Me quité el Onlyfans, y tenía citas por llamada con este enigmático hombre. Hasta tal punto me intrigaba, ya que no sabía nada de él, ni su nombre, ni si vivía aquí en España, ni como era su aspecto físico. Siempre aparecía en traje, y por lo poco que pude divisar, tenía un cuerpo muy marcado y bien esculpido. Pero eso era todo. Siquiera me pidió una cita en persona para seguir con lo que hacíamos en directo. Eso era lo que más me llamaba la atención. En todas nuestras conversaciones, yo era la que se desnudaba, y él se dedicaba únicamente a mirarme. No se tocaba, no hacía nada. Solo me miraba.
A veces siquiera llegaba a quitarme toda la ropa, cuando haya visto lo que necesitaba ver, simplemente me decía:
-Esto es todo por hoy Selina. Que tengas una bonita noche. – y me colgaba, y yo con todo el calentón de darle un espectáculo en vivo.
Me dominaba por completo, y eso es algo que, para mi sorpresa, me gustaba. Siempre y cuando fuese él quien dominara. Estaba a punto de quitarme las bragas cuando habló.
-Es suficiente. Gracias Selina.
-Espera.-la palabra salió de mi boca antes de que yo pudiera detenerla.
-¿Sí?-por primera vez, noté un tono de sorpresa en su voz.
Estaba histérica. Me tapé con la chaqueta y le miré a los ojos. Esos ojos que me atormentaban en mis sueños húmedos.
-¿Puedo saber tu nombre? Tú sabes el mío, sería un trato justo, ¿no crees?
Él pareció pensárselo. Un suspiro largo y sonoro alteró levemente la máscara. Entonces, se aclaró la garganta y habló.
