La directrora Sandra Romero en un momento de la producción de "Por donde pasa el silencio"
La directrora Sandra Romero en un momento de la producción de "Por donde pasa el silencio"

Sandra Romero: «Esta es la película que quería hacer, abrazando tanto lo acertado como lo erróneo»

La directora estrena 'Por donde pasa el silencio'

La directora novel Sandra Romero presenta su primer largometraje en YOUNG. «Por donde pasa el silencio» llega en cines después de recibir una nominación en los 37 Premios Asecan del Cine Andaluz y dos premios en el Festival de Cine Internacional de Almería 2024.

La película llegará a las salas tras el éxito en su proyección en el Festival de San Sebastián, en la categoría «Nuevos directores«. Y más recientemente, ha formado parte de la programación del festival de cine gay y lésbico de Madrid – LESGAICINEMAD-.

Ha sido tan buena la acogida de este proyecto personal de la directora, que algunos medios apuntan su candidatura en la próxima edición de los premios de la Academia, los Goyas. Notros hablamos ayer con Sandra Romero vía telefónica, para poder descubrir un poco sobre el proyecto.


Bienvenida Sandra Romero a YOUNG, primera vez y para hablar de «Por donde pasa el silencio», felicidades por la película, es preciosa. Pero, el personaje de Antonio lleva toda la carga emocional de la historia, ¿cómo lo has trabajado para poder mantener esa tensión que lleva este personaje?

Al final, Antonio es un personaje con el que más empatizo, ¿no? En ese sentido, nosotros, Antonio y yo, que ya hemos trabajado juntos en otros cortometrajes y somos amigos, hablamos mucho sobre los procesos de actuación. Nos interesa especialmente encontrar ese equilibrio entre transmitir emoción y, al mismo tiempo, mantener algo real, esa naturalidad que refleja la vida. Eso era fundamental para mí en el tono de la película.

Antonio está interpretado por Antonio Araque
Antonio está interpretado por Antonio Araque

Antonio, al final, es un personaje que, a pesar de que la película es muy coral, se convierte en el punto de vista principal. Es él quien carga con la narrativa; es a través de sus ojos, de lo que absorbe y de las decisiones que toma, que conocemos todo. Para mí, fue un personaje que tenía que actuar como una especie de receptor, alguien que absorbe lo que los demás proyectan hacia afuera.

Nuestro trabajo conjunto fue en esa dirección: contar su historia sin que su personaje explotara emocionalmente, como sí les sucede a otros en la película.

«Antonio fue un personaje que tenía que actuar como una especie de receptor»

La película «Por donde pasa el silencio» es un proyecto que partió de un cortometraje homónimo realizado en 2020. ¿Por qué lo recuperas cuatro años más tarde?

No es que retome la historia después de cuatro años, sino que comencé a escribirla hace cuatro años. Mientras terminaba el cortometraje, había algo en él que también era un regreso. Un regreso de Antonio, sí, pero desde un encuentro con un exnovio. En ese corto se hablaba del desarraigo, de volver a un lugar y encontrarlo distinto, siendo tú también otra persona. Pero todo eso se exploraba a través de la relación con una expareja.

En ese cortometraje, brevemente, aparece Javier, quizá unos diez segundos, y María tiene una escena, aunque no dura más de tres minutos. En esas imágenes, se ve a Antonio y María interactuar, y lo que me gustaba es que eran hermanos reales. Había algo en ellos que me atraía como directora porque me interesaba retratar la familia, aunque en ese momento no tenían tanto peso en la narrativa. Al no ser actores profesionales, no estaba preocupada por ello porque su participación era pequeña.

Sin embargo, al revisar esas imágenes, me daba cuenta de todo lo que había ahí, y sentí pena de no haber profundizado más en ellas. Ese impulso, unido a mi propio regreso durante la pandemia —porque el final del cortometraje también hablaba de un regreso—, me llevó a una necesidad personal de hablar sobre la familia desde mi perspectiva como cineasta.

Sandra Romero: «Al revisar esas imágenes, me daba cuenta de todo lo que había ahí»

Cuando te preguntas «¿De qué puedo hablar yo?», para mí, la respuesta siempre remitía a la familia, no solo por experiencias personales, sino porque esas vivencias conectaban profundamente con la película que quería hacer. Así nació la idea: una película familiar con elementos personales que, de alguna manera, se reflejaban como en un espejo con las personas con las que ya estaba trabajando. Ese fue el impulso para escribirla y comenzar el proyecto.

¿Qué es lo que te motivaba para decidir escribir una película sobre la familia y más, con una familia que es un poco desestructurada?

Justo hablando de las estructuras, siento que la familia es la primera estructura social a través de la cual nos construimos. Dentro de una familia entendemos muchas cosas sobre quiénes somos en muchos otros niveles. Es una estructura que, además, es abarcable dentro de una película.

El elenco de "Por donde pasa el silencio"
El elenco de «Por donde pasa el silencio»

Creo que, a través de las relaciones familiares, podemos comprender muchas cosas en distintos planos, incluso a nivel político o social. Y, de alguna manera, también resulta algo muy cercano y comprensible porque todos tenemos una familia, ¿no?

«Siento que nunca solté esta historia»

Por supuesto, ¿regresar a esta familia, cuatro años después, ha sido un regreso fácil?

Bueno, yo creo que el propio hecho de hacer una película ya es una turbulencia, ¿no? Sacar adelante un largometraje es un trabajo en conjunto de muchas personas, como una familia, y definitivamente no lo definiría como algo tranquilo. Es una aventura, sin duda.

De alguna manera, siento que nunca solté esta historia desde que comenzamos con el cortometraje. Nunca se separó completamente; una cosa empezó a conectarse con la otra, y así fue evolucionando.

Sandra, ¿crees que tendrá más recorrido Antonio y su familia?

Bueno, esa es una pregunta súper difícil de responder, ¿no? Pero, por ahora, siento que la película que quería hacer, esas primeras imágenes que me impulsaron a seguir, se han materializado en esta obra, en esta película. Lo que falta ahora es que llegue al público, aunque ya hay personas que la han visto, que han podido experimentarla.

Los hermanos Antonio y Javier Araque
Los hermanos Antonio y Javier Araque

He tenido la oportunidad de compartir un espacio con ellos en el cine, hablar y escuchar sus impresiones. Porque, al final, para mí es importante que esta película conecte con la gente, con quienes puedan encontrar algo significativo en ella.

«Cuando haces una película, esperas que encuentre su lugar y su público»

Con todas las plataformas y festivales que ha pasado tu obra, incluso ese doble premio en Almería, ¿esperabas que todo esto sucediera cuando te embarcaste en producir una versión extendida de ese cortometraje, Sandra Romero?

Nunca lo pensé porque creo que no se puede prever. Cuando haces una película, esperas que encuentre su lugar y su público, ¿no? Y, desde luego, cuanto a más gente le llegue, mejor. Pero, al mismo tiempo, a veces se trata simplemente de llegar a las personas que realmente quieran verla.

Eso no es algo que puedas planear del todo. Por eso, todo lo que hemos recibido hasta ahora ha sido una alegría y una celebración para nosotros.

Sandra Romero: «Uno tiene que encontrar su propia manera de mirar un lugar»

Sandra Romero, ¿qué referencias tenías en mente para este proyecto, en cuanto color, tono o planos?

De alguna manera, todo lo que es el color o lo estético lo aporta mucho el lugar. Yo volví a un sitio que ya conocía muy bien.

Luego están las referencias, aunque estás, a veces son peligrosas, así que intento no usarlas demasiado. Sin embargo, para mí, por ejemplo, Cassavetes fue una referencia importante, sobre todo por su enfoque en la creación desde lo caótico, en capturar el caos de la vida. Incluso con una cámara y un equipo de rodaje presentes, buscaba posicionar la cámara de manera que permitiera que la vida se expresara libremente, convirtiéndose después en cine.

La directrora Sandra Romero en un momento de la producción de "Por donde pasa el silencio"
La directrora Sandra Romero en un momento de la producción de «Por donde pasa el silencio»

Un referente importante fue Isaki Lacuesta con Entre dos aguas, una obra española que vuelve a Cádiz y trabaja también con dos hermanos. Esa película retrata muy bien el color y el espíritu de Andalucía. A nivel fotográfico, también exploramos algunas referencias de las películas de Andrea Arnold. Había, sobre todo, un interés en fijarnos en las intenciones realistas de otros cineastas.

Sin embargo, creo que es importante abandonar las referencias en algún punto. Uno tiene que encontrar su propia manera de mirar un lugar, y en este caso, yo quería explorar una mirada sobre un sitio que nadie más había capturado antes. Mi pueblo, por ejemplo, no había sido retratado en ninguna película más allá de algunas escenas que recreaban otros lugares, pero no como el lugar en sí mismo.

Así que al final también es un homenaje a tus raíces, a tu pueblo.

Sí, es una manera de hacer una película aprovechando la experiencia y la sensibilidad que el propio lugar de origen puede provocar. Es una corriente que también han explorado otros cineastas, quienes nos han abierto camino en este enfoque.

«Hasta que no termine de soltar esta película, me cuesta pensar en escribir algo nuevo»

Sandra Romero, ahora que la película ya camina sola y está terminada, ¿cómo te sientes, qué quieres hacer ahora?

Estoy muy contenta de tener la oportunidad de estrenar una película en cines, algo que no es fácil. Que una película encuentre su espacio en una programación, y más a estas alturas del año, es un logro. Por otra parte, también estoy nerviosa por cómo se recibirá, por saber si la gente seguirá conectando con ella como siento que ha pasado hasta ahora. Siempre hay una sensación de incertidumbre y nerviosismo.

Por otro lado, hasta que no termine de soltar esta película, me cuesta pensar en escribir algo nuevo. Aunque empecé a escribir este verano, es complicado concentrarme plenamente en una nueva historia mientras sigo ligada a este proyecto. Además, también trabajo como profesora de cine, algo que me encanta, pero que también me mantiene ocupada. Así que, hasta que no cierre del todo esta etapa, será difícil entrar de lleno en lo nuevo, aunque ya estoy dando los primeros pasos para escribir otra historia.

Sandra, ahora que has visto tu película terminada, ¿hay algo que sientes que podías haber profundizado aún más?

Yo siento que esta es la película, la película que quería hacer. Creo que incluso todo lo acertado y todo lo erróneo se puede abrazar, porque es lo que hace que sea única. Esta es la película que quería hacer, y de eso estoy muy segura. Más allá del resultado o de cómo vaya, lo importante es sentir que en el corte final está reflejado todo este proceso y todas estas vivencias.

¿Cómo te gustaría que dentro de unos años, cuando los docentes de cine revisen tu obra, qué legado te gustaría dejar en esta industria?

Lo que me gustaría es que la gente pudiera ver que existen formas y procesos diferentes de acercarse a la ficción de manera industrial. Que, si alguien se interesa por el resultado de esta película, también pueda conocer el proceso detrás de ella.

Hay muchas maneras de hacer cine, y todas son válidas en ese sentido.

¿A qué te refieres?

Por ejemplo, trabajar con hermanos reales, sin importar si son actores profesionales o no, sino que forme parte del proceso de crear una película específica. La idea es crear desde la intención de que la vida misma se cuela dentro de la ficción. Esto implica que los procesos de producción no sean rígidos ni estancos. Eso es lo que quiero destacar. Esta es una película que siento que se ha hecho desde una libertad muy auténtica, y ha sido un proceso muy bonito de llevar a cabo.