Una fotografía de Dario Cavero (@dario.cavero)

Capítulo 22 – Serena

-Dudo que su nombre sea real, Selina. En tal caso, le proporcionaré uno, si eso le hará sentirse mejor. Jean.

¿Jean? A decir verdad, le pegaba, aunque, tal vez no fuese de verdad, igual que el mío.

-¿Cómo sabe que no es real mi nombre, Jean?

-Debo dejarla, Selina. Que tenga una bonita noche.

-Espera…-pero ya había colgado. Me dejé caer en la silla agotada. Mi madre solía decir que hay ocasiones en las que es mejor no hacer preguntas. Esta, podría ser perfectamente una de esas ocasiones. Ojos que no ven, corazón que no siente. Aunque, en mi más profundo ser, sabía me moría de ganas por saber quién era. Tal vez fuera un asesino en serie, o tal vez un simple hombre aburrido en su casa. Pero, a decir verdad, el propio desconocimiento, me provocaba un morbo intenso.

Bajé la pantalla del portátil, y me fui a la ducha.