Pedro Feijoo regresa a las librerías con un intrigante thriller político. Con Galicia de escenario, los protagonistas tendrán que desenterrar una influyente red de corrupción, violencia y muertes que llevarán hacia el candidato a la presidencia. La novela se llama “Nadie te contará la verdad”, aunque él sí nos la ha contado en esta fascinante entrevista en YOUNG.
Pedro Feijoo, bienvenido a YOUNG, primera pregunta, ¿en qué momento empiezas a escribir esta novela?
El problema con esta novela, porque claro, era saber cómo afrontarla. Era saber qué te vas a meter en un marrón o que me iba a conseguir a hacer muchos amigos. Por eso decía, lo del problema viene de lejos.
No te caes de un guindo ayer por la tarde y descubres que hay una cosa que se llama corrupción, de una manera u otra, es algo que percibes constantemente. Es como aquello que dicen en un momento de Matrix, al principio puedes no verla. Puedes intuir que está ahí. Puedes notar que hay algo raro, pero no la ves, pero de repente hay un día que la ves y cuando la ves ya no dejas de verla nunca más.
La corrupción es algo que indica que hay cosas que no están bien, pero una vez que tomas consciencia de realmente cuál es el problema, y hasta dónde llega, luego ya el cabreo te puede de tal manera que no, que no dejas de percibirlo en todas partes.
“Apenas tengo quinientas páginas”
De hecho, es una novela que tiene muchas historias dentro que a mí me recuerdan a muchas historias que han aparecido en la prensa.
Es muy frustrante porque lo único que hacía en esta novela, lo único que hice fue cómo crear un único paraguas de ficción bajo el que albergar, pues todas esas casas que efectivamente son referencias a casos reales y muchísimos más.
Como apenas tengo quinientas páginas, que es como el espacio en el que me muevo habitualmente para intentar contar lo más de la manera más rápida y a poder ser entretenida posible, tuve que plasmar un reflejo de todo esto que nos desborda alrededor y que es real.
Por supuesto, en la primera línea de documentación, pues es la hemeroteca, la hemeroteca cruzada. Además, buscar la misma información a través de distintas fuentes, pero luego lo que a mí me parecía más interesante del proceso de documentación eran las entrevistas con personas que tenían que ver de un modo u otro con todas las historias que luego voy a contar en la novela.
Y ahí empezabas a tirar del hilo y veías que en todos estos casos eran tantos y tan extensos, tan intrincados y que estaban por todas partes, de tal manera que la sensación de frustración era porque por mucho que me esfuerce, no voy a poder contarlo bien. Por mucho empeño que tenga, por muchas páginas que me den, es que la realidad va a ser todavía más extensa, más feroz, más desalmada.
“La realidad puede ser más feroz que la ficción” – Pedro Feijoo
Pedro Feijoo, has dicho antes, que tu espacio de trabajo son 500 páginas, ¿por qué te pones ese límite porque no se podría hacer incluso hasta dos partes?
Pues mira, no es un límite, en realidad es una cuestión casi de instinto. Es como tener ya un formato muy integrado. No sé decirte por qué, pero de hecho, tengo un muy buen amigo aquí en Galicia, que se llama Diego Ameixeiras, que es para mí es el gran autor de novela negra gallega. Y Diego escribe unas novelas maravillosas, pero de verdad sublimes en 120 páginas.
Siempre le digo, tío, me encantaría poder escribir como tú y él me dice, no, es que ese es mi formato, es como la historia me pide esa extensión. Supongo que a mí me pasa algo parecido, que es como el espacio en el que necesito para articular una historia.
De hecho, “Nadie te contará la verdad” es una novela que deja la puerta abierta para una continuación, que es en lo que estoy trabajando ahora. Falta que los lectores digan por nosotros también, porque nunca, nunca escribo sin para mí. El trabajo de escritor es muy solitario, muy para mí. Yo siempre mantengo ese diálogo. Esas pruebas de comunicación siempre están abiertas y además yo las busco, es algo que he hecho desde la primera novela.
Estoy siempre muy pendiente de lo que me dicen los lectores, así que si les interesa y de momento parece que sí, que está yendo todo muy bien, pues entonces sí, yo seguiré con una continuación de esta historia.
¿Qué tipo de investigación se lleva a cabo cuando quieres hablar de una trama de corrupción?
Pues mira, para mí lo más importante para me he entrevistado, claro, esto es un proceso largo. De hecho, la redacción de la novela, pues igual ha sido cosa que no ha llegado a un año la redacción, pero antes llevaba dos años trabajando en la investigación. De documentación, de investigación, de y como te decía, lo más interesante ha sido hablar con gente que de un modo u otro tenía algo que ver con la corrupción.
He hablado con gente que se ha visto afectada por casos de corrupción, con gente a la que le han pedido cantidades exorbitantes por concesiones que en realidad no valían ni dos duros. He hablado con gente que ha perdido sus casas por operaciones de especulación inmobiliaria descaradísimas.
Pero también me he reunido, pues a ver desde luego con la gente que contaba esas historias con muchísimos periodistas de todos los niveles. Desde el redactor que está a pie de calle, hasta el jefe de sección, el reactor jefe, el director o la persona que se sienta en el Consejo de administración, porque me interesaba también ver cómo me contaban cada uno de ellos, desde sus distintas perspectivas, la misma historia.
Y con políticos también, claro, con cargos de la administración pública, pero lo que hacía en todo momento y creo que esto es importante.
¿Por qué te has tomado tantas molestias, Pedro Feijoo?
Con “Un fuego azul” es precisamente esto, justo esto que te acabo de comentar, yo creo que publicar es una responsabilidad siempre. No es algo que te puedas tomar como autor a la ligera.
El lector tiene todo el derecho del mundo a hacer lo que le dé la gana con tu trabajo, pero tú, como autor, tienes que ser responsable. Primero de lo que estás haciendo, aunque no te des cuenta al publicar, es pedir que los demás te den o te confíen el bien más preciado que tenemos todos, que es el tiempo. Si yo te propongo una historia de 500 y pico páginas y tú te acercas a ella, lo que me estás diciendo es que por un rato, tú me vas a dar tu tiempo.
Tengo la obligación de, a cambio de ese tiempo, contarte la historia lo mejor posible de la mejor manera posible. Porque se va a establecer, además, ese diálogo con del autor y el lector. Esto fue algo muy, muy, muy enriquecedor durante todo el proceso de “Un fuego azul” que fue una novela que funcionó a lo bestia.
Esa novela cuando la escribí era muy bestia, trataba de un tema terrible, era muy duro. También con mucha verdad debajo, pero tú siempre podías decir, bueno, es, es muy duro, pero a mí esto no me ha pasado nunca. Pero claro, en el caso de la corrupción es que de un modo u otro a todos nos afecta. Así que si te voy a contar esta historia, tengo que contártela bien.
Pero también es verdad, Pedro, permítame que te ponga un poco en duda porque mira, hay una cosa interesante, y es que siendo novela, Podrías haberte inspirado en un caso de corrupción, incluso inventándotela, creando una situación típica, fácil de elaborar.
Precisamente por lo que decía, porque eso no sería honesto. Mira, tienes toda la razón. De hecho, yo lo único que estoy haciendo es poner encima de la mesa muchos casos que ya conocemos. ¿El problema es que por qué los conocemos? Los conocemos porque nos han llegado a través de medios de comunicación, de periódicos, de informativos, de nuestro entorno. La dificultad que hay con eso es que al mismo tiempo, tal como intento de escribir en la novela.
Cuando la gente me pregunta, bueno, es que es una novela sobre la corrupción en política, le digo no, no es una novela sobre la corrupción en general. Por desgracia, la corrupción no se puede adquirir solamente a la política, aunque nos hayan vendido esa historia. En realidad ves que la política simplemente es otro campo más por el que aparecen los tentáculos de este monstruo tan grande.
