Tras la gira de su primer disco y el universo acuático que lo acompañó, Inazio abre una nueva fase con Acurrucarme contigo, una canción-umbral que desacelera para hablar del tiempo, de la obsesión por atraparlo y de los instantes en los que parece detenerse.
Entre reflexiones sobre la vulnerabilidad, la autoexigencia creativa y la necesidad de respirar después de un periodo difícil, el artista anticipa un proyecto más amplio en el que el tiempo no solo es tema, también forma y pulso. En esta conversación, avanza su visión de lo que viene, su alianza creativa con Nacho (St. Woods), el lugar de su voz interior —a veces severa— en las letras, y deja una pista audiovisual tan concreta como críptica.
¿Inazio, por qué nace ahora «Acurrucarme contigo» y siendo un single sin disco? ¿Estás cerrando la etapa del agua y preparando lo que viene?
Estoy preparando lo que viene ahora, sí. Lo estoy insinuando, y me gusta que sea con una canción así, porque la gente lleva viendo canciones muy enérgicas, muy cañeras, que creo que ya, después de una gira de este primer disco y del agua, sienten que me representa. Me encanta porque salen canciones rítmicas parecidas y me dicen: “Tío, esto suena como tú”. Yo no tengo el derecho de esos ritmos, pero me encanta que la gente los identifique conmigo. Te prometo que es de las cosas que más ilusión me hacen: ver cómo la gente va identificando tu sonido, va encontrándolo, y lo identifica positivamente.
Creo que también mi público, mis máximos seguidores, demandaban a un Ignacio como el que nació en este proyecto, un Ignacio más de Vacío, de Sé que estás ahí, de París, de Junto a la cascada.
Supe desde el primer minuto que esta canción tenía que tener la armonía rítmica de las agujas de un reloj, que están ahí de fondo pero no se detienen, y al mismo tiempo la libertad sonora y la sorpresa que te invite a volver a ponerla para recuperar y sentir la misma sensación.
«He querido plasmar algo muy real y muy sincero»
Es mi propia canción y decirlo de mí es raro, pero cuando me pasó el máster Nacho —después de escuchar varios mixes— la escuché como cinco veces seguidas. ¿Por qué? Porque, incluso a mí, me atrapaba.
He querido plasmar algo muy real y muy sincero que creo que a mucha gente le pasa y que a mí me está pasando: tengo una obsesión con el tiempo, con que se me escape de las manos como el agua, con no poder pararlo. Y, en momentos de mi vida en los que por alguna razón se detiene, me aferro a eso como si no hubiese otra cosa. Es la excusa perfecta para empezar a hablar del tiempo, de mi vida, de cómo ha pasado por mí, de cómo lo experimento. Y puede ser la apertura a algo.
¿Inazio, nos llevarás a algo más profundo o, como en el agua, bailaremos alrededor de tus historias?
Yo estoy engañando a todo el mundo, pero esto solo te lo he dicho a ti; no se lo he dicho a nadie en todo el día. Es un engaño. Yo lo que estoy buscando es que la gente piense que se acabó lo enérgico. Que se preparen, que se preparen.
¿Sabes lo que pasa? Que el tiempo también es inexorable y muy violento, muy violento. Cuando pasa de manera intensa por tu vida, lo notas, y eso no se puede reflejar solo con una guitarra y una voz. Eso es tormenta pura y dura.
Que se preparen, que se preparen
Ahora, sí es significativo —y aposta— haber empezado con esta canción. Quería dar este parón: sabiendo que va a empezar a correr el tiempo, que la premisa sea que donde estamos bien es cuando sentimos que se para. Ese es el objetivo de este tema. Luego llegarán canciones con más potencia, no tan acústicas, y hay que estar preparado para eso.

Incluso en la más enérgica, sé que vas a poner un mensaje profundo. ¿Vas a recordarnos que el tiempo es el tesoro que nunca podremos poseer?
A mí me encanta, y si tengo que tirarme una flor es que se me ocurren cosas. ¿De dónde salen? No lo sé, tío. Tengo una paranoia temporal. Me encanta Interstellar y siempre vuelvo a la escena del planeta de Miller —veinticuatro años en la Tierra son dos horas—, las paradojas temporales, el paso del tiempo, cómo se detiene. Películas, libros, grandes obras, incluso la arquitectura han intentado reflejarlo, y me llama mucho.
No sé si tengo la potencia de una Rosalía —reina y emperatriz en reflejar las ideas con esa fuerza—, pero sí es un disco que habla sobre… Bueno, es un disco… tampoco vamos a hablar del disco todavía, pero es un proyecto.
Un proyecto que trata de…
Transmitir, de la forma más sencilla y humilde posible, cómo experimento yo el tiempo.
Me tomo la vida demasiado personal
En la nota de prensa mencionas que hace tres años atravesabas un momento complejo: por fuera todo bien, por dentro peor que nunca. Sin entrar en detalles, ¿cómo te sentías al tener que cantar y ponerte la “careta” cuando estabas mal? ¿Ahora, con esta canción, sientes que por fin puedes respirar?
Sí que puedo respirar, y creo que hay tres cosas. Me tomo la vida demasiado personal, así que este nuevo disco y esta nueva canción me absorben, me aplastan, me hacen sufrir porque quiero que salgan bien. Sigo teniendo la misma curiosidad que cuando era niño: quiero saber, quiero aprender. Muchas veces no lo hago para enseñar algo o demostrar que sé, sino porque tengo una inquietud y quiero entenderla, y experimento con ella. Eso me hace sufrir mucho.

Mi novia me lo tiene que decir: “Inacito, querido, calma”. Me estoy volviendo loco con un álbum; no soy Beethoven, ¿sabes? Pero yo lo vivo con esa seriedad, porque, si no, siento que todo es una coña. Admiro a artistas que se toman su obra muy en serio. Luego, por otro lado, soy muy sentido y muy sensible; las cosas me afectan. A veces me falta inteligencia emocional —nada que no se cuide con una buena terapia y buena ayuda— y me cuesta gestionar emociones: decir “esto es verdad, esto no, esto es una paranoia, esto tienes que atenderlo; a este sufrimiento tienes que enfrentarte”.
Con el público me pasa porque soy muy inseguro. No voy a pretender otra cosa. Siempre he buscado aprobación, no por destacar, sino por sentirme escuchado, querido, entendido. Con el primer disco tenía la tensión de “¿les habrá gustado?”. Incluso pensaba: “¿Me está entrevistando porque le interesa lo que hago o porque hay un paquete de entrevistas y toca?” Ahí tengo conflictos internos, sufrimientos que, gracias a Dios, como soy cabezón, reconozco como paranoias y pequeños demonios que combato día a día. El paso más importante de 2025 ha sido aceptarlos: “Esto es lo que hay, esto soy. No pasa nada. A pelear día a día con las cosas, con la vida”.
«Vivo la música con esa seriedad, porque, si no, siento que todo es una coña»
“Qué atrevido quererme” es una frase breve y punzante. En un mundo en el que quererse sin pudor se mira raro, ¿por qué la incluyes? ¿A qué se refiere?
Porque a veces me odio a mí mismo. Entonces pienso: “¿Quién me va a querer?” Qué atrevido elegir a alguien como yo: tan desastre, con tan poco cariño hacia mí mismo, un liante, un poco canalla… Qué atrevido quererme, qué atrevido haberme elegido. Y también roza el victimismo; me gusta que me lo digan, porque es verdad. La otra frase, “todo lo que dicen de mí ya me lo he dicho yo”, es “wow” y es verdad.
Pero todo vuelve al estribillo, al núcleo: “Yo solo espero que el día pase rápido para volver a acurrucarme contigo”. Si coges cualquier frase aislada, es un disparo al aire o algo muy bonito, pero cuando la sitúas sabiendo el estribillo, entiendes su sentido. Es una canción compuesta desde el estribillo: el estribillo construye las estrofas; sin él, las estrofas no son las que son.
¿El estribillo fue lo primero que apareció y desde ahí construisteis el resto? ¿O lo escribisteis después para darle sentido al conjunto?
Mira: “Yo solo espero que el día pase rápido para volver a acurrucarme a tu lado”. Ahí nace el estribillo. A raíz de pensar y pensar esa frase, y con mi paranoia temporal —que el día pase rápido, que el tiempo corra y no se detenga para llegar a un momento en el que sí se detiene—, fui construyendo: “Llevo tanto pensando si el tiempo es solo algo del reloj o es el pálpito lento, una vida en movimiento dentro de este corazón”. ¿Por qué lo canto? Porque quiero que el día pase rápido. “Perdóname, nunca supe estar a la altura”. ¿Por qué? Porque quiero que el día pase rápido para volver. Toda la canción se construye desde el estribillo. Te pide volver a él, no en el sentido pop, sino en el lírico.

Hablemos de Nacho. ¿Cuándo entra en el proyecto y qué ha aportado?
Nacho crece en 2023 conmigo con Aunque estemos a martes. Es el primer trabajo que hago con él y me flipó. Pensaba que era guiri, americano… y es de Madrid, de Tres Cantos; más gato que cualquiera. Es el mejor. Con una sensibilidad tan parecida y una conexión tan fuerte, no dudé en que curraría en mi disco de Música para bailar sobre el agua. Cuando terminamos le dije: “Nacho, quiero hacer el siguiente disco contigo”. Y él: “Vale, encantado”.
Acabas de darme un titular: Saint Woods ha hecho el nuevo disco contigo.
Sí, lo hemos compuesto juntos, lo hemos escrito juntos y producido juntos. Todo juntos, mano a mano.
¿Qué sientes cuando trabajas con él? Tiene una voz que, según cómo la toque, puede ser tan punzante como tus letras.
Claro. Por eso casa tan bien. Para mí es la voz con más sensibilidad de este país. Consigue hacerte coros que marcan la diferencia entre una estrofa bonita y otra que te desgarra y te hace llorar. Su voz es sincera; no miente. Nunca le he visto cantar sin tomárselo en serio. No es “venga, me tiro unos coros”. Cómo siente la letra y todo… A ese nivel no conozco a nadie.
¿Acurrucarme contigo tendrá videoclip?
Tendrá algo muy especial. No es un videoclip al uso. Solo puedo decir una palabra: quien lo sepa, sabrá la referencia. Blogothèque.
Lo buscaré. ¿No podías usar una palabra más corta y fácil en español?
Cuando pongas “Blogothèque” en YouTube, lo vas a entender.
Me quedan cinco minutos. Gracias por la tarde y por la canción: la he puesto en bucle, analizando frases. Como última: ¿qué pregunta no te han hecho hoy sobre esta canción y te gustaría añadir?
Qué gran pregunta.
Lo sé, me supero, pero siempre te la hago.
“¿Sientes que se te acaba el tiempo?”
¿Para mí o para ti?
Para ti, pero también es una pregunta que no me han hecho. Me han preguntado “¿qué es para ti el tiempo?”, que es súper amplia y compleja, pero me gusta más: sabiendo que hablas del tiempo, de que los días pasen rápido y de encontrar instantes para parar sabiendo que no va a parar, ¿sientes que se te acaba?
Estoy más emocionado por lo que va a empezar el día que acabe



Espero que no. ¿Tú sientes que se te va a acabar ahora?
Siento que se acaba. Y creo que, cuanto antes asuma que mi vida acabará, que un día la gente dejará de escucharme con la misma intensidad que ahora, que un día me haré mayor… Cuando algo se acaba no es porque dé pena: significa que algo nuevo empieza. Últimamente estoy más emocionado por lo que va a empezar el día que acabe que por lo que acaba.
¿Cuántos años tienes?
24.
Con 24 ya dices que el tiempo se acaba. ¿Hablas de esta etapa de Inazio cantante o de esta música? ¿Por qué no podría durar veinte años más, con canas, doce discos y escenarios?
Yo creo que eso sí puede pasar, pero por la gente, no por mí. La música es del pueblo; lo tengo clarísimo. Si sigo cantando a los 60 con canas será porque a la gente le sigue gustando mi música. Yo, cada vez que acabo un disco, estoy pensando en el siguiente. Ya estoy pensando en el tercero. Música para bailar sobre el agua para mí ya es pasado: Olivia, Mi mejor versión, Arroyos… están lejos. Vivo en esa búsqueda constante. Por eso siento que se me acaban las cosas: según empiezo, como el agua cuando te lavas las manos, se cae. Así siento que pasa la vida.
¿Cuándo anuncias el disco?
Saldrá en 2026. Solo diré que después de verano. No sé cuándo.
Gracias por este rato.
Mil gracias a ti, de verdad.


