Pero si esta persona no te pega nada…
Aún en el siglo XXI seguimos asumiendo estereotipos establecidos socialmente sobre el por qué una persona puede combinar bien con otra. Sí my darling, porque tú también te has girado para mirar al chico de rastas abrazado a la rubia con un Chanel en el brazo o a la chica bajita que va de la mano de la chica de 2 metros.

¡Stop! Basta de tratar de emparejarnos con quien la sociedad supone que deberíamos estar. Para Mascaraque, “Prejuzgar a una persona es algo habitual y difícil de gestionar. Nuestro cerebro tiene mecanismos para ahorrar energía y poder así posicionar a esa persona en nuestro imaginario. Sentenciar en base a un prejuicio las necesidades relacionales de otra persona es muy diferente.“