Los cuentos de hadas siguen funcionando tanto en la novela como en el mundo del cine y si no, que se lo expliquen a Prime Video. La plataforma apostó para traer a la vida la adaptación de la novela superventas homónima, “Rojo blanco y sangre azul” (Red White & Royal Blue) y ha resultado ser su gallina de los huevos de oro.
Soñar en historias de amor para los miembros de la realeza se han limitado en relaciones heterosexuales y no se apostaba en romances que se adentraran en la comunidad LGTBIQA+, pero esto ha cambiado con “Rojo blanco y sangre azul”.
Bajo la dirección de Matthew Lopez, la pareja formada por Taylor Zakhar Perez (Alex) y Nicholas Galitzine (Henry), dan vida a la tormentosa pareja que luchará para encontrar espacio a su ansiado romance. Junto a ellos dos también se suman nombres como Clifton Collins Jr. y Uma Thurman.
Todos merecemos una tierna historia de amor, sin importar con quién
Tanto la historia en la novela, como en la película, abren en la boda del heredero al trono del Reino Unido, cuando el Hijo de la elegida presidenta norteamericana protagoniza un encontronazo con el príncipe Henry. Bañados en tarta, da comienzo una campaña para rehacer las relaciones institucionales entre ambas potencias económicas, mientras se estrechan aún más entre los dos.
Henry deberá enfrentarse a una reticente tradición real, mientras su corazón le empuja a la aventura que supone el hijo de la presidenta de EUA, Alex. Por su parte, Alex es un universitario de derecho que se centrará en ayudar a su madre a la reelección de su gobierno. Pero todo se torcerá con el romance con el segundo heredero al trono británico, pues complicará su romance secreto a los ojos de la opinión pública.
Es cierto que en la versión cinematográfica de “Rojo blanco y sangre azul” se ha recortado secciones centradas en explicar las tradiciones políticas de Reino Unido y la política norteamericana. No obstante, estaríamos delante de una de las mejores adaptaciones de libro a guión audiovisual de todos los tiempos. Se han permitido algunas licencias en la trama para acortar tiempo en pantalla, pero no afectan a la trama principal ni al debate que supone ser homosexual en la encorsetada familia Real. Pero tampoco se ha obviado otro debate que es proceder de descendencia latina y tener cero representación en las élites norteamericanas. Dos debates presentes y necesarios en el debate para el espectador.
Si bien algunos críticos han remarcado que como puntos flojos se encuentra unos limitados efectos visuales frente a pantalla verde, también le aporta un punto de fantasía que te recuerda ser una historia imaginaria.
Los espectadores han querido mostrar su apoyo a unos protagonistas homosexuales y ha obtenido un 86% de apoyo en el indicador internacional Rotten Tomatoes. Y a pesar de competir en la misma época contra Barbie y Oppenheimer en las salas de cine, ha llegado a superar en USA y es la película más reproducida de Prime Video de lo que va de año. Todo un logro para una cinta de plataforma.
De hecho, esa es una pega que hago yo, se necesitan más historias que hablen del amor, sin etiquetas, pero que muestren la preciosa diversidad de nuestra sociedad, en las salas de cine. Hay un público que necesita soñar y otra que debe olvidar sus prejuicios. Normalicemos historias como la de Henry y Alex.
Mi crítica
Como fan acérrimo de la novela de Casey McQuiston no esperaba que una adaptación a película fuera tan fiel a lo que me imaginaba. Me ha gustado mucho por el equilibrio entre drama, trasfondo social, política y sensualidad que convive en “Rojo blanco y sangre azul”.
La química entre los protagonistas, Taylor y Nicholas, es palpable y se ve muy real. Mis felicitaciones a la dirección de casting y mi enhorabuena por contar con una grande como Uma Thurman en el papel de presidenta, impecable y profunda en sus intervenciones.
Hay un pequeño fallo de record que se ubicaría en la cita en la cafetería en París, me produce toc ver el pelo de Taylor muy diferente al resto de la cinta. Pero es una bobada.
Es cierto que los gráficos en pantalla verde se resaltan para mal, teniendo en cuenta que el resto de la cinta se han usado escenarios reales y poco artificiales, incluyendo los platós. Pero es algo perdonable.
A nivel de ritmo, la cinta es ágil y contiene todos los elementos que hicieron que la novela fuese superventas. Además, me han sorprendido la dirección de fotografía, cuyo reto ha sido ponernos en un palacio constantemente.
Para mi sorpresa, la presencia de música latina, incluyendo el tema “Canciones de amor a ti” de la española Rigoberta Bandini, ha sido lo que más me ha enorgullecido personalmente en una producción yanqui dirigida a un público internacional.
“Rojo blanco y sangre azul” la añadiré a mi lista de títulos imprescindibles, como la novela, de historias LGTBIQA+ que me hubiera gustado leer en mi adolescencia. Hacen falta más historias de amor, pero que terminen bien, que te recuerden que no es malo amar, si se ama con el corazón.