La cantante y compositora canaria Nia Correia regresa a YOUNG para presentar su última colaboración junto a Guaynaa, titulada «Vamo’ echando«. La artista cierra un año con pocos proyectos, pero de grandes canciones como resultado y una montaña rusa personal y emocional que nos contará sin ningún reparo en este encuentro realizado en el hall del hotel NH Sants.
Esta entrevista se ha grabado y realizado en el hotel NH Sants, queremos agradecerles el apoyo que han tenido con nosotros. Si visitas Barcelona, no dejes de visitarlos.
Me alegra volver a verte Nia. Has sacado esta colaboración con Guaynna de sorpresa, no obstante estamos preocupados, tus fans supongo que también, por una publicación en tu perfil de Instagram que dices que esta colaboración llegó en el peor momento, ¿qué ha pasado?
Pues, realmente no ha sido solo por la canción, sino por mi carrera en general. Todos sabemos que la música es un camino complicado y lleno de retos. Surgen contratiempos que no dependen de uno, cosas que simplemente están fuera de tu control. Esas situaciones, inevitablemente, hacen que a veces pierdas la ilusión y que mantener las ganas y la motivación sea un desafío.
Sin embargo, entiendo que esto forma parte de la dinámica de la música. Son etapas, rachas que van y vienen, y aquí estoy, intentando seguir adelante. Es parte del proceso, supongo.
«A veces pierdas la ilusión y que mantener las ganas»
Nia, ¿te has llegado a platear dejar la música?
¡No, eso jamás! Al final, esto es lo que más amo en el mundo: hacer música. Nunca me plantearía dejarlo. Es cierto que a veces te vienen bajones, momentos en los que te frustras y, sinceramente, te dan ganas de mandar a más de una persona a la mierda, aunque no puedas porque estás trabajando. Pero bueno, son cosas que pasan. Son rachas, y así es esto: a veces estás arriba y otras veces estás abajo.
¿Cómo llega Guaynaa a tu proyecto?
Pues mira, recuerdo perfectamente que un día me desperté llorando, con una angustia terrible. Sentía que las cosas no avanzaban, que necesitaba sacar música, colaborar con gente, pero no sabía cómo hacerlo.
Desesperada, le escribí a un amigo que está en el equipo de Guaynaa, le dije: «Oye, tengo una canción. Sé que trabajas con él, quiero pasártela a ver si, no sé, suena la flauta y quizá la escucha y le gusta.»
«Hacer colaboraciones y crear música con otras personas es siempre una forma de sumar»
¿Los versos que canta Guaynaa en ‘Vamo’echando’ son escritos por él o formaban parte de la canción en el inicio?
Sí, esa parte la compuso él. La canción ya tenía algo escrito originalmente, pero decidí darle total libertad para que hiciera lo que quisiera en esa sección. Al final, confío en su visión y creo que aportó algo único.
Esta año, Nia, cierras con otra colaboración igual de interesante, el de Tatiana Delalvz, ¡menudo temazo!
¡Qué guay! Muchas gracias.
Nia: «Lo más complicado, sin duda, es llegar a la gente»
En verdad este ha sido un año en el que has hecho colaboraciones, que han abierto nuevos mundos, incluso intentando que otros artistas se acerquen a tu estilo. ¿Cómo ha sido ese viaje con esos artistas?
Para mí, hacer colaboraciones y crear música con otras personas es siempre una forma de sumar. Siempre aprendes algo nuevo de cada persona, y tener la esencia de alguien más en una misma canción le da más fuerza. Es como enriquecer la música desde diferentes perspectivas. Creo que se trata de eso, de aportar y crecer juntos.
En nuestro anterior encuentro me dijiste: «si te digo lo que no he sentido miedo te estaría mintiendo. Pero yo hago música porque me gusta, me gusta hacer lo que hago y siento que tenía que ser honesta. No siento que podría haber hecho nada y mejor porque es mi música y no le pondría el mismo empeño o pasión a otro género porque es lo que me sale de mi alma». ¿Cuál es el precio de mantenerse firme siendo auténtica, Nia?
Lo más complicado, sin duda, es llegar a la gente. Cuando trabajas con un estilo de música que no está en auge, cuesta mucho más encontrar un espacio en playlists, festivales o conciertos. No dejo de estar en España, donde, aunque hay un público latinoamericano increíble, es más difícil que una salsa, por ejemplo, tenga el mismo alcance que el trap o el reguetón, especialmente entre el público joven.
Lograr entrar en esos circuitos y festivales es un reto enorme. Creo que esa ha sido la pared más alta que he tenido que romper: la de conectar y llegar a más personas con mi música. Es un proceso de trabajo constante, de picar piedra poco a poco, pero también de confiar en que lo que hago tiene su lugar, aunque tome más tiempo.
Hace un año de tu portada en YOUNG, ¿Crees que Nia se ha fortalecido en este año, que ha podido resolver esos bajones?
Pues, si te soy sincera, no lo sé. No sé si me he fortalecido o si simplemente estoy en un punto de mayor claridad, de entender la realidad de lo que cuesta realmente dedicarse a la música y, especialmente, al género que hago.
No sé si fortaleza sea la palabra adecuada, pero creo que ahora tengo los pies en la tierra más que nunca. Estoy aprendiendo a no precipitarme, a avanzar paso a paso, con calma, aceptando el proceso tal y como es.
«Ahora toco más los pies en la tierra»
Nia, ¿qué es lo que ahora te inspira para componer, en qué momento de tu vida te encuentras?
Ahora mismo tengo mucha curiosidad por explorar nuevas direcciones. No voy a inventar nada completamente nuevo, claro, pero sí estoy buscando crear algo diferente juntándome con personas que no tienen nada que ver con lo que yo hago. Me interesa mucho fusionar esos dos mundos. Por ejemplo, últimamente he estado trabajando con productores que nunca han hecho salsa en su vida.
Hace poco, estuve con un productor que se llama Menem, a quien Rolling Stone acaba de destacar como artista a seguir. Él me decía: «Es curioso porque no tengo ni idea de cómo hacer lo que tú haces». Pero eso es lo interesante. Nos juntamos un buen equipo —normalmente somos tres o cuatro en las sesiones—, y ahí pasa algo mágico. Por ejemplo, mientras me empapo de lo que hace alguien con un enfoque más moderno, lo combinamos con un productor más clásico, y de repente logramos una fusión: algo latino, pero con un giro más actual o llevado a otro mundo.
Eso es lo que quiero conseguir, y creo que hay un terreno enorme por explorar ahí. Es un camino que puede dar resultados muy interesantes.
Regresando a «Vamo’echando», se ve que hay mucha complicidad con Guaynaa, ¿cómo fue el rodaje con el artista?
Es increíble porque él es una persona que rema a favor, súpercercano, súperamable con todo el mundo. O sea, es una persona normal, un artista normal, que ves por ahí gente que no y él sí. No sé, con todo el alcance que tiene y con toda la gente que puede llegar, tú lo ves y es un amor, es un amor de niño.
«He pasado por un bajón importante»
Para terminar, Nia, con esos altibajos que has sufrido este año, ¿Cómo llevas la salud mental?
Pues sí, la verdad es que a ratos. Tengo mi psicóloga, y gracias a ella, porque no sé qué haría sin ese apoyo. Como en todo en la vida, hay días en los que estás feliz y otros en los que no tanto. Justo hablaba de esto con un amigo hace poco. Me escribió después de mucho tiempo sin hablar y me dijo algo como: «Me da rabia porque te veo feliz en redes, pero en realidad no sé mucho de tu vida.»
Y le respondí con total sinceridad: «Eso no es del todo real.» Hoy, por ejemplo, estoy contenta porque voy a sacar una canción, y me hace mucha ilusión después de tanto tiempo sin lanzar música. Pero también he pasado por un bajón importante, y creo que es importante que la gente lo sepa. Al final, somos personas normales, con momentos buenos y malos.
Lo que me ayuda a salir de esos bajones es mi entorno: mis amigas, mi gente cercana y las cosas buenas que me van pasando. Eso siempre levanta el ánimo, pero sí, los bajones están ahí, como le pasa a todo el mundo. Es parte de ser humano.
Nia, ¿tienes algo preparado para publicar próximamente?
Sí, claro, tengo preparadas cositas para el año que viene. Tenemos una canción ahí que no sabemos si va a salir antes de que termine el año o no, pero yo creo que ya saldrá para el año que viene. Y sí, claro, claro, tengo canciones que tengo ganas de que salgan a la luz.
Después de Palo Santo no lo sé si podemos hablar de un disco, porque hacer un disco siendo independiente es bastante complicado. Pero creo que sí, o sea, la idea es volver a hacer disco.