– ¿Algo más en lo que pueda ayudarte Gonzalo? Tengo una cita en media hora, que no puedo faltar.
-No, gracias por recibirme Armand.
Nos dimos la mano como dos caballeros de tiempos antaño y me encamine hacia la puerta. Agarré el frío pomo de la puerta, pero no la abrí.
-Una última cosa Armand.
Desde su sitio, levantó la mirada de su ordenador para mirarme por última vez.
-Hay algo que no termino de entender, ¿por qué me las chupado?
Se quedó pensativo sin apartar su vista de mí.
-Que tengas un buen día Gonzalo, saluda a tus padres de mi parte.
Y volvió a centrar toda su atención en el MAC.