Primero de todo, mis felicitaciones por el Premio Nacional de Educación para el Desarrollo, ¿Qué sentiste cuando fuiste nombrado?
El Premio Nacional de Educación para el Desarrollo es un galardón que otorga el Ministerio de Educación junto con AECID para premiar experiencias en centros educativos. Yo lo gané con un proyecto que realicé junto con mis compañeros del departamento de sociales donde tratábamos estas temáticas por medio del cómic.
Fue una experiencia muy potente, sobre todo porque nos dio la oportunidad de viajar a otros países y observar de primera mano el papel de la cooperación española en materia educación.
¿Crees que el mundo tiene futuro?
Por supuesto, no podría entrar en el aula si pensase lo contrario. Sería algo como mentir a la cara del alumnado: “Chicos, no hace falta que os esforcéis, el planeta se va al traste y todo esfuerzo por solucionarlo es en vano”.
En educación hay que hacer dos cosas: transmitir ilusión y confiar en las capacidades de tus chavales para cambiar las cosas. Son unos cracks.