¿A lo largo del camino de interpretar a vuestros personajes habéis sentido identificados con alguna cosa que le pasa a vuestro personaje?
Pablo: Yo tengo una relación muy estrecha con mi tía Lola y me pasó un poco como a Rai (bromea). Ahora hablando en serio, yo no he sentido muchas similitudes porque no tengo ni la clase social ni en el momento emocional en el que se encuentra Rai.
Claudia: Yo siento que me parezco mucho a Oti en muchas cosas, pero sobre todo en esas ganas de descubrirlo todo, siempre quiere más cosas, sobre todo aprender y aprender.
Pere: Creo que tanto Biel como yo tenemos esa ingenuidad del pensar que las cosas van a salir como deberían. Y también ese camino que hace cuando descubre que a lo mejor no es así.
El tema de la sexualidad y sobre todo de la libertad de esta fue uno de los pilares de la primera temporada. Seguirá siendo así?
Pere: El caso de Pol muestra una faceta diferente de la sexualidad. Hasta ahora se ha visto un Pol que va al ataque y a partir de este momento se puede ver como el sexo puede ser fuente de problemas como pueden ser las ETS. Se encuentra con este problema y se visibiliza este tema des de una perspectiva diferente.
Pablo: Pol en esta ocasión primero tiene que aceptar lo que le ha ocurrido, hacer un proceso interno de aceptación del virus. La serie explica muy bien que a Pol se le ha diagnosticado VIH, que no es lo mismo que el sida, y acude al medico para tener un tratamiento y en ese momento podrá tener una vida plena. Pol además también tiene que lidiar con las dudas de explicárselo a su entorno. Creo que es una lucha muy bonita y a la vez muy necesaria de visibilizar.
Pere: El objetivo, paradójicamente, es que en el futuro la gente no reaccione como Pol. El reacciona con miedo, colapsado, aislado… Y tenemos que conseguir que la gente entienda que con un tratamiento para el VIH la vida es igual que la que se tenia anteriormente.