Con una estética marcada, una narrativa transgresora y una voz cada vez más presente en la escena indie queer, Brünne Romeo se ha convertido en una de las propuestas más interesantes del panorama emergente actual. Desde sus primeros EPs hasta el inminente lanzamiento de su primer álbum, el artista navega entre el pop electrónico y lo orgánico, sin dejar de lado una visión crítica sobre el amor, la identidad y el lugar que ocupa dentro de la industria musical.
En esta entrevista, Brünne nos habla de su nuevo trabajo, su forma de componer desde la imaginación, la importancia de la sexualidad en su discurso artístico, los retos de ser independiente y LGTBIQ+ en un entorno mediático que a menudo invisibiliza. Un viaje entre contradicciones, deseo, referencias punk-pop y mucha, mucha honestidad.
Felicidades por tu carrera porque estamos siguiéndote últimamente estos últimos sencillos. Primero de todo, vamos a hablar del último sencillo. El primer bloque lo dedico a “Un buen tipo para tu hijo”. Hay una cosa muy interesante: Brünne, Brune, Bruno… ¿Cómo se pronuncia?
En verdad bien pronunciado sería Brun, pero empecé con Brune y pues Brune, pues.
Nos quedamos con Brune. Hay algo muy interesante en tu discografía, y es que la sexualidad forma parte de tu metamorfosis, al menos en los videoclips. ¿En qué momento de tu vida hablas de esta relación entre el hijo “cachas” y el padrazo?
Pues ya lo dije, que no es algo que haya pasado, es todo imaginación. Me pongo a componer y no me sale una letra que sea normativa, todo lo que sale es otro mundo. La canción empezó algo más suave. Al principio era como: me quiero declarar a este chico y le quiero pedir la mano a su padre, como se hacía antiguamente. Tenía ese mensaje subliminal, pero después la canción fue evolucionando en el estudio, se hizo más rockera, más cañera, y decidí cambiar el mensaje.
«La canción empezó algo más suave»
¿Cuál era ese mensaje subliminal?
Pues como lo que te decía: antiguamente se iba a pedir la mano. Pues esto es traerlo al mundo actual y con un chico. Es una contradicción constante porque le estoy diciendo al padre que soy un buen tipo para su hijo, pero en realidad quiero irme con él a la cama. En el videoclip se ve que quiero quedarme con el alma de los dos y al final estar con los dos. Esta canción se puede ir por muchos caminos.
Este año va a salir el nuevo disco de Brünne Romeo
Has ido sacando estos últimos tres sencillos en un año y medio. ¿Brünne está preparando un disco? ¿Hacia dónde nos lleva este camino?
El disco está, le queda la última cocción. Va a salir este año y tendrá bastantes canciones. No como los EPs con dos temas. Este disco tendrá sus ocho canciones nuevas, por ejemplo. No he sacado nada desde «Un buen tipo», pero sigo cocinando, todos los días voy al estudio. Todas las canciones están cerradas: títulos, orden, concepto, historia. Solo quedan detalles.
Brünne Romeo, ¿Por qué no especificas el número de canciones? Has dicho «por ejemplo ocho».
Esconder información. Mira, aquí en mi casa tengo un calendario gigante para organizarme y una pizarra con el nombre del álbum y todas las canciones. No digo el número exacto para guardar la sorpresa.
¿El número de canciones tiene que ver con el título?
Tiene su sentido, sí. El título es un personaje.

Volvamos a la sexualidad, que es clave en tu propuesta. En el videoclip de «Diferente» estás con drag queens y proyectas ese empoderamiento a través de una estética muy marcada. ¿Esa simbología se la llevas al disco?
Este disco tiene dos ubicaciones, y nada es lo que parece en ellas. Hay una parte más esperanzadora y otra que habla del amor desde un sitio tóxico. Hablo de amar como te han enseñado, no como te hace bien. Una parte del disco trata de desprenderte de eso y aprender a amar desde cero.
Entonces, ¿veremos dos partes también a nivel sonoro? Una más punk-pop y otra más suave?
Este disco es indie con bastante música orgánica y también electrónica, porque vengo de Mundo de Lobos. Ambas partes tienen ese sonido. Hay canciones tristes con bases bailables. No es cronológico, pero el orden tiene sentido.
¿Hay un interludio?
En el medio hay una canción que dura siete minutos y resume la historia del disco.
¿Cuántos singles previos veremos antes del álbum?
Uno mínimo. Una canción va a salir antes del disco, sí o sí. No sé si dos, pero una seguro.

Tus videoclips tienen mucha producción. ¿Estás invirtiendo mucho?
Muchísimo. Mi pareja Álvaro y yo nos dejamos la piel. No sabemos lo que es tener vacaciones. Cada día está lleno. Y el equipo también se entrega al máximo. Todo lo hacemos sin nadie detrás, sin padrino, y eso lo complica. Pero estamos haciendo el 200% con lo poco que tenemos.
«Quisiera formar una banda»
¿Cuáles son tus planes para el directo? Si el disco tiene sonidos orgánicos, ¿veremos una banda en el escenario?
Mi idea es formar una banda, no que Brünne Romeo se convierta en una banda, sino que en directo vaya con guitarrista, teclista, bajo, batería… Me encanta esa idea. Me veo más como una estrella del rock que con bailarines. Aunque ojo, que igual mañana salgo con cuatro bailarines, pero ahora mismo me apetece mucho presentarme con banda.
Tu estética está muy trabajada, incluso en los detalles más pequeños. Cuando mires atrás dentro de cinco años, ¿qué te gustaría que se dijera de este proyecto?
Que fue una carta de presentación honesta. «Inmortal» y «Mundo de lobos» son dos mundos distintos: uno más orgánico y otro electrónico. Este disco los une y cuenta mi historia. Hay canciones donde estoy cabreado, otras que hablan de temas que no suelo escuchar en otras letras. Creo que voy a estar muy orgulloso de este trabajo.
Entremos en el tercer bloque. Hablemos de «Diferente». ¿Crees que tu canción no fue aceptada en Benidorm Fest por su carga sexual?
No lo sé. No pensé que fuera por el lenguaje, ni siquiera por decir «sexo», pero hay una frase que dice «de cara al sol» que sí me hizo pensar: uy, igual esto me descarta. Aun así, estaba convencido de que funcionaría. Me dolió que no me llamaran. Pensaba: hoy es el día. Pero todo pasa por algo. Si hubiera ido, no habría podido trabajar todo el año como lo hice.
¿Te planteas volver a presentarte?
No. No me puedo permitir parar ahora. Siento que mi proyecto no va por el camino de la tele. Me interesa más el mundo de los conciertos, festivales, algo más indie. No quiero entrar en el ruido mediático, el cotilleo, Twitter… No me interesa. Además, si te cogen para Benidorm, no puedes sacar música en un tiempo, y yo estoy centrado en el disco.
Vas sin sello, sin padrino, con libertad creativa. ¿Sientes que los medios en España te dan visibilidad suficiente?
Los medios se están portando bien conmigo, pero sobre todo los que son del colectivo o aliados. Son medios pequeños. En los grandes no se habla tanto de artistas LGTBIQ+, y podrían darnos un altavoz mayor. Pero dentro del colectivo nos apoyamos mucho entre nosotros.
¿Y crees que el problema es ser del colectivo o no seguir una línea musical como el reggaetón o el flamenco, que están en las grandes radios?
Formar parte del colectivo es un escalón que se te pone, eso es así. Ya te reduce el público. Pero si tienes una persona detrás que crea en tu proyecto y tenga contactos, puedes llegar muy lejos. Lo importante es el equipo que te rodea.
Nos quedan pocos minutos. ¿Qué te gustaría añadir antes de cerrar?
Que el 15 de agosto actúo en el festival Sal de Música en San Pedro del Pinatar, Murcia. Me hace mucha ilusión. Voy con un productor amigo que hará de DJ. Nos dan pantalla para visuales, y eso ayuda mucho a vestir el directo.
¿Vas a presentar algo nuevo ese día?
Sí, puede que suba algo a historias. Tengo pensado desvelar un poquito. Aunque no puedo permitir banda por presupuesto, vamos con un show muy cuidado.
¿Y después de ese concierto, hay más fechas?
De momento no, pero cuando saque el disco quiero hacer una girilla.
Te esperamos entonces con muchas ganas.
Yo también tengo muchas ganas de sacarlo ya.