Bullet Train es violencia, diversión y buenos personajes
Dentro del tren de alta velocidad japonés se encuentran, no por casualidad, cinco asesinos a sueldo. Viajan de Tokio a Morioka haciendo “paradas necesarias”. Poco a poco, sin conocerse previamente entre ellos, sus historias se van cruzando. Hasta darse cuenta de que tienen que hacerse la gran pregunta: quién saldrá vivo del tren y qué les espera en la estación final.
David Leicht es un gran director de encargo. Su primera gran obra fue a cuatro manos en la primera parte de una saga que volvió a cambiar el paradigma del genero de acción, John Wick. Abandono el barco para dirigir en solitario con la adaptación de la novela gráfica Atomica, una joya. Le siguieron Deadpool 2 y el spin off Fast and Furious: Hobbs and Shaw.
Bullet Train es un gran divertimento, sin multiversos ni chorradas infantiloides, la película no se corta en divertirse con la violencia. Recordemos la palabras de Tarantino. No solo eso, los personajes están muy bien construidos, sus narrativas, neurosis, intenciones, sus vínculos emocionales, sin pararse mucho en el drama porque “aquí hemos venido a divertirnos”.
Este lema lo abraza de principio a fin. Casi en cada escena, tenemos, ala vez, acción, diversión y avance de la trama. Cada choque es lo que desengrasa la siguiente escena, y estas son delirantes, con personajes borderline que, curiosamente, no caen mal. Desde Brad Pitt, pasando por Bad Bunny, Joey King, Sandra Bullock, etc. Todos parecen estar muy cómodos y pasándoselo genial.
Esta será la sensación con la que saldrás del cine. Un tren que es una fiesta, litros de sangre, humor, y hasta un cierto tonteo con el anime japonés. Un coctel perfecto para el verano.
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