El universo de Chillida despierta en Zaragoza

La muestra reúne más de 120 obras del escultor vasco

Zaragoza acoge una de las exposiciones más esperadas del otoño cultural. Fundación Ibercaja presenta Eduardo Chillida. Soñar el espacio, una muestra que propone un viaje íntimo por la obra y el pensamiento de uno de los escultores más universales del siglo XX. La exposición, abierta al público en La Lonja hasta el 1 de febrero de 2026, conmemora el centenario del nacimiento del artista donostiarra (1924-2002) y reúne más de 120 piezas entre esculturas, dibujos, obra gráfica y collages.

El proyecto, organizado por Fundación Ibercaja con la colaboración del Ayuntamiento de Zaragoza, la Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce y Chillida Leku, busca mostrar la dimensión más poética y espiritual del escultor, un creador que entendía el espacio no solo como materia física, sino como territorio de encuentro y diálogo. “El sueño de Eduardo Chillida produce belleza, libertad, diálogo y equilibrio con la naturaleza”, señaló Amado Franco, presidente de Fundación Ibercaja, durante la inauguración, que contó con la presencia de la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, y miembros de la familia del artista, entre ellos Luis y Mikel Chillida.

Un homenaje al pensamiento escultórico de Chillida

Lejos de ser una retrospectiva al uso, Soñar el espacio plantea una lectura emocional del legado de Chillida. El recorrido se articula como un diálogo entre materia y vacío, entre la fuerza del hierro o el granito y la ligereza de la luz. La exposición reúne esculturas de pequeño formato —de yeso, alabastro, madera, hormigón armado o tierra chamota— que permiten al espectador acercarse a la esencia táctil del artista. Son piezas que invitan a mirar de cerca, a entender la textura como un lenguaje y el espacio como un interlocutor silencioso.

En palabras de Alicia Vallina, comisaria de la muestra, “Chillida siempre quiso hacer visible lo invisible, traducir en forma lo que pertenece al aire o al pensamiento. Su obra es una meditación sobre el equilibrio, sobre la tensión entre el peso y la levedad, lo humano y lo eterno”.

Visita exposición Chillida
Visita exposición Chillida. Fotografía de Chus Marchador

Entre las piezas destacadas se encuentran las Lurrak, esculturas de arcilla chamota con distintos matices según el tiempo de cocción, que resumen la relación entre tierra y fuego. Junto a ellas, las esculturas de gran formato —algunas de casi dos metros de altura— invitan al visitante a sumergirse en un diálogo espacial. En obras como Iru burni III, Consejo al espacio VI o Harri V, el acero corten y el granito adquieren un protagonismo casi arquitectónico, capaces de generar sombra, tensión y armonía a la vez.

Un artista que moldeaba el aire

La obra de Chillida siempre ha sido una conversación con la naturaleza. En cada escultura hay una búsqueda del equilibrio entre lo visible y lo invisible, entre el gesto humano y las fuerzas del paisaje. En Soñar el espacio, esa filosofía se hace tangible. Algunas piezas, como las de la serie Lo profundo es el aire —inspiradas en el poema homónimo de Jorge Guillén—, condensan la capacidad del artista para transformar el pensamiento en forma.

El visitante percibe cómo el espacio se vuelve parte de la escultura: el aire se insinúa entre los volúmenes, la luz cambia la percepción de los materiales y el silencio refuerza la presencia de cada obra. Es una exposición que se vive despacio, casi como una meditación colectiva sobre la materia.

Visita exposición Chillida. Fotografía de Chus Marchador
Visita exposición Chillida. Fotografía de Chus Marchador

El dibujo como raíz del pensamiento

Una de las secciones más reveladoras de la exposición está dedicada a la obra gráfica y los dibujos de Chillida, considerados por muchos como la base de su pensamiento visual. Estas obras no son estudios previos ni bocetos preparatorios, sino composiciones autónomas donde el artista explora la idea del límite y del vacío.

En ellas se percibe la misma energía que en sus esculturas: trazos en tinta o carbón que parecen suspenderse en el papel como si buscaran un equilibrio imposible. Se exhiben, entre otras, piezas como Boceto para la plaza de los Fueros de Vitoria o Jaula de libertad, junto con retratos y autorretratos de gran carga expresiva. Destacan también los dibujos de manos entrelazadas, símbolo de unión y trabajo, que parecen atrapar el aire entre los dedos.

La muestra incluye además collages y las series Gravitaciones, creadas a partir de 1985, donde Chillida introduce recortes de papel suspendidos en el espacio, creando una tercera dimensión que traslada al plano bidimensional la poética de sus esculturas.

Chillida, un creador entre la materia y el espíritu

Soñar el espacio es también una celebración del pensamiento filosófico de Chillida, un artista que concibió su obra como una búsqueda de sentido y conexión con el mundo. Su legado trasciende el arte y se inscribe en la reflexión sobre la naturaleza humana y su relación con el entorno. “El arte es un intento de acercamiento al misterio”, escribió en una ocasión el propio Chillida, una frase que resume la profundidad de su obra y su permanente diálogo entre lo tangible y lo invisible.

El catálogo editado por Fundación Ibercaja acompaña esta exposición con textos de Mikel Chillida, Alicia Vallina, Javier Chavarría, Elvira Guerra y Lorena Robredo, ofreciendo un análisis que combina sensibilidad crítica y conocimiento técnico.

Un cierre a la altura de un centenario

Esta exposición supone el broche de oro al centenario de Eduardo Chillida, celebrado a lo largo de 2024 y 2025 con distintas actividades en todo el país. Para Zaragoza, representa además la oportunidad de convertir a La Lonja en un espacio de reflexión artística, donde la monumentalidad del edificio dialoga con la sobriedad de las esculturas.

Más allá de la conmemoración, la muestra subraya la vigencia de Chillida como figura esencial de la cultura española y europea. Su capacidad para transformar el acero en emoción y el vacío en forma sigue inspirando a nuevas generaciones de artistas y espectadores.

Fundación Ibercaja: arte, educación y territorio

Con esta propuesta, Fundación Ibercaja refuerza su papel como dinamizadora cultural en Aragón y como referente en la divulgación del arte contemporáneo. La entidad continúa apostando por proyectos que promueven la reflexión, la educación y el diálogo entre disciplinas, manteniendo su compromiso con la sociedad a través de la cultura.

Su trayectoria se fundamenta en cuatro valores esenciales —compromiso, transparencia, profesionalidad y dinamismo— que guían cada una de sus iniciativas. Exposiciones como Soñar el espacio demuestran que el arte puede ser, además de contemplación, una forma de pensamiento compartido.

Soñar el espacio, una experiencia que invita a detenerse

En tiempos de ruido y prisa, Eduardo Chillida. Soñar el espacio propone una pausa: una experiencia sensorial que invita a detenerse, observar y escuchar el diálogo silencioso entre la materia y el vacío. En cada obra, el visitante encuentra una metáfora de equilibrio, una reflexión sobre cómo habitamos el espacio y cómo el arte puede transformar nuestra percepción de él.

Hasta el 1 de febrero de 2026, La Lonja de Zaragoza se convierte así en un punto de encuentro entre el arte y la contemplación. Una oportunidad única para reencontrarse con la serenidad y la fuerza de un creador que soñó el espacio… y lo convirtió en forma.