida de otras madres, me ha ayudado a entender a la mía” – Mar Montilla

Mar, ¿consideras que tras tu experiencia siendo la madre de tu hija y haber empatizado en las madres de tus novelas, te ha ayudado a empatizar con esos desencuentros con la tuya?

Creo que me ha ayudado a entender a mi madre. Como madre, trato de ser muy diferente a ella, pero a veces me paso de un extremo al otro. En mi infancia, fui criada de manera muy reprimida y sobreprotegida, mientras que a mi hija le doy mucha libertad.

La escritora Mar Montilla leyendo "El secreto de Adela"
La escritora Mar Montilla leyendo “El secreto de Adela”

Reconozco que un equilibrio entre ambas formas de educar hubiera sido lo mejor. Se lo digo a otras madres que quizás estén pasando por lo mismo, a veces un punto medio es lo más saludable.

La otra cuestión que me surge de leer El secreto de Adela es, ¿por qué los personajes masculinos salen tan mal parados?

Han habido dos hombres en mi vida que me han marcado mucho y al final de ambas relaciones las cosas han acabado mal. Esos episodios me ha dejado muy marcada en mi forma de ser y supongo que de alguna forma he sacado todo eso mientras trabajaba en esta historia.

He de confesar que también tenía claro que en El secreto de Adela las protaginstas son las mujeres, en todas sus cirscunstancias, esta es una historia que habla de ellas. He querido plasmar diferentes mujeres, Julia es más revolucionaria y contrasta con Adela, quien se comporta más sumisa a los deseos de sus padres.

Serán sumisas, pero todas son todas mujeres resilientes y fuertes.

Eso es.

¿Te ha parecido interesante el contraste de dos sociedades con mentalidad casi opuestas?

Es cierto, pero de una forma o de otra, aún estos patrones se siguen dando en la sociedad actual. Quiero decir que aún hay muchos Albertos.

La escritora Mar Montilla leyendo "El secreto de Adela"
La escritora Mar Montilla leyendo “El secreto de Adela”

Hemos paseado, Mar, por calles reales en donde se ubica la trama de esta novela en Barcelona, pero me preguntaba si la panadería de los padres de Adela o el palacete de Alberto existen.

No son reales, en el caso de Madrid son escenarios fruto de mi imaginación. No obstante he intentado ubicarlos en el barrio de Salamanca, porque ambas comparten un cierto estatus social.

Me metí en Google Maps para investigar cómo se proclamó la República, buscando información sobre las calles por las que pasaba la gente durante las celebraciones y dónde se puso la bandera tricolor.

Aunque soy un poco desastrosa con la tecnología, siento que me he manejado bien, especialmente porque ya conozco bastante Madrid. La correctora de Newton, que es excelente, me ha planteado retos, como mencionar la calle exacta de una panadería para que todo resulte más verídico. Así que he usado Google Maps para verificar calles y distancias, y aunque no he estado físicamente en esos lugares, siento que los conozco muy bien.

“Aún siguen habiendo muchos Albertos” – Mar Montilla

Para terminar Mar Montilla, ¿existe algún aspecto de la novela que quieras resaltar en esta entrevista?

Sí, mi hija es trans y es una activista muy comprometida, es por eso que quería que Íngrid fuera parte del colectivo, a pesar de no representar también a una persona trans*.

Mi hija se involucra con diversos colectivos, no solo con la comunidad LGBTIQA+, y gracias a ella he aprendido mucho sobre estos temas. Siempre he estado dispuesta a abrir mi mente. Cuando surgieron conceptos como los géneros no binarios, había cosas que no entendía, pero ahora sé más. Aunque no es el enfoque principal de la novela, me parecía importante incluirlo.

Ingrid me recuerda a Julia; ambas son rebeldes en contextos diferentes. Julia encarna un espíritu innovador en una España cerrada y monárquica, ligada al comunismo, mientras que Ingrid representa la revolución sexual en una democracia en apertura. Aunque la historia de Ingrid es contemporánea, podría haber sucedido hace 30 o 40 años, y sigue siendo transgresora.

Creo que ambos personajes están conectados intencionalmente, ya que, aunque Ingrid es la protagonista, Julia también cuestiona el rumbo de la sociedad. Así que no creo haberme equivocado en esta comparación.

No te has equivocado en absoluto. Ambas son rebeldes en sus contextos. Ambas luchan y se enfrentan a desafíos, cada una con su propia batalla, pero comparten un objetivo común: avanzar y progresar. No queremos retroceder, como ocurrió en el pasado, y es preocupante que eso siga sucediendo hoy. A veces avanzamos, pero otras veces parece que retrocedemos.

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