Han pasado once meses desde que el navarrense Inazio regresa a YOUNG para hablar de su primer álbum “La vuelta a casa“. Un año más tarde presenta “Música para bailar sobre el agua”, un disco compuesto por once temas que reflejan esa madurez como artista y que leyendo esta conversación, veréis la magnitud de un compositor excepcional.
Inazio es un artista que ha evolucionado la figura de cantautor, uniendo el sonido mainstream con el suyo personal. Su disco reflejará el batiburrillo de géneros como el Rock, la electrónica, el pop y el reguetón.
El año pasado nos presentaba su ep, La vuelta a casa. De entre todos los temas nuevos, Inazio ha elegido a “Atlántico” como su single de presentación.
Por el momento, el equipo del artista ha anunciado tres fechas de conciertos de presentación: el primero le llevará a Madrid (Jardín de las Delícias) el 21 de septiembre y a Pamplona (Zentral), el 4 de octubre.
A partir de ahí se tomará un descanso hasta febrero de 2025 en el que comenzará su nueva gira que dará comienzo en casa, Pamplona, y depsués visitará Bilbao, Valladolid, Sevilla, Madrid, Zaragoza, Barcelona y Granada.
Inazio, ¿Cómo te encuentras ahora que ya ha salido este nuevo disco?
Pues joder, mucho más relajado, muchísimo más relajado, ¿no? Relajado en el sentido de como cuando te quitas un peso de encima, porque al final es mucho trabajo durante mucho tiempo y llega un momento en el que dices: “No me lo creo”.
Uno pone una fecha con tiempo, van saliendo las canciones, vas organizándolo todo, pero claro, de repente, cuando se acerca el lanzamiento, dices: “No me creo que esto vaya a salir”, porque lo has tenido tanto tiempo en la sombra que parece que se va a quedar ahí siempre.
Y el día que sale, vamos, yo te digo, no se me olvidará nunca. A las 12 me dio un escalofrío, supe que había salido porque sin yo mirar la hora, me dio un escalofrío. Dije: “Ha salido el álbum”. Se me había olvidado. Y lo miré, entonces me sentí muy tranquilo, muy feliz, muy sereno y luchando por no mirar los números. Creo que eso es lo más importante.
“No me importan los números porque ya el disco es de la gente”
¿Cómo interpretas ese escalofrío, Inazio? Es decir, ¿es un miedo a que no funcionen los números, a que no le guste a la gente, a que no hayas dado lo suficiente o que podrías haber cambiado cosas? ¿Cómo lo entiendes tú como artista?
No, no, lo veo como una liberación total. Al revés, no me importan los números porque ya el disco es de la gente, ya no es solo mío, es de todo el mundo.
Entonces creo que fue un “ya está, tranquilo, ya ha salido, ya no depende de ti”. Ahora solo tienes que preparar un buen directo, que en parte por eso he hecho este disco, para tener canciones pensadas para el directo, para tocarlas. Ahora deja que la gente las disfrute, las vaya asimilando poco a poco.
“No queremos hacer un directo convencional en la gira”
¿Y cuándo será el primer directo, Inazio?
Te lo digo ahora mismo, porque lo tengo aquí. No quiero liarla, que luego digo cosas y la lío. Será el 21 de febrero en Valladolid, en la Sala del Desierto.
Con este tiempo que te has dado, supongo que el directo será espectacular.
Sí, queremos seguir primando el sonido, que es lo importante, que la gente diga “¡qué bien suena!”, como ha sido este año. Gracias a nuestro increíble técnico de sonido, Duvales, y a la banda que tengo. Pero también estamos pensando en hacer algo diferente, que no sea un directo convencional.
Estamos trabajando en visuales, luces… Queremos que, además de ser un concierto, se genere una narrativa con el disco, que cantaremos entero junto con algunas canciones antiguas. El objetivo es crear una atmósfera en torno al agua. Ahora estamos trabajando en ello y cuando empiece la gira, le daremos caña.
“La única manera de disfrutar este disco al 100% es escuchándolo sin hacer otra cosa” – Inazio
Entonces, el directo será una mezcla entre esa música para bailar sobre el agua y una especie de vuelta a casa, ¿verdad? Será como un “volvemos todos a casa” contigo.
Sí, sí, además tengo muchas ganas. Desde que nos pusimos a hacer las canciones en el estudio, el objetivo era crear canciones para el directo. Evidentemente, son para ser escuchadas, pero sobre todo para disfrutarlas en un momento concreto.
Creo que la única manera de disfrutar este disco al 100% es escuchándolo sin hacer otra cosa, prestando atención a las letras y a su desarrollo musical. Y luego, claro, viniendo al directo, que es la mejor promo que puedo hacer de mi disco, porque está pensado para ser disfrutado en vivo.
Hablando de tu evolución como artista, en la primera entrevista que hiciste en YOUNG, realizada por mi compañera Ángela Güemes, mencionabas que el protagonismo lo tenían tus canciones, no tanto tú ni las historias detrás de ellas. Ahora, con este nuevo disco y este último año de preparación, ¿sientes que has encontrado la libertad dentro de la industria musical?
Define “libertad”.
Me refiero a una industria musical que tiende a buscar números, sonidos mainstream, y radios que buscan encajarte en su programación. ¿Sientes que has mantenido esa libertad musical?
Lo he intentado, pero es difícil. Tengo como un ángel y un demonio en los hombros. El demonio, que antes no estaba, es el que se preocupa por esas cosas, por los números, mientras que el ángel me dice que me relaje y haga música de manera tranquila.
Y aunque a veces me agobio, sé que he hecho lo que me ha dado la gana. No hay ninguna canción que haya hecho con la intención de ser más mainstream o de que entre en la radio. Si la gente lo dice, me parece bien, pero no fue la intención inicial.
“Los números te dicen si tiene sentido vivir de la música o no”
Del primer Inazio que publicaba un EP, a este que ha trabajado un disco completo, ¿ha subido la presión o al contrario, el hecho de publicar la primera con la segunda te ha sentido menos agobiado por esos números?
Ha subido la presión, sí, porque los números también tienen una información que es muy importante, que es que te dicen si tiene sentido vivir de esto o no, o hasta dónde puedes pelear o hasta dónde no. Entonces, la presión era decir: “pues evidentemente yo quiero que vaya bien, que las canciones se escuchen, que generen venta de entradas, que generen eso gente en los festis”. Pero tampoco ha sido como algo que me haya perseguido a tope.
Es verdad que ha habido una presión y ha habido un agobio. Es decir, al final uno cuando se hace un artista, sea de la disciplina que sea, te mentiría si te dice no. Yo he sacado este cuadro o he hecho este edificio o esculpido esto en completo desinterés. Hombre, no, porque la belleza, la belleza está para disfrutarse y cuando la belleza real la gente te da ese feedback y a veces parte feedback son los números.
Entonces, pues claro, que he tenido la presión de decir: “pues quiero y deseo que la gente escuche mucho el disco y que lo disfrute y la verdad” y ahora estoy superfeliz, porque está teniendo muy buenos números para lo que llevamos. No llevamos ni una semana, llevamos tres días y ver ayer que canté en el jardín de las delicias y ver canciones que habían salido hacía menos de un mes y que la gente la estuviese cantando a tope, pues eso, va bien la cosa. Lo que pasa es que yo creo que la parte humana del artista quiere todo ya.
Claro.
Quieres los sold outs ya, quieres los estadios llenos ya, quieres todo eso ya. Y es una mierda, porque luego esos momentos de detalle de tu primera sala, tu primer sold out en esta ciudad, las primeras veces en un estudio profesional, cuando conociste a este artista al que admirabas y tuviste una conversación maravillosa con él, que luego, quieras o no, se vuelven rutina si tienes la cabeza pensando en “quiero, quiero, quiero” y no, tío, disfruta de cada proceso.
Trato de luchar mucho contra el futuro, el futuro que sea del tipo que sea, pero huyo mucho de ese pensamiento de quererlo todo, ya porque es una mierda.
“Quería que la gente interpretase el disco a su manera, sin encasillarlo en una idea preconcebida”
Me gusta que no hablemos de futuro porque tenemos ahora un disco delante, Inazio. ¿Por qué el agua es el protagonista de este disco?
La frase “música para bailar sobre el agua” se me ocurrió de manera casual mientras escuchaba un tema de Nuevo Amor y quería meterlo en una playlist.
Me gustó el agua porque tiene muchas propiedades y un ser simbólico que respeto mucho y he visto a lo largo de mi vida. El agua además de ser hidratante, limpia, purificadora y puede ser vista en su máximo esplendor en un océano o en algo tan simple como un charco, puede reflejar los procesos vitales.
“Si tienes fe, puedes bailar sobre el agua”
Me parecía que el agua era un medio perfecto para hablar de una historia, aunque sea una protagonista encubierta, porque es una narrativa en la que empleo el agua para hablar de procesos vitales.
En el disco, descubrí que si tienes fe, puedes bailar sobre el agua, lo que significa bailar en medio de la tormenta, en la tempestad. No he hablado mucho de este tema en entrevistas ni con otras personas, porque no quiero limitar la interpretación de la gente o encasillarla en una única lectura del disco. No quería que dijeran: “Ah, el disco trata de esto y ya está”.
Además, agradezco mucho haber tenido la oportunidad de lanzar el disco en formato vinilo, porque te invita a vivir esa experiencia de manera más intencional. Hoy en día, con plataformas como Spotify, es fácil ponerse los AirPods, escuchar algo de camino al trabajo y estar pensando en mil cosas al mismo tiempo: el jefe, las tareas, los planes del fin de semana. Pero con el vinilo, el simple acto de sacar el disco, colocarlo en el tocadiscos y escucharlo te permite desconectar y centrarte realmente en la música.
Inazio, ¿Por qué el orden de tus canciones tiene este orden, parece ordenado, pero a la vez no y eso, me suscita que hay un orden implícito, cuál es, Inazio?
Me alegra que me hagas esta pregunta, porque no me la habían hecho y efectivamente, no es un orden casual.
El disco está separado como en tres partes o tres etapas que antes te adelantaba. Primero está esa etapa del charco, depsués el río, y finalmente, la etapa del mar. He encontrado en ese recorrido un paralelismo con la infancia, la adolescencia y la madurez.
“La adolescencia como rebeldía” – Inazio
Estos son tres términos como de la pediatría y la psicología científica más clásica, pero yo no quería llevarlos a ese terreno. Es decir, no es infancia rollo “soy un niño pequeño infantil”, sino que yo le di esos nombres para dar sentido a las letras que yo estaba escribiendo en cada una de esas etapas.
Es un disco que habla que habla de un viaje de conocimiento y de procesos de descubrimiento y además, son canciones que tratan también diferentes tipos de amor. O sea, hay canciones que tienen un amor más infantil. Infantil en el sentido de más más inocente, más descarado, más pillo y atrevidos, en cuanto que a un niño no le da vergüenza hacer las cosas. Un niño es muy curioso, un niño es inocente. Y esas canciones que son “Oasis”, “Nana el marinero” y “Arroyo”.
Estas no son historias personales, porque “Arroyo” y “Nana el marinero” están basadas en libros que yo me leí el año pasado y que me impactaron mucho. Y “Oasis” va sobre mi madre. Entonces, no son como canciones que estén conectadas entre sí, porque sería erróneo, sino porque la manera en la que expreso el amor del que se habla en esas canciones es un amor infantil.
Luego la parte adolescencia tampoco era como una como en el sentido adolescente, como de “niño coñazo, 14 años, me das pereza”, sino justo al revés, no en el sentido peyorativo, sino en el sentido positivo. La adolescencia como rebeldía, como descubrimiento de uno mismo.
Creo que la adolescencia es un momento en el que las personas descubren su cuerpo y también descubren el amor, el enamoramiento, porque también se descubren a sí mismos. Tampoco quiero que se confunda con algo como verde, pero como primeros episodios de erotismo. Es decir, las primeras veces que te gusta alguien, las primeras veces que te enamoras, que son súper incontrolables, te enamoras de manera súperfugaz, todo te parece medio tabú: darle un beso a alguien, un abrazo, que no te vean todas escondidas. Y esa parte me interesaba especialmente.
Eso es lo que yo intenté reflejar en canciones como “Suave” y “Olivia”, que luego yo creo que hay gente que me ha malentendido porque lo ha interpretado como si fuese una etapa en la que el amor no es verdadero porque lo que prima es el cuerpo. Y no, me molaba la idea de amor ultra romántico, superpasado, de chica que se enamora de chico y se vuelve perdidamente loca por él. O de chico se enamora de chica y está dispuesto a hacer la máxima locura y es en plan pero ni siquiera la conoces, ni siquiera estás enamorada de verdad, simplemente como esa movida.
“La vida adulta es aburridísima” – Inazio
Y finalmente, en la parte de madurez, que no era madurez de vida adulta, porque lo he dicho también en otras entrevistas, la vida adulta me parece la cosa más aburrida del mundo porque es todo responsabilidad, es todo burocracia.
Mola mucho más la adolescencia y la infancia, en este sentido. Me refiero a madurez en el sentido de haber descubierto algo, haber madurado algo en ti. Haciendo una analogía con una fruta, que es lo más evidente, es decir, tú no te comes una fruta cuando no está madura porque no tiene sabor.
Entonces, cuando sabes amar de manera inocente y desinteresada como en la infancia, cuando aceptas la rebeldía y los cambios tanto corporales como espirituales que tienes durante la adolescencia, coño, descubres tu vida y te conoces y conoces a la gente. Y por eso procura ser tu mejor versión.
Sin darte cuenta, dejas huella en la gente y la gente deja huella en ti. Creo que esa última parte es como un derroche. No son canciones que hablen sobre algo en concreto, sino son como una vez que he descubierto esto, pues creo que lo que me queda es esto otro. Son como canciones de agradecimiento, de alegría, letras que expresan que estás dispuesto a cruzar el “Atlántico” por una persona.
“Dejamos huella en las personas y ellas nos dejan huella a nosotros mismos”
Estoy descubriendo mucho más detrás de esta obra hablando contigo, Inazio, que habiéndola escuchado yo mismo. Aprovechando la letra de “Mi mejor versión“, te quería preguntar si sientes que después de haber hecho este trabajo de introspección, ¿esta es la mejor versión de ti como artista a día de hoy?
Por ahora, sí. De hecho, ya estoy escribiendo las canciones para el próximo disco, así que en este momento, sí lo creo. En cuanto a mi trabajo, también diría que sí. No pienso que esté en mi mejor momento, pero siento que aún tengo mucho por escribir.
Me considero una persona ambiciosa y creo que las canciones que he compartido eran las adecuadas para este momento. No las veo como mis mejores, pero eran las que debía mostrar ahora. Las mejores están por venir en el siguiente disco.
“Me considero una persona ambiciosa”
Aprovechando esa ambición que tienes dentro de ti, Inazio, ¿qué crees que puedes aportar para la música en tu siguiente trabajo?
¿Qué quiero aportar a la música con mi próximo trabajo? Principalmente cercanía e intimidad. Últimamente he estado reflexionando mucho sobre el tiempo y la intimidad, y siento que vivimos en un mundo donde nos cuesta gestionarla. Me parece fascinante cómo, con tanta facilidad, compartimos con cualquier persona nuestros secretos, demonios e incluso nuestras virtudes, no solo lo malo, sino también lo bueno. Creo que mi generación, los zetas, estamos en medio de un caos de información, emociones y estímulos, lo que nos dificulta gestionar tanto nuestro tiempo como nuestra intimidad.
No pretendo cambiar el mundo. Yo tengo mis ideas, las expongo y, a veces, la gente me dice que les han ayudado. Me alegra saberlo, pero no es mi objetivo. Simplemente hago canciones, me inspiro, las comparto y luego la gente las interpreta o utiliza como mejor les parezca.
“La muerte no es el final, es el comienzo de un proceso distinto”
Aprovechando el agua, te voy a hacer una pregunta que me ha surgido mientras estabas hablando antes de las etapas de tus canciones, inazio. Has hablado del charco, del mar, del océano y tal, ¿va a haber por casualidad un añadido que veamos en los directos que se podría llamar la evaporación, que es como planteas la muerte?
Eso me mola. Fíjate, hay cuatro canciones que nunca llegaron a ver y que me habría encantado meter en el disco.
¿Qué ha pasado?
Tenía tres que se iban a llamar “Glaciares”, “nubes” y otra estaba relacionada con eso que acabas de decir de la evaporación. Creo que mola porque el ver la muerte como una evaporación es verla como un proceso inacabado en el que al final siempre estás ahí.
Si tú eres agua y te evaporas, no desapareces, te transformas en nube. ¿Y sabes qué es lo mejor? Que luego cuando dejas lluvia, cae sobre las cosas y dejas parte de ti sobre las cosas. Y luego eso llega al mar, te juntas con todo y te vuelves a evaporar.
El ciclo del agua es un proceso precioso, analógico a la vida. A la vida y a la muerte. Es decir, que la muerte no es el final, es el comienzo de un proceso distinto para para literalmente así, dejar huella en los corazones de la gente.
“Esperaba que esta entrevista fuera como todas las demás”
¿Qué pregunta no te han hecho en esta ronda de prensa de entrevistas que te han hecho, Inazio?
El por qué los nombres de las canciones.
¿No lo han hecho?
No han preguntado por qué las canciones se llaman cómo se llaman. Me encanta porque los títulos siempre son algo muy obvio. Por ejemplo, ‘Deja huella‘, claro, porque en la canción digo ‘deja huella’.
Los títulos son como los nombres, te dicen mucho de una persona incluso antes de conocerla. No es lo mismo llamarse Ignacio que llamarse Javier; los nombres dicen mucho de nosotros. De la misma manera, los títulos de las canciones y álbumes también transmiten mucho.
Es cierto que en las entrevistas, a veces la gente se enfoca en lo más evidente. Por ejemplo, han hablado de ‘música para bailar sobre el agua‘ y siguen ese hilo. Pero también me preguntan: ¿por qué está traducido al japonés? ¿Por qué ‘Mi mejor versión’ es ‘mi mejor versión’? ¿Por qué ‘Nana del marinero’ y no ‘Canción del marinero a las 3:00 a.m.’? Me habría encantado que me preguntaran más sobre eso. Aun así, he recibido preguntas increíbles.
Para ser sincero, esperaba que esta entrevista fuera como todas las demás, con las mismas preguntas que me hicieron la semana pasada. Pero me sorprendiste con preguntas que no esperaba, y aunque termine contando lo mismo que a otros, lo hago de manera distinta. Te lo agradezco mucho, porque al principio pensaba: ‘a ver qué me espera’. Esta ha sido de las entrevistas que más me han gustado, de corazón.
“Me impactó cómo pudo enfrentar tanta tragedia con perdón y paz” – Inazio
Te lo agradezco sinceramente Inazio, a mí también me ha resultado increíble descubrir el detrás de tu disco en esta conversación. Ahora me acaba de sacar una que no te la he hecho, ¿De dónde viene “sutorimu”, que va adscrita al tema “Arroyo”?
La canción ‘Sutorimu’, que en japonés significa ‘arroyo’, la escribí después de leer un libro sobre la bomba de Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial. Justo había terminado de escribir ‘Oashis’ y estaba buscando historias más tiernas. Fue curioso encontrar algo así en un libro sobre la bomba atómica.
La canción trata sobre un japonés cristiano que se convierte al cristianismo y, después de la bomba, sobrevive, pero pierde a casi toda su familia, excepto a sus dos hijos. Él era muy respetado en Nagasaki, así que le pidieron dar un discurso en honor a las víctimas.
Lo increíble es que, a pesar de haber perdido a su mujer, y de haber encontrado su casa destruida, con los huesos de su esposa como único rastro, su discurso fue uno de esperanza.
Me impactó cómo pudo enfrentar tanta tragedia con perdón y paz, en lugar de responder con violencia o desesperación, como solemos hacer los seres humanos. Creo que la cultura japonesa, con su sentido del honor, el respeto y el perdón, tiene una profundidad que a veces a los occidentales nos cuesta entender. Soy muy fan del anime y del mundo japonés, y siempre me asombra cómo transmiten esos valores.
Cuando leí la historia, sentí que alguien muy inocente o infantil debía haber escrito ese discurso, por la pureza de su mensaje. Eso me inspiró para escribir la canción, y de ahí frases como: ‘suenan las campanas, oigo el llanto de las calles, tú abres las ventanas, todo antes del tsunami‘.
También me impactó de manera personal, porque soy una persona creyente, y creo que esa conexión espiritual me hizo sentirlo aún más profundamente. Puede que a otra persona no le impacte de la misma forma, pero para mí fue algo que me tocó el corazón.
Esto me pasa a menudo con historias así o con la naturaleza, aunque curiosamente no me preguntaste por eso, y te lo agradezco.
Al oír esa canción, te contaré que me sentí que describías la sensación de ser engullido por las olas y no saber por dónde salir.
Me alegra mucho que hayas captado esa visión de la canción. Lo maravilloso de la música es cómo cada persona puede encontrar algo único en ella. Para mí, lo que más me llena es precisamente eso: lo que las canciones hacen sentir a quienes las escuchan.
La razón por la que escribí esa canción también está relacionada con ese mensaje. Por eso, en la segunda parte añadí la batería. Hay un verso que dice “solo piensas en el baile”, y pensé: si hablo de baile, la canción no puede ser plana o estática. Así que en el estudio decidimos meter batería en esa parte, para darle groove y movimiento, incluso si el tema de fondo es algo tan doloroso.
Lo que quería transmitir no era un mensaje de desesperanza, no se trata de hundirse en la tristeza. Más bien, es un llamado a la esperanza: “¡ánimo! Hay un más allá, hay que confiar, ser felices y apoyarnos entre todos”. Claro, para llegar ahí, uno tiene que pasar por momentos difíciles, como si estuviera siendo arrastrado por las olas, pero al final hay luz.
Me encanta que hayas sacado tu propia interpretación, y creo que es tan válida y verdadera como la mía. Eso es lo bonito de la música, cómo cada uno le encuentra su propio significado.