Si ya te habías familiarizado con el término “microblading” como una de las técnicas más famosas para dar profundidad a las cejas, te traemos una nueva variedad: el microblading labial. También conocida como micropigmentación labial, este tratamiento estético mejora la pigmentación de los labios de forma semipermanente. En un momento donde la mascarilla es imprescindible y el uso de labiales se vuelve más complicado, este tratamiento aporta color y jugosidad a los labios sin transferencias o pérdidas de color.
Según el salón Diana Guill, disponible de Treatwell, “El cliente puede elegir el pigmento que desea y, con una aguja especial, el especialista perfila tanto el contorno como la mucosa del labio para ensalzarlo de forma natural”. El proceso suele durar una hora y media aproximadamente, y se aplica anestesia local en forma de crema para aliviar las molestias en algunas zonas más delicadas, como el arco de cupido.
Una vez realizado, se recomienda hacer un repaso a los 40 días, hidratar de forma constante los labios y evitar la exposición solar los primeros días después del tratamiento. “En general, la micropigmentación labial es un tratamiento que ofrece muy buenos resultados. Puede durar entre uno y dos años, y si se escogen unos pigmentos naturales el resultado es muy favorecedor, aportando un “efecto buena cara” diario”, explica el centro.
A nivel de contraindicaciones, el microblading no se recomienda para personas con anomalías labiales, irritación en los labios o aquellos que presenten mucha sequedad o incluso presenten pequeños sangrados. “En los casos de sequedad extrema, primero habría que hacer un tratamiento de máxima hidratación y después, proceder al tratamiento de microblading. En el caso de anomalías es mejor consultar antes con un médico”.
