Hace más de dos años y medio que el “mini tráiler” de Top Gun: Maverick apareció en Internet. Por fin la película ha llegado a los cines, y parece que ha sido un éxito tanto para los productores de la película como para la industria cinematográfica. La película ha proporcionado a Tom Cruise su primer fin de semana de estreno con más de 100 millones de dólares de recaudación en taquilla. Sin embargo, lo más importante es que parece haber revitalizado la creencia de que algunas películas están hechas para ser disfrutadas en la gran pantalla.
En esta ocasión no vamos a dedicar demasiado tiempo a analizar Top Gun: Maverick, salvo para decir que es un éxito comercial y de crítica. De hecho, en esta época de secuelas y reinicios, parece haber conseguido el truco de satisfacer tanto a los fans del original como a un nuevo público. No obstante, algunos críticos comentan que la experiencia de ver la película mejora con la gran pantalla.
Una película hecha para la gran pantalla
Puede parecer una obviedad decir que una película como Top Gun: Maverick debería disfrutarse en los cines. Sin embargo, desde hace unos años se intuye que el streaming se convertirá en la plataforma dominante para los nuevos estrenos cinematográficos. Por ejemplo, hemos podido comprobar que Apple TV se ha convertido en la primera plataforma de streaming en ganar el Oscar a la mejor película con Coda.
La restricción de las salas de cine en los últimos dos años ha hecho necesario que algunas películas lleguen al instante a las plataformas de streaming o pasen menos tiempo en las salas. No obstante, también había una sensación de que esto sería una nueva normalidad. Hay quien incluso sugirió que el cine había muerto. Sin embargo, esa idea ha quedado totalmente descartada con la llegada de la película Top Gun: Maverick y otras como Spider-Man: No Way Home.
Una época en la que todo está a la carta
Vivimos en la época en la que la exigencia es instantánea. Desde juegos y entretenimiento online, todo se entrega al momento. El modelo creado por Netflix, en el que una temporada entera sale de golpe, fomenta esta idea de gratificación instantánea. Sin embargo, la gratificación retardada también tiene lo suyo: la espera de ese momento en el que se va al cine, en el que se compran las palomitas y se presta toda la atención a la gran pantalla durante un par de horas.
En ocasiones es interesante reflexionar sobre cómo se sentiría la gente en los años 70 y 80, cuando se estrenó la trilogía original de La Guerra de las Galaxias. La película original llegó en 1977, seguida de El Imperio Contraataca en 1981 y El Retorno del Jedi en 1983. Imagina la sensación de emoción y expectación de esos fans esperando todo ese tiempo a que llegara la siguiente película. Y ahora pensemos en la cantidad de contenido de Star Wars en Disney+. Sin duda, es muy bueno para los fans, pero ya no es un acontecimiento especial.
La experiencia de ver una película en la pantalla grande, rodeada de otras personas, tiene su encanto. Recordemos a los que estaban allí cuando Darth Vader le dio la noticia a Luke Skywalker sobre quién era realmente su padre, o cuando Thanos chasqueó los dedos en Vengadores: Infinity War. Esos son momentos hechos para la gran pantalla, como Top Gun: Maverick. En esta era del streaming y de las distracciones de los smartphones, es necesario que nos lo recuerden.