Rosa López: «Hay que mirar de frente al dolor para convertirlo en diamantes»

La granaína presenta su décimo disco en YOUNG

Rosa López vuelve con 12 Diamantes Negros, un disco profundamente personal en el que la artista se muestra más transparente, compositora y emocional que nunca. Hablamos con ella sobre las presiones de la industria, la superación personal, el duelo, el amor propio y cómo la música puede transformarse en una vía de sanación.

En el disco no falta su mochila y sus miedos, convertidos en himnos a la resiliencia y al tirar para adelante. También ha supuesto el reencuentro con su compañero de profesión Naím Thomas, veinticinco años después.


Antes de hablar del disco, Rosa, quiero empezar por algo que siempre veo en redes sociales. Hay dos tipos de fans: los que te quieren y te apoyan, y otros que critican con malicia. ¿Cómo lo llevas?

Me encanta que me lo preguntes. A veces, como artistas, queremos explicar estas cosas que parecen menores, pero que en realidad son las más constructivas. 12 Diamantes Negros nace precisamente de toda la presión que he soportado en mi vida.

Haters hay, claro, y quienes critican sin conocer, pero eso también te fortalece. Yo no entro en el victimismo, pero sí defiendo la crítica constructiva. Me interesa. Me gusta que haya libertad de opinión, de hecho la promuevo con mi música.

Lo que me cuesta entender es la crítica con maldad. Vivimos en una era donde es muy fácil opinar sin ponerse en el lugar del otro. Pero también creo que este es un momento perfecto para convertir todo eso en reto, en crecimiento. A mis 44 años, quiero dejar que la vida me siga sorprendiendo en esta nueva etapa. Y para eso, necesito seguir creyendo en mí, sin esperar a que otros validen lo que hago. Es una decisión diaria: levantarte, respirar, y decir “voy a seguir adelante”.

Rosa López: «Lo que me cuesta entender es la crítica con maldad»

Participas como compositora en todas las canciones del disco. Eso supone un gran paso para ti. ¿Crees que, de ahora en adelante, tus canciones serán más tuyas que nunca?

No lo sé con certeza, pero sí lo intento. Intento que cada vez sean más mías. Cambiar, evolucionar, es parte de mí. Desde 2019, al irme por la vía independiente, he recuperado la composición, algo que me conecta mucho conmigo misma. Y aunque pueda haber críticas, estoy orgullosa.

Estoy puliendo mi propio diamante negro, como digo yo, para brillar con más fuerza. Y no hablo solo de música negra, sino de transformar la presión en una herramienta para crecer. Ser parte activa del proceso creativo me ha permitido descubrir nuevas facetas de mí misma, y también sanar heridas antiguas. A veces, mientras compongo, me doy cuenta de cosas que no sabía que sentía. Y eso es potente. Te obliga a confrontarte.

Rosa López en un momento de la entrevista

En este nuevo disco se nota que has recuperado a la Rosa del principio, la que vimos en la tele. Incluso has añadido frases en inglés, cuando antes se te criticaba por no hablarlo. ¿Fue intencionado?

¡Totalmente! Me encanta que lo notes. Fui capaz de cantar en inglés en otras épocas, cuando tenía menos recursos y más inseguridad. Entonces, ¿por qué no iba a incluir frases en inglés ahora que tengo más experiencia y herramientas? El tema “Fe” es un buen ejemplo de eso.

Con la ayuda de Ricky Furiati me atreví a meter frases en inglés, no solo para que me entiendan fuera de España, sino también para demostrar que esa parte forma parte de mi evolución. “Fe” no es solo un tema del disco, también es un perfume, un concepto, una manera de vivir. Y siento que cantar en varios idiomas también me permite conectar con más gente. Hay emociones que trascienden las palabras. Y si puedo tocar a alguien en cualquier rincón del mundo, para mí ya tiene sentido.

«Este álbum es como una colección de cartas de amor»

Este disco parece un viaje personal profundo. Hay canciones dedicadas a tu padre, a tu perrita Lola… ¿Buscabas hacer un cierre emocional con algunas etapas?

Más que un cierre, buscaba poner en valor todas esas cosas que me han marcado. Esas pérdidas, esos momentos oscuros que me han dado miedo, también han sido fuente de aprendizaje. Quiero transmitir que todos podemos encontrar nuestros propios diamantes negros, esas presiones que, bien gestionadas, nos permiten brillar con más humanidad y poder.

Este álbum es como una colección de cartas de amor: a mi perra, a mi padre, a mí misma. Son homenajes desde el agradecimiento. Cada canción ha sido como una conversación pendiente, como sentarme frente a esos recuerdos y decir: “gracias por lo que me diste, incluso cuando dolía”. Y desde ahí, seguir caminando con más ligereza.

«El próximo disco se llamará…»

Tus canciones hablan desde el amor, incluso cuando tratas temas duros. ¿Ese es el mensaje central del disco?

Sí, hay dos mensajes clave. Uno: fuera victimismo. Y dos: usar el dolor para crear foco en la vida. Hace poco vi a Josep Lobató y me inspiró muchísimo. Me hizo pensar en lo importante que es agradecer lo que tenemos antes de que la vida nos sacuda. El equilibrio emocional es clave.

El próximo disco irá sobre “golosinas”, no sobre diamantes. ¡Ya lo he soltado! [risas] Pero sí, la base es el amor. Porque incluso cuando hablo de tristeza, lo hago desde el deseo de sanación. No quiero que la gente se quede con la pena, quiero que se quede con la luz que viene después.

¿Eso es un titular? ¿Estás anunciando algo?

[Risas] ¡Apúntalo! Pero calma, que estamos todavía en plena promoción de 12 Diamantes Negros. Aunque sí te digo que mi mente ya está trabajando en nuevas ideas. No me puedo quedar quieta. Soy muy inquieta emocionalmente y necesito estar creando constantemente. Si no creo, me apago.

Rosa López en un momento de la entrevista

Ha sido un lanzamiento muy esperado, pero también muy trabajado. ¿Cómo ha sido este proceso?

Lento, complejo. Como artista, todo tiene que estar perfecto: el alma, la cara, el discurso. Y no siempre es posible. La vida del artista cuando se apagan los focos no es fácil. A veces es una mierda, otras veces maravillosa. Pero como cualquier trabajo.

Lo que pasa es que se espera de nosotros una perfección constante. Y muchas veces estamos sobreviviendo, capeando hostias por todas partes, manteniendo la sonrisa. Y claro, eso agota. Pero también me reafirma. Porque sigo aquí, luchando por lo que amo, aunque no sea fácil. Y eso también me enorgullece.

«Esta profesión tiene algo de masoquista»

¿Y cómo se sobrevive emocionalmente a eso, Rosa López?

Con trabajo. Y entendiendo que esto también es una profesión. El amor no paga las facturas, el trabajo sí. Esta profesión tiene algo de masoquista, pero también de mágico. Reivindicamos el respeto constantemente, y a veces la vida nos devuelve pelotas como quiere. Pero seguimos, porque creemos en lo que hacemos. La música no es medicina, pero ayuda mucho.

Y tener un equipo que te acompañe, rodearte de gente que te diga la verdad con cariño, es fundamental. Porque cuando el ruido de fuera es muy fuerte, necesitas anclas internas que te devuelvan a tu centro.

¿La música te ha curado?

Sí. Muchísimas veces. Emocionalmente, físicamente. Me ha sanado, me ha salvado. No solo porque sea mi profesión, sino porque está en todo. El sonido, el ritmo, la canción… es lo que le da sentido a los momentos. Y no solo cuando estoy bien, también cuando me hundo.

Hay días en los que una melodía me levanta más que cualquier consejo. Es como una medicina que no sabes cómo actúa, pero funciona. A veces pienso que si no hubiese tenido la música, muchas cosas habrían sido más difíciles de sobrellevar.

¿Te ha servido poner música a tu mochila emocional?

Claro. Esa mochila que llevo desde hace años, esas cargas que me han acompañado… convertirlas en canciones ha sido terapéutico. Por eso comparo todo con diamantes: un diamante se forma bajo presión. Mis canciones también. Cantarlas es darles homenaje a esos momentos oscuros. Es una manera de decir: “estuve ahí, y salí”.

A veces me pongo a llorar cantando ciertos temas en directo, porque me atraviesan de verdad. No puedo desconectarme de ellas. No son solo melodías, son vivencias puestas en una partitura.

Rosa López: «Le diría que se respete mucho»

Rosa López, ¿Qué te dirías hoy, con 44 años, a aquella Rosa que entró en la Academia?

Uf… complicado. Sería como intentar explicarle a un niño pequeño lo que son las responsabilidades. Le diría que se respete mucho. Que quererse no es un eslogan, es un trabajo profundo y lento. Aquella Rosa lo hizo lo mejor que pudo.

Se equivocó, sí, pero actuó con el corazón. No sabía manejar dinero, fama, salud, ni familia. Todo era un torbellino. Hoy intento mantener la calma y encontrar mi paz. Sigo descubriéndome en cada entrevista, en cada disco. Y me he dado cuenta de que necesito respirar más. Aunque parezca tranquila, dentro de mí pasan muchas cosas.

Rosa López en un momento de la entrevista

A veces me abrazo fuerte por dentro, me digo: “tranquila, estás haciéndolo bien”. Otras veces me exijo de más. Pero he aprendido que no hay una Rosa perfecta, hay una Rosa humana, con virtudes y heridas, y esa soy yo.

En la canción “Nada”, junto a Nain, repites un verso que me parece un mantra: “Mírate a la cara y dime qué dice el espejo si el reflejo no proyecta nada”. ¿Has sentido alguna vez que no te reconocías?

Sí. En muchos momentos me he mirado al espejo y no me gustaba lo que veía. No me reconocía. Y eso duele. Lo viví en silencio muchas veces. Pero me recompongo, me digo “alegría”, y sigo adelante. No puedo permitirme caer en el victimismo. Esa canción habla de mí, pero también de la sociedad. Hay un momento que me marcó mucho: la DANA.

Me emocionó ver tanta gente ayudando… pero luego, en el día a día, somos crueles en la carretera, en la calle. ¿Dónde está esa empatía cuando más la necesitamos? Esa contradicción me hace pensar si de verdad somos buenos. Por eso digo que “Nada” también habla de la sociedad que me ha hecho convertirme en lo que soy. Porque no nací desconfiada, ni desconectada. Me hice así a base de golpes y decepciones. Pero aún con eso, elijo volver a confiar, volver a mirar con esperanza.

Y por último… Rosa López, ¿qué pasa con ese libro del que se habla?

[Ríe] ¡Ay, el libro! Estoy en ello. Le doy muchas vueltas. No quiero lanzar cualquier cosa. Quiero que sea de verdad, que tenga esencia. Si me equivoco en eso, no habrá segundo libro. Tiene que ser sincero. Justo antes de esta entrevista le decía a Vero que no estoy contenta aún. Me gustaría que saliera en diciembre, pero si no, será el año que viene.

Lo que tengo claro es que saldrá cuando tenga que salir, con el alma entera. Y será un libro hecho desde la Rosa que observa, que reflexiona, que ya no necesita demostrar tanto. Será como sentarme a charlar contigo durante horas. Y ojalá quien lo lea sienta que hay alguien al otro lado que lo entiende.

Gracias Rosa, por volver a Revista YOUNG.

Gracias a ti, Man. Te quiero.