Película que está siendo aplaudida por toda la crítica norteamericana, Piezas de una mujer, nos relata la historia de una pareja de Boston que deciden tener a su primera hija en casa. Al principio, la escena es cálida, hay nervios y mucho amor, mucho. La secuencia de treinta minutos en plano secuencia es sin duda admirable, sobre todo en el ámbito de actuación.
Vanesa Kirby nos a traviesa con su dolor de parto, con sus nervios, su inexperiencia y la desesperación de ver que algo no va bien. Desde que vemos llegar a la matrona que la asistirá, hay algo que no nos cuadra, será la intención del director, pero no es hasta el final de esta larga secuencia que entendemos el porqué.
Admirable dirección
La niña nace, les mira a ambos y el padre logra retratar esos segundos de vida que tiene. El clímax y el anticlímax que nos ofrece el director en menos de un minuto vuelve ser admirable. La niña se complica en segundos y de una ambulancia pasamos a negro y aparece el título de la película.
A partir de aquí a mí parecer la película decae un poco, Shia labeouf encarna de nuevo un personaje con problemas, alcohólico y que se siente inferior al rango que tiene su mujer en la sociedad.
La película se divide en meses, meses de duelo en el que podemos ver el cómo lo lleva ella, con una entereza incuestionable y él dado de nuevo al alcohol y las drogas.
A lo largo de la segunda mitad, se plantea el juicio por negligencia a la matrona y quién pone más empeño por sacar partido o al menos lograr que su hija reaccione es la madre de ella, Ellen Burstyn.
Es aquí donde el acierto con respecto a guión, es centrarse en la visión que tiene ella de perder un hijo, no llora, solo sufre, está perdida. El normalizar no saber cómo gestionar un dolor tan profundo hace que su actuación se robe todo el protagonismo de esta película.
Netflix este año va con fuerza y alguna que otra nominación caerá en las películas que se presenten a partir de ahora. Empezando por esta maravillosa interpretación femenina del dolor, la desesperación y en parte culpa de no haber podido gestionar mejor sus emociones.
