Mälmo 040 en una fotografía de @leentrelíneas
Mälmo 040 en una fotografía de @leentrelíneas

Mälmo 040: «La presión que sentimos es por querer hacer las cosas bien»

Presentan nuevo disco "Cuando éramos felices sin saberlo"

La banda indie pop Mälmo 040 regresan este 2025 con un nuevo disco bajo del brazo, «Cuando éramos felices sin saberlo» es un trabajo que habla del proceso de madurar, la pérdida y la nostalgia. Estos tres ingredientes les han hecho regresar con, posiblemente, el mejor disco y más ambicioso de la banda catalana. El disco incluye colaboraciones con Pignoise o Maren.

Actualmente, Mälmo 040 se encuentra de gira de conciertos que les llevará por todo nuestro país con su furgoneta, descubre si hay alguna cita cerca de ti en esta página web.


Dos años nos separan del trabajo anterior. ¿Sentís que habéis madurado en este tiempo?

Víctor Rossy: Sí, definitivamente. Creo que la madurez se refleja especialmente en las letras de este disco. No es que las letras del disco anterior fueran inmaduras, pero hay una clara evolución. Además, ha habido un cambio notable en el sonido, influido tanto por nuestra propia madurez como por el cambio de productor. No es tanto una cuestión de madurez en sí, sino de un cambio general en la dirección sonora que hemos tomado. Paco Salazar ha aportado un enfoque diferente, más indie rock, que ha dado un nuevo color a nuestra música.

Joan Isern: Estoy de acuerdo con Víctor. La presión que sentimos es más interna que externa. Cambiar de productor no fue una decisión basada en mejorar el sonido, sino en buscar un nuevo concepto y una nueva dirección para nuestra música. Carlos Dueñas, nuestro productor anterior, hizo un trabajo increíble, pero sentimos que era el momento de explorar algo diferente. Paco Salazar nos ofrecía ese sonido indie rock que nos emocionaba y que queríamos explorar. La presión que sentimos es más por querer hacer las cosas bien, por ofrecer a nuestro público lo mejor de nosotros mismos. La discográfica nos ha dado una libertad absoluta para crear, y eso es algo que valoramos muchísimo. Nos permite experimentar y explorar nuevas ideas sin restricciones.

¿Sentís presión por parte del público al crear nuevo material?

Joan Isern: De momento no. La presión es más interna que externa. Cambiamos de productor no porque quisiéramos mejorar el sonido, sino porque buscábamos un nuevo concepto. Queríamos un sonido más indie rock, que es lo que Paco Salazar nos ofrecía. La presión que sentimos es por querer hacer las cosas bien, no porque alguien nos esté presionando. La discográfica nos da libertad absoluta para hacer lo que queramos, y eso lo valoramos muchísimo.

«La verdad es que no sabemos qué vendrá después»

Este disco es de ruptura pero también de avance. ¿Cambiará vuestro sonido y manera de crear música?

Carlos Framis: La verdad es que no sabemos qué vendrá después. Este disco habla de nostalgia, de nuestra historia y de dónde venimos. Nos dimos cuenta de que teníamos una historia auténtica y queríamos celebrar todo lo bueno que nos estaba pasando. De cara al futuro, no tenemos nada pensado. Queremos disfrutar del momento y ya veremos qué viene después. La nostalgia es un tema que nos toca muy de cerca, porque nos recuerda de dónde venimos y nos permite apreciar todo lo que hemos logrado hasta ahora.

Nacho Peguero: Estamos en un punto de nuestras vidas en el que estamos pasando de ser niños a ser adultos. Queríamos reflejar esa transición en el disco. No hablamos solo de cuando éramos pequeños, sino también de momentos recientes que fueron felices y no lo sabíamos. Es un disco que celebra esos momentos y los pone en perspectiva, permitiéndonos apreciar el presente y mirar hacia el futuro con esperanza.

Víctor Rossy: Cuando pusimos el nombre del disco, «Cuando éramos felices sin saberlo», pensábamos que quizás la gente podría pensar que estábamos hundidos. Pero no es así, queríamos celebrar esos momentos y disfrutar de cada cosa, aunque no seamos conscientes de que en su día fue un sueño. Es un disco que invita a la reflexión y a la apreciación de los pequeños momentos que hacen la vida especial.

«Queríamos celebrar esos momentos»

¿Cuál era el concepto inicial del disco?

Nacho Peguero: Queríamos hablar de la nostalgia, de esos momentos felices sin saberlo. La imagen que teníamos era la de un niño en la playa comiéndose un helado, feliz sin ser consciente de ello. Estamos en ese punto de la vida en el que pasamos de ser niños a adultos, y queríamos reflejar esa transición. No hablamos solo de cuando éramos pequeños, sino también de momentos recientes que fueron felices y no lo sabíamos.

Víctor Rossy: Cuando pusimos el nombre del disco, «Cuando éramos felices sin saberlo», pensábamos que quizás la gente podría pensar que estábamos hundidos. Pero no es así, queríamos celebrar esos momentos y disfrutar de cada cosa, aunque no seamos conscientes de que en su día fue un sueño.

Mälmo 040
Mälmo 040

¿Cómo fue trabajar con Pignoise en la canción que da nombre al disco?

Carlos Framis: La colaboración surgió de manera muy natural. El tema ya estaba hecho y hablaba de nosotros con 16 años, admirando a bandas como Pignoise. Les propusimos la colaboración y aceptaron sin haber escuchado el tema. Luego, hicieron muchas propuestas y el tema salió así, con sus aportaciones. Fue un proceso muy orgánico y colaborativo, y estamos muy contentos con el resultado final. Pignoise aportó su estilo y su visión, y eso enriqueció mucho la canción.

«El 11 de febrero de 2022 hicimos nuestro segundo concierto en Madrid en la sala Galileo»

La canción menciona la sala Galileo un 12 de febrero. ¿Es por rima o hay una historia detrás?

Nacho Peguero: Es por rima y a conciencia. El 11 de febrero de 2022 hicimos nuestro segundo concierto en Madrid en la sala Galileo, que para nosotros es un emblema. Fue un concierto muy especial porque fue el primero de nuestra gira por España y nos trataron muy bien. Queríamos hacer un homenaje a ese momento porque fue un hito importante en nuestra carrera. La sala Galileo es un lugar que siempre recordaremos con cariño, y queríamos reflejar eso en la canción.

¿Qué imagen o recuerdo queréis generar con este disco?

Nacho Peguero: Queremos que la gente sea consciente de que el simple hecho de estar viviendo ya es algo maravilloso. Más que una ciudad física, queremos que tengan un mindset de apreciar el presente sin olvidar el pasado y teniendo en cuenta el futuro. Es un disco que invita a la reflexión y a la apreciación de los pequeños momentos que hacen la vida especial. Queremos que el disco sea un refugio, un lugar donde la gente pueda sentirse cómoda y conectada con sus emociones.

«La esencia nunca ha cambiado»

¿Ha cambiado la esencia de Mälmo en estos años?

Carlos Framis: No, la esencia nunca ha cambiado. Podemos cambiar individualmente, pero la esencia de Mälmo siempre será la misma: un grupo de amigos que disfrutan haciendo planes juntos y tocando de vez en cuando. Esa es la clave para que esto siga en pie.

¿Es complicado para los grupos tirar adelante en la industria musical actual?

Nacho Peguero: Creo que el problema es la velocidad a la que va todo. El camino de una banda es largo y difícil, y requiere mucho compromiso. La industria está empezando a apostar más por las bandas porque el público lo demanda. Hay una mayor apreciación por el trabajo en equipo y por la música en vivo, y eso es algo que nos beneficia como banda.

Carlos Framis: También creo que hay un factor sociológico. Hoy en día, la gente tiene más miedo al compromiso, y una banda implica mucho compromiso. Pero creo que el público está demandando más bandas y más guitarreo, y la industria está obligada a responder a eso. La gente quiere experiencias auténticas y conexiones reales, y eso es algo que una banda puede ofrecer de manera única.

«Queremos que la gente sea consciente de que el simple hecho de estar viviendo ya es algo maravilloso»

¿Cuál es vuestro lugar para gritar, vuestro sitio de confort?

Joan Isern: Justo antes de un concierto, en el ritual antes de salir. Es un momento de mucha energía y anticipación. También en los ensayos, donde nos dejamos llevar y disfrutamos al máximo. Los ensayos son un espacio donde podemos experimentar y probar nuevas ideas sin la presión del público. Es un lugar donde podemos ser nosotros mismos y explorar nuestra creatividad.

Víctor Rossy: En el estudio también encuentro mucha tranquilidad. Es un lugar donde puedo estar en paz y disfrutar del proceso creativo. El estudio es un refugio donde podemos dar forma a nuestras ideas y ver cómo cobran vida. Es un espacio sagrado para nosotros, donde la magia de la música se materializa.

Mälmo 040
Mälmo 040

¿Qué ciudad o recuerdo queréis generar en vuestros fans con este disco?

viviendo ya es algo maravilloso. Más que una ciudad física, queremos que tengan un mindset de apreciar el presente sin olvidar el pasado y teniendo en cuenta el futuro. Es un disco que invita a la reflexión y a la apreciación de los pequeños momentos que hacen la vida especial. Queremos que el disco sea un refugio, un lugar donde la gente pueda sentirse cómoda y conectada con sus emociones.

«La pandemia nos unió más»

¿Por qué decidisteis poner la canción instrumental al final del disco?

Carlos Framis: Queríamos cerrar el disco con un mensaje de disfrutar del viaje y de todo lo que el disco ha generado. La instrumental eleva mucho y nos pareció la mejor manera de cerrar un disco tan nostálgico. Es una canción que invita a la reflexión y a la apreciación de todo lo que hemos vivido y experimentado durante el proceso de creación del disco. Queríamos dejar al oyente con una sensación de plenitud y satisfacción.

¿Ha habido algún momento en el que Mälmo se haya planteado parar?

Carlos Framis: La pandemia nos unió más. Justo antes de la pandemia, estábamos en un momento complicado, pero la pandemia nos hizo darnos cuenta de lo importante que era seguir adelante. Durante la pandemia, empezamos a componer por Zoom y eso nos ayudó a mantenernos unidos. Fue un momento muy duro para todos, pero como grupo nos fue genial. Empezamos a crecer porque la gente, al no tener nada que hacer, escuchaba más música y nos descubrió. La pandemia nos dio la oportunidad de reinventarnos y de encontrar nuevas formas de conectar con nuestro público.

Nacho Peguero: La pandemia fue un momento muy duro para todos, pero como grupo nos fue genial. Empezamos a crecer porque la gente, al no tener nada que hacer, escuchaba más música y nos descubrió. Fue un período de mucha incertidumbre, pero también de mucha creatividad y conexión. Nos dimos cuenta de que la música era más necesaria que nunca, y eso nos motivó a seguir adelante y a crear algo especial.