En “Que ni para odiarte se me da licencia” hay una nota de audio, sonidos orgánicos… ¿cómo aparece este tema en el proceso de composición?
Me pareció un recurso curioso. Es una nota de voz que mandé de verdad y se me ocurrió la idea de utilizarlo en una canción como nexo para la siguiente. A lo largo de todo el disco, aparecen muchos recursos así, me encanta emplear estos recursos.
¿Nos puedes contar una curiosidad de alguna canción?
En “Me va a doler”, me puse a saltar para marcar la velocidad de la canción. Luego en los directos, empecé a saltar y vi que la gente me seguía, así que se quedó como una especie de coreografía.
¿Cómo crees que será la música post COVID?
Yo espero que la música no cambie demasiado. Sería ideal sacar canciones en acústico para adaptarse a estos nuevos tiempos de música sin baile, pero a nivel personal, no pienso cambiar nada, seguiré haciendo mis conciertos como antes siempre que se pueda.
¿Con quién sueñas hacer una colaboración un día?
Si pudiera elegir a nivel internacional, me encantaría hacerlo con Woodkid, Drake, Charlie Puth o Coldplay. De nuestro país, sueño con Rozalen, Pablo López, C Tangana o Carmen Boza. Son estilos diferentes, pero me vería capaz de hacer una colaboración con ellos.
