El otoño siempre trae consigo una calma distinta, una invitación a bajar el ritmo y redescubrir lugares que, sin prisas, revelan una belleza inesperada. Este año, dos ciudades del sur brillan con fuerza propia: Málaga y Córdoba, destinos que se transforman cuando baja la temperatura y desaparecen las multitudes. Para quienes buscan una escapada cálida, cultural y accesible, OUIGO suma un aliciente perfecto: entre el 17 de noviembre y el 11 de diciembre, quienes viajen entre semana en asiento XL —un 33% más grande que el estándar— podrán disfrutar de una bebida de cortesía en el OUIBAR. Un detalle que marca el inicio de un viaje con más espacio, más comodidad y mucho más disfrute.
Málaga: una ciudad luminosa que sigue en verano cuando el resto ya está en invierno
En estos meses, Málaga recupera su esencia más pausada. Con temperaturas que rozan los 25 grados, la capital de la Costa del Sol mantiene ese clima amable que invita a caminar sin prisa y a saborear el día con un ritmo más mediterráneo. El otoño malagueño es sinónimo de cultura sin colas: el Museo Picasso, el Thyssen o el Pompidou se visitan con tranquilidad, permitiendo detenerse de verdad en cada sala.
El Soho, con sus murales gigantes y su personalidad creativa, se convierte en un paseo imprescindible, mientras que el puerto sigue reuniendo a quienes disfrutan de una comida al sol durante todo el año. Los chiringuitos mantienen el espíritu veraniego incluso en noviembre y los atardeceres frente al mar son uno de esos planes que no caducan.
La ciudad se ha convertido también en refugio perfecto para quienes teletrabajan: cada vez más visitantes aprovechan la suavidad del clima y la ausencia de turistas para vivir unos días entre ordenador y playa, especialmente de cara al Puente de Diciembre.
Córdoba: una ciudad que respira historia con el ritmo pausado del otoño
A poco más de dos horas de Madrid, Córdoba ofrece otra mirada al sur. Aquí el otoño se siente en las luces cálidas que entran por los arcos de la Mezquita y en el rumor del agua en los patios que, durante estos meses, vuelven a abrirse al público con una decoración especial. Visitarlos entre semana es un privilegio: sin prisas y sin ruido, permiten apreciar cada detalle del color, de la arquitectura y de una tradición que sigue viva.
Recorrer el Alcázar en estas fechas es también una experiencia distinta, donde la historia se entrelaza con el silencio y la ciudad invita a caminar sin mapas, guiándose por el olor a especias, los rincones del barrio judío o los paseos junto al Guadalquivir. La agenda cultural se intensifica antes de las fiestas, con exposiciones, conciertos y actividades que convierten a Córdoba en una ciudad perfecta para recargar inspiración.
Un viaje que empieza en el tren
OUIGO quiere que el trayecto también forme parte de la escapada. Por eso, entre el 17 de noviembre y el 11 de diciembre, quienes viajen entre Málaga, Córdoba y Madrid en asiento XL o con tarifa OUIGO FULL podrán disfrutar de una bebida gratuita en el OUIBAR durante sus viajes entre semana. Una forma de comenzar la experiencia con más espacio, comodidad y un pequeño ritual que marca el inicio del descanso.
Otoño es la estación ideal para dejarse llevar por estas ciudades que se transforman cuando baja la luz y sube la calma. Y si además el viaje empieza con un brindis, el plan es todavía mejor.
