Ruggero
Ruggero

Ruggero: «Sentía que era el momento de dar un cambio en mi carrera»

Ruggero renace tras pasar por Macondo

Dos años después de nuestro primer encuentro con Ruggero Pascuarelli, el artista regresa para presentarnos su nuevo sencillo «No me gusta«. El artista está presentando paralelamente su último proyecto audiovisual, en Netflix, la adaptación de «Cien años de soledad» quien interpreta a Pietro Crespi, un músico italiano que llega a Macondo a enseñar música a sus habitantes.

Esta es su primera entrevista hablando de ambos proyectos y tenemos la suerte de que haya elegido YOUNG para hacerlo.


Bienvenido Ruggero a YOUNG dos años después de la primera entrevista. Han pasado muchas cosas desde entonces, ¿Cómo te has visto tú en este tiempo el crecimiento profesional que has tenido?

En dos años pueden pasar muchas cosas, tanto en lo personal como en lo laboral y profesional. Durante este tiempo, seguramente he madurado bastante. También tuve la oportunidad de tomarme un momento para reflexionar al inicio de este año, algo que no había hecho en mucho tiempo. Fue la primera vez en años que pude detenerme, desacelerar un poco y conectar conmigo mismo en soledad. Esa pausa me ayudó a desconectar, a replantearme dónde estoy y qué quiero para el futuro, qué deseo seguir comunicando.

En estos dos años he seguido lanzando música, siempre con orgullo y satisfacción por lo que he creado. Aunque las circunstancias han cambiado, sigo siendo yo, conectando con el público a través de la música pop, que es el género con el que más me identifico.

Además, he tenido la oportunidad de viajar mucho y disfrutar cada experiencia. Siempre intento vivir cada momento de la mejor manera posible.

«Fue la primera vez en años que pude detenerme»

Ese parón que comentabas que hubo al comienzo de año, te pregunto, ¿fue un parón buscado o se produjo de manera orgánica porque los proyectos fueron cesando?

Creo que fue algo necesario, aunque no sé si lo busqué conscientemente o simplemente surgió. Cuando terminé de grabar Cien años de soledad el pasado noviembre, tenía la sensación de que cosas muy grandes empezarían a suceder. Quizás de una magnitud que aún no termino de comprender, ya que la serie recién se estrenó.

Ruggero Pascuarelli interpreta a Pietro Crespo en Cien Años De Soledad.  Cr. Mauro González / Netflix ©️2024
Ruggero Pascuarelli interpreta a Pietro Crespo en Cien Años De Soledad. Cr. Mauro González / Netflix ©️2024

Sentía que era el momento de dar un cambio en mi carrera, de renovar el aire. También pensé en las personas con las que trabajaba, a quienes quiero mucho, pero sentí que era el momento ideal para tomar estas decisiones y empezar algo nuevo.

Tomé esas decisiones sin saber si serían positivas o negativas. Todavía no lo sé porque hace poco inicié este nuevo camino. Con el tiempo lo descubriré. Estoy convencido de que los cambios siempre aportan algo positivo y te ayudan a ver las cosas desde otra perspectiva.

Hoy me siento feliz con las decisiones que tomé. Claro, a veces uno puede arrepentirse y preguntarse por qué lo hizo o por qué cambió. Pero así es la vida: siempre te pone frente a nuevos desafíos y dificultades. Lo importante es no rendirse, seguir adelante y trabajar por tus objetivos. Yo tengo muy claros los míos, así que ahora toca enfocarme en alcanzarlos.

«Tomé esas decisiones sin saber si serían positivas o negativas»

Hablando de tu papel en Cien años de soledad, interpretas a Pietro Crespi, Ruggero, ¿cómo fue preparar a este personaje?

Hablándote un poco de Pietro Crespi, es un personaje que realmente me encantó interpretar. Es músico italiano, como yo, lo cual para mí es un plus. También me permitió mostrar otras facetas. Por ejemplo, en la serie tuve la oportunidad de cantar en una escena, algo que nunca pensé que haría.

De hecho, ya lo mencioné antes, pero es una anécdota interesante: el día anterior a grabar esa escena donde le canto una serenata a Amaranta, me enviaron un playback grabado por otra persona. Yo dije: “¿Tengo que hacer playback con eso? Pero si yo canto, lo puedo hacer yo”. Me respondieron que no había tiempo para prepararlo, pero les dije que no se preocuparan. Me fui al baño de mi habitación, grabé el playback con mi celular y lo mandé. Al final, terminé haciendo el playback con esa grabación casera, aunque después lo grabé bien.

Este personaje no solo me permitió cantar, sino que también me dio muchas enseñanzas. Aprendí, por ejemplo, a conectar con los caballos, ya que Pietro es un campeón montándolos. Nunca antes me había subido a uno, y fue hermoso poder establecer esa conexión con un animal tan noble.

Para prepararme, leí Cien años de soledad lo más rápido que pude. Cuando me confirmaron para el papel, pasaron solo tres días antes de que me mandaran a Colombia a teñirme el pelo de rubio y a dejarme crecer el bigote. En ese tiempo, leí la novela en el avión y en casa con todo el amor y respeto posibles. Una vez en Colombia, me entregué por completo a Pietro Crespi y lo interpreté con el máximo respeto hacia García Márquez y los fans de su obra.

Esto no solo fue mi experiencia personal; el proyecto en general fue cuidado con un amor y respeto inmensos para que todo saliera de la mejor manera. Si te soy sincero, siempre hay una incógnita sobre cómo reaccionará la gente. Ayer, un poco masoquista, me metí en Twitter para leer comentarios. Pensé que encontraría críticas duras, pero solo vi mensajes positivos. Fue hermoso ver cómo las personas percibieron que este trabajo se hizo con respeto y amor, algo que sin duda define este proyecto.

«Quise ser yo quien cantara en la serie»

¿Sentías la presión por parte de los lectores de Gabriel García Márquez acechar a la producción, Ruggero?

Siempre pasa y seguirá pasando. Aunque haya leído comentarios positivos, es inevitable que también haya opiniones diferentes o críticas. Es algo normal, especialmente cuando se trata de una obra tan querida como Cien años de soledad. La gente que leyó el libro se lo imaginó de una forma; los directores también tuvieron su propia visión, pero al final, cada uno interpreta la historia a su manera. Es natural.

Por ejemplo, llegué a leer un comentario que decía: «Che, yo a Pietro Crespi me lo imaginaba más lindo». Bueno, ¿qué quieres que te diga? Mi mamá me parió así, y son cosas que pasan. Pero esas opiniones hay que respetarlas.

Siempre tuvimos claro que la prioridad era el libro. Lo fue para nosotros desde el principio. Pero entiendo que quien es fanático de Cien años de soledad siempre va a preferir el libro, porque es la versión original de esta historia. Lo que hemos hecho con la serie es simplemente sumar algo al universo de la obra, una interpretación visual y artística que quizá, incluso, pueda invitar a los lectores a ampliar su perspectiva la próxima vez que vuelvan a leerlo.

«Entiendo que el que la gente prefiera el libro»

¿Qué te ha enseñado este personaje?

Creo que los sentimientos de mi personaje son algo realmente especial. Tiene una sensibilidad única, un corazón enamorado y al mismo tiempo roto, que deja una enseñanza valiosa: está bien confiar, pero confiar demasiado no siempre es lo mejor. Hay que aprender a mantener los ojos abiertos, a encontrar un equilibrio.

Grabé escenas muy emocionantes con este personaje, y esas emociones también se trasladaron a otros aspectos de mí. Por ejemplo, al tocar la guitarra, siento que algo de esas vivencias se queda conmigo. Al final, cuando interpretas a un personaje, aunque sea ficción, seguimos siendo humanos, con nuestra piel y nuestro corazón. Y esas emociones, aunque ficticias, de alguna manera nos atraviesan.

Esa conexión me deja nuevas experiencias que sé que voy a descubrir y aprovechar más adelante, especialmente cuando vuelva a escribir nuevas canciones. Todo esto forma parte de un aprendizaje que me enriquece como persona y como artista.

¿Has llegado a componer canciones pensando en su historia?

Seguramente, como te dije, todo esto ahora forma parte de mi vida. Pietro Crespi será siempre parte de mi recorrido, de mi carrera. Todo lo que viví con él quedará aquí, como una experiencia que me marcó y que llevaré conmigo.