Hace 23 años el bueno de Andrew Niccol logró una nominación al Oscar por
escribir una de las mejores y más proféticas películas del siglo XX, El show de
Truman (Peter Weir). La excelente cinta que combinaba un compendio de géneros
cinematográficos que iban desde la ciencia ficción, a la comedia más irónica y por
supuesto al drama, fue y es referente de cómo la vida en directo es actualmente uno
de los negocios más rentables de la televisión e internet. Premisa que sirve a los
guionistas Matt Lieberman y Zak Penn para poner en valor el tipo de contenido que
más se demanda hoy día como es el streaming.
Si el concepto de vida en directo
que protagonizaba Truman resultaba sorprendentemente verosímil, Free Guy lo que
hace es justo lo contrario, juega a dar cabida a todo lo que ya existe y a plantear
cómo surge y sus muchas posibilidades de entretenimiento. Aunque en este caso
llame la atención la carencia de originalidad y alma, aunque para ser sinceros
tampoco le hace falta, porque es un blockbuster únicamente pensado para ser el
Disneylandia de los gamers y streamers y en cuanto a eso no se le puede poner
ninguna pega porque lo consigue con creces.
Free Guy cuenta la simpática historia de Guy (Ryan Reynolds) un trabajador de un
banco que descubre que en realidad es un jugador PNJ dentro de un popular y
novedoso videojuego. A partir de aquí el film te adentra en el día a día de Guy y de
cómo la repetición empiezan a cansar a Guy y demuestran que
incomprensiblemente está empezando a desarrollar una personalidad y
necesidades propias, gracias a un experimento dentro de la patente original del
juego en la que se podía desarrollar inteligencia artificial y emocional en sus
personajes. Aquí comienza la epopeya cibernética de Guy y de una legión de
admiradores y gamers que se muestran a favor de la libertad de Guy haciendo de
ello un show súper emocionante del mismo modo que el público apoyaba y vivía
porque Truman alcanzará su merecida libertad fuera del plató en el que había vivido
desde su nacimiento.
La odisea en sí que vive nuestro protagonista no es particularmente emocionante,
pero si lo es la conexión que tiene con una jugadora que a su vez es la creadora
original de su patente Millie, interpretada por una sensacional Jodie Comer y que
será el principal apoyo para que Guy consiga lo que ha soñado siempre: la libertad.
La cinta se vale (tal y como cabía esperar) del gran carisma de Ryan Reynolds
para que la trama funcione y lo consigue en gran parte, pero en honor a la verdad
en más de un momento el film languidece dentro de una espiral de reiteración que lo
único que consigue es agotar al espectador. Su último y potente acto en cambio si
logra entusiasmar y captar la atención en mayor medida, pese a que el espejo en el
que se mira la propia película se parece quizá demasiado a otra cinta de
prácticamente la misma temática y que en mi opinión es mucho más estimulante
Ready Player One (Steven Spielberg, 2018) algo muy curioso ya que uno de sus
guionistas Zak Penn, también firma esta película.
Free Guy es una película muy entretenida que tiene clarísimo cuál es su público y
solo le importa contentarlo a él y agasajarle con todo tipo de referencias y
tecnicismos que literalmente representan su modo de vida online. Afortunadamente
o no, la sombra de Disney pictures planea detrás del estudio que le ha dado luz
verde 20th Century Studios y consigue aderezar con las suficientes referencias del
mundo del ratón Mickey para que en el emocionante clímax final la película logre
también la atención del espectador ajeno al mundo gamer.
En conclusión la colorista cinta de Shawn Levy es un digno entretenimiento por
para los gamers de la nueva era que funciona correctamente como blockbuster
veraniego, pero que me temo no interesará a nadie que no pertenezca al cada vez
más extenso gremio del streaming y del gaming.
