En 1985, en los bosques de Georgia, se encontraron 80 bolsas de medio kilo de cocaína junto a un oso muerto. La causa de la muerte del animal fue la sobredosis, ¿cómo había llegado la droga hasta ahí? En avioneta.
Un abogado y agente de narcóticos había puesto el piloto automático del vehículo para arrojar la droga y luego saltar en paracaídas para, al parecer, luego venderla, pues también se le suponía el líder de una banda de narcotraficantes. Pero al lanzarse al vacío, parece ser, que el paracaídas no se abrió y esto supuso la muerte del hombre.
Este hecho, tan insólito que fue recogido en los periódicos de la época, sirve de base para la comedia de terror Cocaine bear, que en España recibe el ocurrente título de Oso vicioso.
“Oso Vicioso” es una película solvente y cumplidora
Tras las cámaras tenemos a la actriz y directora Elisabeth Banks, que debutó con la secuela de Dando la nota, para luego encargarse de la última versión de Los Ángeles de Charlie – que se saldó con un sonoro fracaso – pero todo y así este es su tercer crédito en la dirección.
Esta es solvente y cumplidora. No hay ninguna escena que destaque, especialmente por la forma en que ha sido rodada ni que tenga una planificación llamativa. En la producción encontramos al dúo formado por Phil Lord y Chris Miller, responsables de títulos como La lego película o la saga Infiltrados en clase, que a punto estuvieron de ser los directores de Han Solo para Lucasfilms, en verdad si lo fueron, pero luego los sustituyeron por Ron Howard. El caso es que la aventura galáctica en solitario del bueno de Han estaba protagonizada por Alden Ehrenreich.
Lord y Miller debieron de quedar contentos con el trabajo del intérprete, pues aquí forma parte del reparto, la verdad que de forma acertada pues tiene una buena vis cómica.
Junto a este, encontramos a Keri Russell, protagonista de aquella serie llamada Felicity, Oshea Jackson Jr., hijo del rapero y actor Ice Cube que cada vez se parece más a su padre, y Ray Liotta en su último papel antes de tristemente fallecer y al que va dedicada la película.
¿Y qué tal la película? Pues lo que tenemos es una monster movie en clave de comedia, que aprovecha este hecho tan insólito para entregarnos una aventura cuyo nexo común es la droga y el oso.
monster movie en clave de comedia
Por una parte, tenemos al personaje de Russell buscando a su hija, que ha hecho campana en clase, para ir a dibujar una cascada y que tiene la mala fortuna de encontrarse con el oso puesto hasta arriba de cocaína.
Por otra, a los narcotraficantes que buscan recuperar la mayor cantidad de droga para poder así venderla.
“Menos loca de lo que me esperaba”
Y luego, como tramas secundarias, tenemos a la guardabosques y su ligue especializado en flores, a tres macarras que siembran el terror en el parque natural, a dos campistas que disfrutan de la naturaleza salvaje, así como un veterano policía, que anda tras el personaje de Ray Liotta, con la intención de meterlo entre rejas.
La forma en que estas distintas historias convergen, dota a la cinta que cuenta con una duración de hora y media, lo cual es de agradecer en un momento en el que parece que todo ha de superar las dos horas de duración, de distintas situaciones aderezadas con los ataques de un oso fuera de lo común. Destacan las set pieces del árbol y la de la ambulancia que a mi parecer es la mejor del metraje.
Menos loca de lo que me esperaba – me he reído pero tampoco es que fuese un no parar de carcajadas- y más gore de lo que esperaba – hay cabezas rodando e incluso algunas tripas aunque digitales-
Oso vicioso supone un buen divertimento un tanto insólito para una major cuya premisa es más disparatada que el largometraje en sí. Su popularidad ha llevado al propio oso a tener un momento en la pasada ceremonia de los Oscars.
Un fenómeno que se ha colocado número uno en la taquilla americana y que supone una buena opción para acudir a las salas en vísperas de semana Santa, buscando algo divertido en la cartelera más cercana.
