Auroras boreales. Imagen cedida por Huakai
Auroras boreales. Imagen cedida por Huakai

Los países nórdicos, el nuevo sueño invernal de los viajeros españoles

Islandia, Noruega, Suecia y Finlandia son los destinos más deseados

Cada año crece el número de españoles que cambian el sol por la nieve y el bullicio urbano por el silencio de los paisajes árticos. Los países nórdicos se han convertido en la escapada favorita del invierno, y no es casualidad: naturaleza salvaje, aire puro, pueblos de cuento y, sobre todo, el espectáculo incomparable de las auroras boreales.

Según datos de la Oficina de Turismo de Islandia, más de 71.000 españoles visitaron el país en 2024, un aumento del 6 % respecto al año anterior. Un dato que confirma la fascinación que despierta el norte, especialmente entre noviembre y marzo, cuando las luces del cielo invernal se transforman en un espectáculo hipnótico de colores verdes, violetas y rosados.

El touroperador Huakai propone cuatro destinos imprescindibles para quienes buscan vivir esta experiencia única y descubrir la belleza más extrema del invierno.

Islandia: la tierra donde la naturaleza manda

Auroras boreales. Imagen cedida por Huakai
Auroras boreales. Imagen cedida por Huakai

Hablar de Islandia es hablar de contrastes. De fuego y hielo. De cascadas que rugen entre montañas nevadas y de géiseres que estallan desde las entrañas del planeta. Aquí, las auroras no son solo un fenómeno natural: son el telón de fondo de un paisaje que parece pertenecer a otro mundo.

Quien la visita no puede marcharse sin recorrer la Laguna Glaciar de Jökulsárlón, donde los bloques de hielo flotan como esculturas efímeras; pasear por la playa de diamantes, donde el hielo brilla como cristal sobre la arena negra; o dejarse envolver por el vapor de las aguas termales de Sky Lagoon mientras el mar Ártico se abre ante los ojos. Islandia es pura energía, un destino que te conecta con la Tierra de una forma casi espiritual.

Noruega: donde la noche se viste de luz

Si existe un lugar que encarne la belleza nórdica, ese es Noruega. Los fiordos se extienden como espejos infinitos entre montañas escarpadas y bosques nevados, mientras pequeñas aldeas pesqueras se asoman al mar como postales vivas.

Grupo de viajeros de Huakai
Grupo de viajeros de Huakai

Las Islas Lofoten son uno de esos lugares que parecen suspendidos en el tiempo. Sus casas rojas, sus reflejos sobre el agua y sus montañas que emergen del océano crean un escenario inigualable para contemplar las auroras. Tromsø, conocida como la Puerta del Ártico, es otro de los enclaves imprescindibles: una ciudad vibrante que combina cultura, aventura y las noches más luminosas del invierno.

Suecia: el encanto ártico de Kiruna y Abisko

En el extremo norte de Suecia, Kiruna es el punto de partida ideal para explorar la Laponia sueca. Aquí, el frío no es un obstáculo, sino parte de la experiencia: deslizarse en trineo tirado por huskies, dormir en un hotel de hielo o adentrarse en el Parque Nacional de Abisko, considerado uno de los mejores lugares del mundo para ver las auroras, gracias a su cielo despejado y su posición geográfica.

El paisaje sueco tiene algo de mágico: su silencio, su calma y su equilibrio perfecto entre modernidad y tradición. Y si la aventura ártica deja ganas de más, Estocolmo, con sus canales, su arquitectura escandinava y su ambiente acogedor, es el complemento perfecto para cerrar el viaje.

Finlandia: magia y nieve en la tierra de Papá Noel

Finlandia es el destino que hace realidad el imaginario invernal: bosques nevados, cabañas de cristal, renos cruzando la carretera y cielos pintados por auroras. La capital, Helsinki, combina el diseño contemporáneo con la esencia nórdica, pero el verdadero encanto del país está en el norte, en la Laponia finlandesa.

Grupo de viajeros de Huakai
Grupo de viajeros de Huakai

Llegar hasta allí a bordo del mítico tren nocturno Polar Express es parte de la aventura. El destino final es Rovaniemi, la aldea oficial de Papá Noel, donde niños y adultos pueden conocer al legendario personaje, recorrer su oficina de correos y dejarse llevar por la ilusión navideña. A pocos kilómetros, los más aventureros pueden conducir motos de nieve, practicar senderismo sobre raquetas o dormir bajo un cielo de cristal mientras las luces danzan sobre el Ártico.

Y para rematar la experiencia, un breve viaje en ferry hasta Tallin, en Estonia, permite descubrir uno de los mercadillos navideños más encantadores de Europa, enmarcado en un casco antiguo medieval de cuento.

El norte, un viaje que va más allá del frío

Más que destinos, los países nórdicos ofrecen sensaciones: silencio, inmensidad y una belleza que emociona. Ver una aurora boreal por primera vez no se olvida jamás. Es un recordatorio de lo pequeños que somos ante la naturaleza y de lo afortunados que podemos ser al contemplarla.

Este invierno, el norte vuelve a llamar. Y quienes se atrevan a seguirlo, descubrirán que el frío, en realidad, nunca fue tan cálido.