Portada de Voy a quedarme en el que se muestran dos chicos con una tierna mirada detalle
Fotografía de Dario Cavero (@dario.cavero), Alex Peñas (@alexpg2) e Isma O'Sullivan (@_osullivan_)

Capítulo 7 – Álex

Mientras esperamos a que salgan Luna y ese chico, los tres nos quedamos apoyados contra una pared. Si una cámara nos grabase desde la otra acera, quedaría bastante guay como inicio para un episodio piloto. Luego, cuando le cuento a Dídac que no me he presentado en la empresa donde hará las prácticas mi novia, sería lo normal cambiar a un primer plano de nuestras caras. Y su reacción y posterior charla seguirían en ese mismo plano hasta que alguien interviniera.

O hasta que llegasen las dos personas a las que esperamos.

Me sitúo a la izquierda del chico, el cual no parece tener muchas ganas de hablar. Es más, todos estamos charlando mientras que él tiene la vista clavada en el suelo.

—Yo también estudio Ciencias de la Comunicación en la UAB —digo, consiguiendo sacarle del trance en el que parece encontrarse—. De hecho, estoy en último curso, como Dídac. Pero voy a ser director.

 No parece dispuesto a hablar. Sigue con la mirada fija en la calzada. Y se podría comer una farola o a algún transeúnte por despistado como no haga algo.

—¿Y tú por qué te has metido en Comunicación Audiovisual? —pregunto, haciéndole reaccionar. ¡Al fin!

Sus ojos se giran hacia los míos. Admite que quiere convertirse en guionista, así que pruebo a rebatirle de nuevo. Tiene que luchar por lo que cree si quiere llegar a algo en este mundo. Y se defiende. Bien, bien. Es un cobarde en casi toda su vida, salvo en la profesión que quiere desempeñar. Con el tiempo podría llegar a convertirse en una figura muy importante, si se lo monta bien.

Ni siquiera puedo seguir obligándole a sacar las garras, puesto que Dídac nos corta y nos pide que dejemos de hablar de los estudios. Esto podría considerarse una falta de información o un despiste, pero yo me decanto por el despiste porque su cerebro necesitará descansar. En la gente común suele pasar; en mi caso, nunca se detienen mis pensamientos.

Gadreel suelta un comentario propio de sitcom perfecto para hacer reír a los espectadores, aunque yo lo remato yendo más lejos. Se necesita más potencia si se quiere causar un buen efecto, y si le añadimos que Dídac me responde con una buena pulla, la situación se vuelve novedosa y hace ver una confianza entre ambos que da asco. Si nos fuéramos a vivir juntos como compañeros, podríamos pasar por los Charlie y Alan de Dos hombres y medio, aunque él sí que pagaría su parte de los gastos y no traería a ningún crío a la casa los fines de semana.