LAS CHICAS DE LA ESTACIÓN de Juana Macías se estrenará en el Festival de San Sebastián

‘Las Chicas de la estación’: la película que refleja una verdad incómoda

La película se inspira en un caso real de violación grupal a una menor en Palma de Mallorca

El próximo viernes llega a las salas de cine ‘Las Chicas de la estación‘. Una película basada en hechos reales sobre el caso de abusos sexuales hacia una menor tutelada por la administración balear. La película está dirigida por Juana Macías y protagonizada por Julieta Tobío, Salua Hadra y María Steelman.

La cinta llega al público después de recibir elogios y aplausos en San Sebastián.

Una historia real

En 2019 Palma de Mallorca fue el foco de todas las miradas al destapar un caso flagrante de seguridad sobre una menor tutelada por el Estado que fue víctima de abusos sexuales en grupo. La víctima tenía trece años en el momento de la violación.

Pero eso solo era el iceberg de la historia. Tras esa denuncia, los medios de comunicación y los investigadores, destaparon una realidad aún más preocupante: varias niñas menores tuteladas por el Estado, habían sido cautivas de red de prostitución y drogas.

La investigación se enfocó en responder si los educadores del centro de menores formaban parte de esa red y terminaron determinando que se trataba de casos aislados. La causa fue archivada y solo algunos autores fueron condenados a un año de internamiento y al pago de 8.500 euros para la víctima. Lo peor de todo es que educadores, al igual que los agentes policiales, eran conocedores de la existencia de esas prácticas y redes de prostitución con menores y no hicieron nada.

Fotograma de Las Chicas de la estación

«Una realidad que nadie quiere ver»

Las Chicas de la Estación nos sitúa a un grupo de amigas que, por ir a un concierto, deciden buscar dinero fácil intercambiando prácticas de sexo oral en los baños de una estación. La trama cobra más relevancia cuando dos de ellas, empiezan a participar en fiestas desfasadas en chalets privados, en la que clientes y menores se encontraban y se producían actos sexuales de todo tipo.

Cuando Alexa, la amiga de Jade, decide salir de fiesta con conocidos del barrio, regresa al centro tras haber sido víctima de una violación en grupo.

Fotograma de Las Chicas de la estación

Y no se ha hecho nada

La directora de la película, Juana Macías, pone el foco sobre los verdaderos responsables de esos abusos y de esa red, proxenetas y pedófilos. Pero no solo eso, también desmonta la inacción de los protocolos y la poca eficacia para poder ofrecer un espacio seguro y cuidadoso para estos menores.

En palabras de Macías, «»Las chicas de la estación» es una historia sobre la capacidad infinita del ser humano de resistir y florecer en las peores circunstancias».

Después de destapar el caso y tras la sentencia judicial, la Administración no ha actualizado los protocolos y sigue sin poder hacer frente a esta incómoda realidad.

La prensa suma cada año nuevos casos, como los sonados en Asturias, Navarra o Murcia. Hay un descontrol, pero también una inacción alarmante. Esta película lucha para que la opinión pública impulse cambios en la agenda política de este país.

Un espacio para la reflexión

Fotograma de Las Chicas de la estación

La historia ayuda a reflejar otros aspectos a tratar como son las familias rotas, la soledad que sienten estos menores, el odio hacia una sociedad que les da la espalda y en ese espacio, nace la necesidad. Una necesidad para ser queridas, una batalla que se vive como en una selva y en las que hacerse adulta es una necesidad para poder sobrevivir.

Hay una frase que dice el personaje de Álex, «aquí te escuchará la psicóloga, pero no sirve para nada». Creo que esa frase ya era un adelanto de que los protocolos básicos no ayudan a aliviar la pesada carga emocional que sufren y que les evoca a caer en redes en los que se sienten seguros o valorados.

Fotograma de Las Chicas de la estación

«Las chicas de la estación» está protagonizado por Julieta Tobío, Salua Hadra y María Steelman. Un elenco desconocido, al menos para mí, que ha trabajado con mucho respeto a la historia y con madurez. Un trabajo muy bien ejecutado, natural, imagino que tenso e incómodo. Se ha hehco un trabajo tan bueno de preparación de este elenco, que puedes olvidarte de una actuación y ves una historia real.

La crítica

Es una historia espeluznante, pero es la realidad que viven de cientos de niñas en nuestro país. Es una película que pone voz a quienes se las han arrebatado. Una incómoda verdad que la Administración, en su afán por dar una imagen paternalista perfecta, le da la espalda a quienes más lo necesitan.

Es una historia brillante, a pesar de ser oscura. Supongo porque la directora tiene la esperanza de que, tras esta historia, se tomen las responsabilidades necesarias. Pero sigue sucediendo, la víctima se siente cada vez más vulnerable, insegura y señalada.

Supongo que la elección musical y la edición de «Las Chicas de la estación» va dirigido a un público joven, más que adulto. Entendería que se tomara esta decisión para poder ser más atractivo para los jóvenes como testimonio del peligro que supone esa realidad.

Como le dice el educador interpretado por Pepo Llopis, «todos partimos de una realidad, pero podemos decidir nuestro camino».