Una fotografía de Dario Cavero (@dario.cavero)

Capítulo 16 – Gisele

Una única palabra, Susphyria. La tarjeta parecía forrada en terciopelo y seda. Incluso tenía un olor entre agradable y exótico. Le di la vuelta, y la miré un par de veces más, pero en seguida le perdí el interés. La tiré a la basura y cogí mi aspirina, y me la tragué. Estaba a punto de irme a la ducha, cuando decidí investigar el estado de mi vivienda. Abrí la puerta sigilosamente, y miré a un lado y otro. No había nadie. Bajé la escalera, mucha basura, pero ningún ser vivo.

-¿Desea el desayuno señorita?

Maldije entre dientes la aguda voz de Ágata. Me giré y puse la mejor de las sonrisas.

-La verdad es que no tengo el estómago muy allá. Te agradecería algo que combata la resaca.

-¿Algo más?

-Sí, ¿todos los invitados se han ido?

-Si señorita.

-Bien.