Lo conocemos por su proyecto junto con Jonathan Burt y Lorenzo Fernández, bajo el nombre artístico de Meler. Pero el motivo por el cual hoy solo me centre en Javier Pagalday es la publicación de su libro debut. “Desde que existe el amor” es una obra diseñada como una unión de varios relatos cortos unidos por una idea tan universal como es el amor.
A lo largo de las tramas que transcurren sobre el asfalto de Nueva York, sus personajes vivirán la ruptura y el enamoramiento; el desamor y la valentía; el éxito y el fracaso, en una novela tan cercana, que cuesta no impregnarse de la grandiosidad de la belleza que emiten sus historias.
Esta mañana hemos hablado con Javier Pagalday para conocer un poco el trasfondo de la historia, el posible futuro de sus personajes y muchas otras cosas más que si ya te has leído la novela, es bueno ampliar tus conocimientos con esta lectura y si no lo has hecho, no te preocupes, porque no hay spoiler.
Primero de todo, Javier Pagalday, felicidades por haber escrito tu primera novela, ¿qué te ha motivado a escribirla?
Siempre me ha gustado muchísimo leer, es algo que de hecho estaba justo ahora leyendo y siempre había tenido como la espinita de escribir algo. Pero de todas las historias que había intentado, nunca me había enganchado una.
Al final escribir un libro es un proceso largo y hay muchos momentos de flaqueza creativa en el que si la historia no es del todo buena, puede que te hundas y digas “esto no vale para nada”. Esta era la primera vez que me surgió una idea que dije: “esto sí que mola y quiero verlo hasta el final”.
“Había tenido como la espinita de escribir algo”
Me surgió el final de manera impulsiva y me gustaba tanto, que necesité hacerlo. Eso me ayudó, porque al final fue un proceso de dos años escribiendo. Me gustaba mucho, tanto el principio como el final que imaginé, que lo complicado fue era encontrar la parte del medio.
Surge lo del principio a través de una experiencia personal y es lo que me hace empezar a escribir y a desarrollar esa idea. Y cuando ya tengo la idea desarrollada, de más o menos lo que quiero hacer, encuentro el final muy rápido y eso es lo que me motiva a seguir y a ponerme con las historias del medio para llegar al final.
Javier Pagalday, ¿Cómo un autor novel se le ocurre inventarse más de veinte personajes en su primer relato?
La verdad es que tardé mucho en escribirlo porque se convirtió en un rompecabezas que requería mezclar tiempo, espacio y la ubicación de los personajes. Por ejemplo, hay una escena en la que quería incluir un diálogo específico. Sin embargo, ese diálogo no podía llevarse a cabo en ese momento, ya que una de las personas estaba ofreciendo un punto de vista que no era posible en esa fecha. Así que tuve que cuadrar muchos detalles, asegurándome de que lo que los personajes decían tuviera sentido en su contexto temporal.
“Mi idea era escribir una novela centrada en la historia de Liam y Michelle”
Al principio, mi idea era escribir una novela centrada en la historia de Liam y Michelle. Sin embargo, el final de su relato quedó tan abierto que me gustó. A veces, como digo, solo necesitamos un recordatorio de que, al pasar por un duelo o una ruptura, siempre existe la posibilidad de conocer a nuevas personas. Al principio, cuando terminamos una relación, es natural pensar que no habrá nadie más como esa persona. La primera parte de la historia de Liam y Michelle refleja esta idea: hay gente interesante por conocer y, cuando estemos listos y hayamos sanado internamente, podremos abrirnos a nuevas experiencias.
Hablé sobre esto con mi padre, expresándole mi incertidumbre sobre cómo continuar la historia. Él me sugirió que en lugar de seguir con Liam y Michelle, hiciera una serie de relatos cortos que abordaran diferentes tipos de rupturas, pero todos conectados entre sí. Me encantó la idea y empecé a pensar en cómo podría desarrollar esto.
Por ejemplo, imaginé que Liam y Michelle visitaban una exposición de arte porque Michelle quería ver un cuadro, y a partir de ahí surgió el segundo relato, en el que Patrick pinta un cuadro para una mujer.
Me esforcé mucho para que cada relato fuera completamente distinto, tocando diferentes aspectos de las relaciones y las rupturas, con la esperanza de que cada lector se sintiera identificado con al menos uno de ellos. Aunque fue un proceso complicado, fue muy divertido.
Javier, ¿qué historias han sido inspiradas en tu vida personal y cuáles son inventadas?
En este libro hay muchas experiencias reales, y eso es lo que me gusta. Hay muchas frases que he “robado” de conversaciones que he tenido. Una de mis favoritas proviene de una señora que conocí en Irlanda. Durante una travesía en la montaña, le pregunté cuánto faltaba para llegar a la cima. Ella me respondió: “Todavía te queda, pero lo bueno es que es todo recto. Te cansarás, pero no te perderás”. Me impactó tanto que decidí incluirla en el relato de Beatriz, donde la dice Lisa Marie.
“Los relatos reales me costaron menos de escribir”
Los primeros relatos, salvo el de Patrick, que es completamente ficticio, son bastante reales y me costaron poco escribir. Historias como “Querido diario”, “Liam y Michelle” y el de la música reflejan experiencias vividas. Sin embargo, otros relatos que no he experimentado, como “La última palabra”, “Todo pasa por algo” y “Por si me olvido de ti”, me tomaron más tiempo. Esto se debió a que quería abordarlos con el mayor respeto posible. Investigué sobre las experiencias de otras personas que han pasado por situaciones similares para entender sus sentimientos y asegurarme de que mi representación fuera auténtica. No quería que alguien que haya vivido algo así dijera: “Eso no es así, se nota que no lo has vivido”.
Al principio, escribía de manera terapéutica, intentando sanar sin tener claro hacia dónde me llevaría el libro. A medida que avanzaba con los relatos, empecé a ver que la idea podía tener potencial comercial y que podría ser útil para alguien. Así que comencé a crear personajes más ficticios y a alejarme un poco de lo personal, enfocándome en hacer la narrativa más universal.
¿Crees, Javier, que “Desde que existe el amor” tendrás segunda parte?
En su momento, pensé en mi nicho como escritor y llegué a la conclusión de que podría ser hacer conexiones en distintas ciudades. Tenía la idea de explorar lugares como Londres y España. Sin embargo, aprendí que nunca se debe decir “nunca”, porque siempre hay espacio para nuevas ideas.
De hecho, el título del libro original iba a ser “Pequeños actos benévolos que me gusta llamar amor” (o “Small Acts of Kindness, I Like to Call Love” en inglés), lo había pensado como un teaser para un posible segundo libro. Tenía claro que, si llegaba a escribir una secuela, quería que llevara ese título.
“Nunca digas nunca, pero por el momento no tendrá segunda parte”
Ahora, sin embargo, me ha surgido otra idea que me fascina y estoy trabajando en ese segundo libro. No tiene nada que ver con el primero, aunque es posible que haya un cameo de un personaje de la primera obra. Me gusta incluir esos pequeños “easter eggs”, así que eso es algo que podría aparecer. Pero, en esencia, el segundo libro será completamente diferente del primero.
¿Qué fue lo más difícil de escribir en esta novela?
Buena pregunta. Algunos relatos se quedaron en el camino, pero creo que lo bueno de este tipo de escritura es que, al ser relatos cortos, cada problema se presenta de forma individual. En el caso del segundo libro, a veces me siento trabado y me enfrento al contexto global de la historia, preguntándome cómo continuar. Pero en el primer libro, cada relato tenía su propia dinámica, lo que facilitó el proceso.
“Hubo personajes que resultaron más fáciles de escribir que otros”
Sabía que el contexto del libro era sólido y que iba a llegar a un buen final. Lo que hacía era concentrarme en pequeñas ideas dentro de cada relato, buscando conexiones que me gustaran y que fueran coherentes. No quería introducir elementos de forma aleatoria; cada conexión debía tener un propósito y ser realista, para que aquellos que hayan vivido experiencias similares se pudieran sentir identificados.
Hubo personajes que resultaron más fáciles de escribir que otros. Por ejemplo, Prince fue muy sencillo; podría escribir una novela solo sobre él, gracias a lo fáciles que son sus diálogos. Emma también fue un personaje que fluyó bien. Al principio, no iba a tener un papel protagónico; se iba a centrar más en Olivia y Patrick. Sin embargo, me encariñé tanto con Emma desde su primera escena que decidí que quería explorar más sobre ella.
El Vittorio’s se convierte en un escenario que acaba siendo el momento que provoca que tus personajes evolucionen, es casi como si representara un estado mental en el que debes llegar para poder recibir el amor o darte cuenta de que hay algo que tienes que despegarte. ¿Cómo lo imaginaste?
Esa es una pregunta buenísima. Me sorprende y me gusta mucho, ya que nunca me la habían hecho antes. Hay tres lugares que considero clave en la historia: el Vitorius, el Teatro Hudson y el Madison Square Garden. El Teatro Hudson, por ejemplo, es real, y la obra de la que habla Joan se llevó a cabo en mayo de 2024. Decidí incluir ese dato porque soy un poco friki, y el Madison Square Garden también existe.
“La historia de Liam y Michelle, la primera parte la escribí mientras aún estaba afectado por la ruptura”
Estos son los tres lugares donde sabía que habría más conexiones. Sin embargo, el Vitorius no representa el estado emocional que quería reflejar. Algo que el lector tal vez no note, pero que yo sí, es que puedo discernir entre los relatos que escribí mientras estaba pasando por la ruptura y los que hice una vez que ya estaba más curado.
Por ejemplo, en la historia de Liam y Michelle, la primera parte la escribí mientras aún estaba afectado por la ruptura, mientras que la segunda parte la escribí cuando ya me sentía mucho mejor. Esto me gusta porque, como mencioné antes sobre Liam y Michelle, a veces solo necesitamos un recordatorio de que hay personas interesantes por conocer. En la segunda parte, Liam busca a Michelle porque hay una frase que me encanta: “¿Quién en su sano juicio, al encontrar algo bueno, lo deja escapar tan fácilmente?” Esto refleja el Javi que ya ha superado la ruptura y que está listo para conocer a otra persona. Si realmente te gusta alguien, no lo dejas ir tan fácil.
Me parece fascinante cómo, a través de los diálogos, se puede ver mi proceso de sanación. Algunos diálogos son evidentes de cuando estaba mal, mientras que otros reflejan un estado emocional más positivo. Así que aunque no lo planeé intencionadamente para el Vitorius, me alegra que hayas sacado esa conclusión; nunca antes la había escuchado, y me parece muy interesante.
“Me preocupaba no tratar el tema con la seriedad que merece”
Hay una historia que habla de la ruptura de unos padres y como los niños experimentan esa aceptación de que sus padres se vana divorciar, ¿cómo has trabajado para describir toda esa evolución?
Esto se basa en una historia real. No quiero entrar en detalles por respeto a la persona involucrada, pero es un amigo que me contó lo que estaba pasando. Él es mayor y, por lo tanto, entendía la situación de manera diferente. Tiene una hermana pequeña, y me sentí muy compasivo hacia ella. La idea de “todo pasa por algo” surgió de esa conversación que tuve con él.
Dado que no he vivido algo así, me preocupaba no tratar el tema con la seriedad que merece. No quería que alguien que ha pasado por una experiencia similar dijera: “Eso no es así”. Esa es la última reacción que quería provocar con este libro.
Para escribir con respeto, mantuve muchas conversaciones con mi amigo y también exploré foros donde la gente discutía sus experiencias. Me sumergí en plataformas como Cora y vi entrevistas de personas que habían vivido situaciones parecidas. Quería entender a fondo el momento, la situación y las distintas fases que se pueden atravesar, así como las preguntas que surgen en esos procesos.
Por eso, me enfoqué en “Todo pasa por algo” con mucho respeto, al igual que en “La última palabra”, que trata sobre un duelo real, aunque sea una historia ficticia. Quería que estas historias tuvieran el respeto que se merecen. Hay mucha investigación detrás de “Todo pasa por algo”.
“Estamos dispuestos a vivir la tristeza de una ruptura sabiendo que no reemplazaríamos por nada del mundo todo lo bueno que vivimos
Javier Pagalday, después de escribir “Dese que existe el amor”, ¿has podido llegar una conclusión de porqué renunciamos a todo, estando dispuestos a sufrif, por amor?
Hay dos frases que creo que representan muy bien la temática de los “solterones y solteronas”. Ambas son de Wes. En una de las escenas, Beatriz le pregunta: “¿Por qué seguimos persiguiendo el amor si nos deja tan rotos cuando se va?” Wes responde que el daño de perderlo es solo una fracción del bienestar que nos brinda mientras está presente. Al final, es un sentimiento tan fuerte.
Recuerdo una frase de JP Sacks que me impactó: “Preferimos tener un amor equivocado que no tener amor en absoluto”. Es cierto; a veces, nos aferramos a esa conexión, incluso sabiendo el dolor que puede venir después.
En otra conversación, Carlos le dice a Wes que ha vivido su propia ruptura y que ha pasado por momentos difíciles tras su separación de Beth. Wes asiente y dice: “Es verdad, nunca te había visto tan triste”. Carlos responde: “Pero tampoco te había visto tan feliz”. Creo que eso resume la experiencia: estamos dispuestos a vivir la tristeza de una ruptura sabiendo que no reemplazaríamos por nada del mundo todo lo bueno que vivimos.
Personalmente, pagaría el precio de esos meses de bajón sin dudarlo, porque todo ese tiempo de alegría con esa persona lo vale. Creo que la mayoría de las personas, a menos que hayan estado en relaciones tóxicas, sienten lo mismo. Si una relación ha sido sana y ha terminado, aunque sea de manera triste, la mayoría diría que valió la pena y que lo volvería a vivir sin problemas.
“No tienes que conquistarme, porque no soy territorio que debas invadir”
Después de relatar varias entradas para ligar, Javier, ¿cuál sería la mejor para poder romper el hielo?
Hay una película que me impactó, aunque no voy a decir cuál es, solo mencionaré al actor: Ashton Kutcher. En una escena, él dice que solo hay una frase que funciona: “Hola, soy Nicky”. Creo que eso refleja una verdad sobre la conexión inicial con alguien.
En el diálogo entre Carlos y Casandra, ella dice: “No tienes que conquistarme, porque no soy territorio que debas invadir”. Me gusta esa idea; entrar de manera directa y honesta es lo mejor. Si te gusta la sonrisa de alguien, simplemente díselo. Aunque no pase nada después, ese comentario se queda con la persona y puede alegrarle el día. Si alguien me dice que tengo una sonrisa encantadora, por ejemplo, ese cumplido puede resonar en mí durante semanas.
Lo que busco en una conversación inicial es que sea agradable y genuina. Intento encontrar intereses comunes en los primeros cinco minutos y llevar la conversación de manera normal y fluida. Lo importante es que ambas personas se sientan cómodas y disfruten del intercambio. Así, aunque no surja nada más, al menos queda una experiencia positiva.
Te propongo un minijuego, Javier, ¿con qué personaje te ves reflejado actualmente con tu estado anímico?
He pasado por varias por varias fases. He pasado por varios personajes. Ahora te diría que igual igual Wes. Wes que es un tío que está ahí disfrutando de la vida, está de buen rollo, tampoco está ahí buscando nada. Wes tenía la oportunidad de ir con Alice, Alice tenía oportunidad con Wes y los dos como que como que no están en esa fase etapa de su vida.
Yo creo que podría decir Wes pues que tampoco es un personaje muy desarrollado, pero viendo un poco su vibra. Diría diría Wes. Que es un tío que cuida a sus amigos, que está ahora mismo disfrutando, que está como contento en el punto de su vida en el que está y pues sigue sembrando y sigue trabajando. Esto diría Wes.
Tres libros para seguir después de “Desde que existe el amor”
Alejandro, ¿qué libros me recomiendas después de leer tu novela?
Me gustan mucho los autores y autoras irlandesas. Hay un autor que es Rónán Hession y el libro de Panenka me gusta mucho. Otra sería Sally Rooney, es verdad que Sally Rooney es distinto a lo mío, pero Sally Rooney me encanta cómo escribe, de ella te sugiero Normal people. Voy a por meter una autobiografía como tercera, porque metí mucho en el libro. La autobiografía de Matthew McConaughey, titulado Greenlights. Ese libro me cambió muchísimas maneras de ver las cosas de manera distinta.
“Concebí el libro como un disco”
¿Hay alguna parte de este libro que no haya sido añadido al final por corte, porque la velocidad no pasaba?
Hay un relato que realmente me gustaba. Como soy músico, concebí el libro como un disco. Tiene su introducción, que es el prólogo, y su cierre, que es el epílogo, titulado “Desde que existe el amor”. También incluí un interludio.
Este interludio viene después de “Mi mejor amiga”, que es un relato un poco complicado. La idea era que “Mi mejor amiga” trata sobre hacer daño de manera intencionada, y es el relato número nueve. Es un texto duro porque trata sobre un perro, así que te puedes imaginar lo emocional que puede ser. Lloré mientras lo escribía, y entiendo que alguien podría leerlo y pensar que es bastante cruel.
Mi intención era poner un interludio justo después, un relato que me hace mucha gracia, donde se cuenta un proceso de ruptura como si fuera un deporte, con comentaristas narrando la acción. Por ejemplo, dirían: “¡Madre mía! Parece que se está acercando, llega la fase de los helados”. Quería que tuviera un tono ligero para equilibrar la intensidad del relato anterior.
Sin embargo, decidí no incluir el interludio al final, ya que no tenía ninguna conexión directa con la historia principal. Aunque era divertido, sentí que podría parecer un poco fuera de contexto. Se llamaba “Empieza la carrera”.
“Este relato no va a salir; no sé cómo solucionarlo”
Antes hablabas de un nuevo libro, Javier. ¿Cómo lo llevas?
Bien, bien. Menos mal que ya tengo un libro a mis espaldas. Ahora estoy trabajando en una novela, que es un cambio significativo porque ya no son relatos cortos. Lo bueno del primer libro es que estaba dividido en partes, lo que lo hace menos abrumador. En una novela, al tener que considerar el contexto global, puede resultar mucho más intimidante.
El trabajo de asegurarte de que todo cuadre y que la narrativa fluya sin partes lentas es complicado. Además, encontrar un final que funcione es todo un desafío. Sin embargo, la experiencia de haber escrito el primer libro me da confianza. He aprendido mucho a lo largo del proceso.
En el primer libro, hubo momentos en los que me trababa y pensaba: “Este relato no va a salir; no sé cómo solucionarlo”. Pero ahora tengo la experiencia necesaria para abordar el segundo gracias a lo que aprendí del primero. Si consigo que el segundo libro salga bien, sería impresionante, aunque todavía queda trabajo por hacer.
¿Has cambiado la forma de escribir, Javier Pagalday, has pasado de brújula a mapa?
Intento mantener un cierto orden en el primer libro, porque si no, te pierdes. Así que ambos libros tienen un mapa, por así decirlo. Pasé mucho tiempo escribiendo lo que sería el resumen y desarrollando los personajes.
Hay algo que estoy haciendo en el segundo libro que puede sonar un poco extraño, pero me gusta tener conversaciones con los personajes. Les pregunto cosas y ellos me responden. A medida que hago esto, voy conociendo mejor a cada uno de ellos.
Lo que busco en este segundo libro es que los diálogos fluyan de manera muy natural, así que quiero asegurarme de que sé exactamente lo que cada personaje debería decir en cada momento. Este ejercicio me ayuda a ganar fluidez y a profundizar en sus personalidades.
Pregunta final, Javier, ¿siendo músico, has pensado en crear la BSO de tu libro?
Esa es una muy buena pregunta, y la respuesta es sí. Soy un gran fan de Harry Potter, y me encanta cómo mezcla la ficción con elementos de la realidad. Por ejemplo, en las historias, Dumbledore plantea preguntas sobre lo que es real y lo que no, haciendo que la magia parezca posible en nuestro mundo. Cuando caminas por Londres, sientes que Hogwarts podría estar justo detrás de una farola o de una columna.
En mis libros, que son ficción, quiero incluir elementos reales. En este primer libro, mi idea era que las canciones mencionadas por Conor O’Connor fueran reales, que estuvieran disponibles en Spotify bajo su nombre. Así, los lectores podrían escuchar las canciones referenciadas en el relato.
Para el segundo libro, donde también se habla de una banda de música, me gustaría crear un repertorio para esa banda, ambientada entre 1965 y 1975. Mi intención es poner esta música en Spotify con el nombre de la banda, quizás utilizando imágenes generadas por IA o falsos modelos para que todo parezca real. Quiero que los lectores sientan que la historia tiene una conexión tangible con el mundo real.
¿Cuando prevées que esas canciones de Conor O’Connor estén disponibles?
Ojalá este año pueda tener todos los temas y sacarlos por enero o febrero, igual. Que igual se puede hacer junto al lanzamiento una nueva edición Deluxe, junto a tres relatos nuevos a la historia de Conor O’Connor. Eso podría ser. Podría estar guay.