¿Crees que la portada puede provocar que parte del mercado literario no quiera leerte porque se muestran dos chicos besándose?
Si es alguien homófobo no va a leerlo, está claro, pero aunque no lo lea y entra a una librería, se va a joder porque la va a ver. De alguna forma no vas a leerla, pero la portada te la vas a tener que comer con patatas aunque te dé rabia.
Para leer una novela tienes que ser del colectivo o te tiene que gustar, no hace falta ser del colectivo y que te guste mi libro, pero sí hace falta no ser homófobo porque no tiene sentido que te lo leas.
Al fin te has podido encontrar con tus lectores, ¿Cómo ha sido?
Tanto en Madrid como en Barcelona, he flipado. He disfrutado mucho más que con la bilogía. En aquél momento estábamos en la pandemia, el hecho de abrazar y estar con gente me hacía raro. Salíamos de la pandemia y no quería ver ni a mis amigos para no contagiarnos y de repente ver muchísima gente esperando, estaba con los nervios y no lo disfruté y tenía todo el rato el estómago encogido.
En esta ocasión sí he podido disfrutarlo y he recibido mucho cariño, ha habido muchas personas que hacían cola una hora antes y me parece increíble.
¿Tienes alguna anécdota que guardas con cariño?
Una chica me preguntó si me gustaban largas, lo hizo por la forma en la que Enzo y Logan se conocen en la cafetería, y la verdad es que nadie me lo había preguntado.
