Dices que te sientes inseguro con este cuarto libro, ¿cómo estás?
Mal (ríe) la verdad, es que no me siento capaz de seguir escribiendo, pero cuando empiezo a escribir una novela ya se me quita esa inseguridad. Luego, claro está, a veces vuelve, pero con esta novela, me está costando más de volver a sentarme a escribir. No he vuelto a escribir nada desde que se publicó este libro, “Los chicos que juegan con fuego“.
Entiendo que te refieres a la próxima novela.
Eso es.
“La idea está ahí, pero no me animo a escribir”
Hace un año, cuando tú y yo hablamos, me contabas que tenías en mente dos novelas: una y la hemos visto y que es esta, pues trataba de un trío, y la otra era sobre un escenario de ciencia ficción.
A ver, no tanto ciencia ficción, era una idea que tenía, pero que ahora ya no me atrae. Luego se me ocurrió otra. Es que no es tanto conectar con mi inspiración, ni por falta de ideas. De hecho, cuando empiezo escribir una novela y me surge una nueva idea, intento cortar de raíz, porque si no me va a apetecer más la siguiente novela y esta no estaría terminada.
Pero con esta, cuando la terminé, se me ocurrió una nueva historia, pero no me he liado a escribirla, aún. La idea está ahí, pero no me animo a escribir.
¿Eso de que haya gente que tenga expectativas sobre tus publicaciones, sientes que es una presión que se suma a la tuya mientras escribes?
No sé, tampoco, creo que sigue siendo algo que es conmigo mismo. Pienso que es una percepción con mis inseguridades, porque después empiezo a leer los comentarios de la gente y a menudo recibo un montón de cariño. Pero como que no me lo creo, es una sensación rara.