Aún queda una hora para que lleguen, y yo estoy terminando de ayudar a mis padres con la cena. Ya me he encargado de decorar la casa y de poner la mesa que, por cierto, me ha quedado bien hermosa. La vajilla y cubertería que utilizamos para esta fecha la tenemos a buen recaudo, y solo la sacamos en ocasiones especiales. Los cubiertos son de plata con alguna floritura de bronce pulido, y la vajilla es de vidrio opalino y tiene decorados de varias flores. Por lo que me ha repetido mi madre una y otra vez, esa vajilla Arcopal perteneció a su abuela, y ella se la legó cuando falleció. Hace tiempo busqué la marca y vi el precio al que están ahora para quienes son coleccionistas de vajillas, por lo que procuro tratarla con suma delicadeza.
Y me veo capaz de cortarle la mano a quien termine rompiendo una pieza de ésta.
Me doy una ducha rápida y me visto con una camisa blanca, un jersey marrón claro, un pantalón chino beige y unos zapatos a juego con el jersey. Recojo un poco mi habitación, aunque tampoco es que vaya a entrar mucha gente en ella. Salgo al pasillo y me aseguro de que todo esté bien. Mis padres me aseguran que todo está más que preparado; a los canapés solo les falta el último toque, pero se les da siempre cuando estamos a punto de cenar. Suelto un profundo suspiro, camino hasta el sofá y me siento en él. Me permito descansar la vista el resto del tiempo hasta que lleguen mis familiares.
Sin embargo, un mensaje en mi móvil me hace vibrar la pierna. Es de Mora. Me cuenta un poco por encima cómo está su situación, ya que no se lleva precisamente bien con su hermano Alberto, y esta noche le toca cenar con él y con su novia, quienes llevan viviendo juntos un par de años desde que se pudieron independizar. Joder, independizarse en estos tiempos que corren es un privilegio, pienso. Y, después de pensar en ello, recuerdo en cómo nos hemos estado comportando Álex y yo desde aquel beso. Compartimos unas pocas palabras con normalidad, y si acaso, mantenemos el nivel de nuestra amistad (o lo que sea) en donde estaba. Ninguno ha mencionado el momento en el que me invitó, pero parece que sigue en pie, y de vez en cuando me lo recuerda.
Sácame de aquí
O mátame
Lo que sea, pero hazlo
[en línea] [escribiendo…]
[en línea]
¡YAAAA!