El órgano más extenso de nuestro organismo es la piel, cuya función principal está en actuar como escudo protector ante elementos externos nocivos como sustancias químicas, bacterias o influencias de los rayos del sol.
En consecuencia, debemos mantener nuestra piel en perfecto estado de salud, especialmente aquella que nos protege el rostro, para lo cual, entre otros aspectos, podemos utilizar algún tipo de bruma facial, lo que ayudará a tener una piel más hidratada, fresca y revitalizada. Estos tres objetivos adquieren una vital importancia durante estos meses de verano, tiempo en el cual estaremos más expuestos a los rayos del sol.
El cuidado e hidratación de nuestra piel se consigue siguiendo una serie de hábitos saludables y con la inestimable colaboración de algunos productos esenciales como la bruma La Roche Posay. Antes de desglosar una serie de consejos básicos a aplicar durante este próximo verano, así como durante el resto de los meses (el maquillaje, por ejemplo, también puede dañarnos la piel del rostro), indicaremos cómo usar este spray facial. Los productos de bruma facial hidratante es un complemento más en el mantenimiento de la salud óptima de nuestra piel del rostro.
La bruma facial no reemplaza a otro tipo de cremas o tónicos que también resultan beneficiosos. El beneficio de aplicarse una bruma facial reside en que es apto para todo tipo de pieles (incluso las más sensibles), que puede aplicarse en cualquier momento del día, que sirven para protegernos del sol e incluso fijar el maquillaje y, por supuesto, ayudan a que esa piel de la cara esté siempre hidratada. Aparte de usar este tipo de productos, los dermatólogos recomiendan otra serie de hábitos saludables. ¡Veamos cuales son estos consejos!
Retrasar el envejecimiento
El uso de una bruma facial contribuye a una mejor hidratación, pero esto debe complementarse con el uso de algún tipo de loción que también esté preparada para estos menesteres.
Las lociones suelen ser más beneficiosas que las cremas. Asimismo, el ingerir agua también ayuda a tener una piel hidratada. Someterse a algún tratamiento de exfoliación también resulta beneficioso, puesto que se eliminarán todas esas pieles muertas, se limpiarán los poros y la piel conseguirá respirar y mantener esa suavidad que tanto la beneficia. A este mismo fin también se llega potenciando la acumulación de vitamina E y C.
La aplicación de mascarillas faciales también es otro básico, puesto que con estos tratamientos estaremos combatiendo el envejecimiento prematuro de la piel de nuestro rostro. En la actualidad, están muy de moda los tratamientos basados en Aloe Vera. Y si usted tiene un tipo de piel más grasienta, los médicos optan por tratamientos basados con pomelo.
En estos casos, se recomienda acudir siempre a un especialista que evalúe el tipo de piel que tenemos y cuál sería el mejor tratamiento. No es lo mismo una piel sensible que grasienta.
Si recurrimos a algún tipo de crema, previamente deberemos informarnos si es beneficiosa para nuestro tipo de piel. Lo que siempre es beneficioso, y no sólo para el cuidado de nuestra piel, es la ingesta de alimentos considerados como antioxidantes. De esta manera, aparte de proteger a la piel conseguiremos retrasar los efectos del paso del tiempo.
Esto mismo se puede conseguir si durante los meses de verano protegemos el rostro de las inclemencias del Sol. Podemos exponernos, pero siempre y cuando luego apliquemos los tónicos reparadores para alcanzar un buen nivel de hidratación y durante la exposición nos hayamos protegido con las cremas correspondientes.
