Madrid volvió a situarse en el centro del debate cinematográfico del 28 de octubre al 9 de noviembre de 2025 con la celebración de la octava edición del Festival Cine por Mujeres Madrid. El certamen consolidó su posición como una de las principales plataformas dedicadas a visibilizar el trabajo de las mujeres en la industria audiovisual, reuniendo una programación amplia y diversa que combinó ficción, documental y animación, tanto a nivel nacional como internacional.

Desde su creación en 2018, el festival ha crecido de forma sostenida en número de títulos, sedes y actividades paralelas. En esta edición, la programación se desplegó en distintos espacios culturales de la ciudad, reforzando su vocación urbana y su voluntad de acercar el cine dirigido por mujeres a públicos diversos. Más allá de las proyecciones, el festival volvió a apostar por encuentros profesionales, coloquios y actividades de reflexión que ampliaron el alcance de las películas más allá de la sala.
El planteamiento de la edición de 2025 confirmó una línea clara: no se trata únicamente de exhibir cine, sino de generar contexto, conversación e industria. La selección de títulos puso el foco en miradas autorales, narrativas contemporáneas y temas sociales tratados desde perspectivas muy distintas, evidenciando la pluralidad de voces que hoy conforman el cine hecho por mujeres.
Una Sección Oficial que refleja diversidad y autoría
La Sección Oficial Española, presentada en formato competitivo, reunió una docena de largometrajes dirigidos por cineastas con trayectorias y estilos muy diferentes. Las proyecciones, celebradas principalmente en la Sala Berlanga, ofrecieron un recorrido por el cine de autor español más reciente, con historias que abordaron desde lo íntimo hasta lo político, pasando por el retrato generacional y la exploración de nuevas formas narrativas.
La competición se configuró como uno de los ejes centrales del festival, no solo por el interés de los títulos seleccionados, sino por la atención que despiertan este tipo de espacios en términos de visibilidad y recorrido posterior de las películas. El Premio a la Mejor Película Española del festival se mantiene como un reconocimiento relevante dentro del circuito independiente, especialmente para obras que buscan distribución o presencia en otros certámenes.

Junto a la sección competitiva, el festival incluyó sesiones especiales fuera de concurso que ampliaron el mapa de propuestas. Entre ellas destacaron títulos invitados como Fin de fiesta, de Elena Manrique, una comedia con lectura social y mirada crítica, o Tres adioses, de Isabel Coixet, programada como pase especial. Estas proyecciones funcionaron como contrapunto a la competición, reforzando la idea de un festival abierto a distintos registros y formatos.
La programación internacional completó el retrato global del certamen, con películas procedentes de distintos países europeos y asiáticos. Esta dimensión internacional permitió establecer diálogos entre cinematografías y situar el cine dirigido por mujeres en un contexto más amplio, alejándolo de una lectura local o sectorial.
Retos de futuro y proyección más allá del festival
La edición de 2025 dejó sobre la mesa varios retos clave para el futuro del Festival Cine por Mujeres Madrid. Uno de los principales es la consolidación de una estructura de sedes y programación que permita al público vivir el festival como una experiencia cohesionada y accesible, evitando la dispersión y facilitando el seguimiento de las distintas secciones.
Otro de los puntos señalados es la necesidad de reforzar el impacto real de las películas tras su paso por el festival. La distribución en salas, el acceso a plataformas y la circulación en otros certámenes siguen siendo algunos de los grandes desafíos del cine independiente, y especialmente del cine dirigido por mujeres. En este sentido, el festival aspira a actuar como trampolín, no solo como escaparate.
La ampliación de la colaboración internacional aparece también como una línea de crecimiento natural. Más países invitados, más coproducciones y un mayor intercambio profesional permitirían fortalecer el posicionamiento del festival dentro del circuito europeo. A ello se suma la importancia de medir resultados y hacer públicos datos que permitan evaluar el impacto del certamen en términos de financiación, visibilidad y oportunidades profesionales para las cineastas participantes.
En conjunto, la VIII edición del Festival Cine por Mujeres Madrid reafirmó su papel como espacio clave para el cine hecho por mujeres. Un festival que no solo muestra películas, sino que plantea preguntas sobre el presente y el futuro de la industria, y que sigue construyendo un camino propio dentro del panorama cinematográfico español.


