Una fotografía de Dario Cavero (@dario.cavero)

Capítulo 14 – Amelie

-Puede, aunque creo que has agotado tu ida de olla Alex. Y ahora, déjame pasar, me está esperando un taxi.

Le empujé, pero ese cuerpo estaba muy bien esculpido. Años de entrenamiento, sudor y un poco de magia seráfica, y voilà, el adonis echo persona.

-Alex, déjame pasar.

-No hasta que me perdones.

-Tú estás mal de la cabeza. Lárgate de mi vista.

De repente, se puso de rodillas, suplicándome. Tenía lágrimas en los ojos, y un sentimiento nuevo, vergüenza.

-Perdóname Amelie. Te lo suplico. Mis amigos me comieron la cabeza, y perdí todo ápice de control. Perdóname. Por favor.

Podría haberle perdonado, o quizás no. Decidí tirar una moneda al aire, y echar mi suerte a cara o cruz. Mientras la moneda daba vueltas, vi pasar toda mi relación con él por delante, y me di cuenta, que esto no podía seguir.

-Se acabó Alex. Hemos terminado.

Le aparté a un lado, dejando un derrotado chico en la puerta. La moneda cayó al suelo, con un golpe sordo, y ni me molesté en mirar.