Anoche la Sala grande de Razzmatazz acogió el esperado reencuentro de Miranda! con sus fans europeos. Las canciones del nuevo disco Nuevo Hotel Miranda! sonaron con fuerza frente a una audiencia que se entregó al dúo electropop argentino desde el primer minuto que subieron al escenario. El concierto se enmarca en la celebración de la vigésima sexta edición del Festival Banco Mediolanum Mil·leni.
Un concierto que iba a ser para la memoria
Apenas pasaban segundos de las nueve de la noche y, de manera puntual, un astronauta aparecía proyectado en una pantalla LED gigante. Desde ese instante, se sentía que lo que estaba por comenzar no sería un simple recital más, sino una experiencia sensorial y emocional destinada a dejar huella en todos los presentes.

Con entradas agotadas, la sala de Razzmatazz estaba a reventar. El ambiente era de hermandad, casi familiar, pero al mismo tiempo desbordante de euforia. Se veían rostros sonrientes, miradas cómplices entre amigos, parejas abrazadas y un entusiasmo palpable en cada rincón del recinto. Era evidente que no solo se trataba de un concierto, sino de una auténtica celebración colectiva.
El público, entregado desde el primer acorde, no dejó de acompañar al dúo con palmas, vítores, brazos en alto y cientos de corazones hechos con las manos, una de las postales recurrentes de la noche. La conexión entre Miranda! y su audiencia fue inmediata y constante. El grupo ofreció, sin parar, lo mejor de su repertorio: desde sus nuevos temas hasta los clásicos infaltables como “Perfecta”, “Triste”, “Hola” o “Mejor que vos”.
Un viaje emocional al corazón de Miranda!y visual
Entre los asistentes se distinguía una notable representación de la comunidad argentina residente en España, que no ocultó su emoción de ver a uno de sus grupos más emblemáticos en vivo y en directo. Pero también había muchos españoles y personas de otras nacionalidades, todos unidos por la música y la nostalgia compartida. El público era intergeneracional, con fans que llevan más de veinte años acompañando a Miranda! y nuevas generaciones que han descubierto sus canciones a través de las colaboraciones más recientes.

Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó con la interpretación de “Plutón”. El bullicio general dio paso a un silencio casi sagrado: la sala entera se quedó quieta, escuchando cada palabra, cada nota. Fue un instante íntimo dentro de un espectáculo frenético. Se vieron lágrimas, abrazos, y una emoción que se sentía en el aire, como si todos estuvieran reviviendo recuerdos personales a través de esa canción.
En contraste, el punto más teatral y divertido llegó con “Por ese hombre”. El dúo apareció con vestuario inspirado en el teatro isabelino: cuellos altos con gorgeras al estilo Shakespeare, movimientos exagerados y coreografías absurdas pero perfectamente ejecutadas, muy al estilo del ADN irreverente y cómico de Miranda!. Fue uno de los números más aplaudidos y coreados, desatando carcajadas y ovaciones.
Tecnología y colaboraciones virtuales
El concierto también destacó por una producción visual de primer nivel. Pantallas gigantes acompañaban cada tema con imágenes animadas, colores vibrantes y elementos narrativos. No faltaron las apariciones virtuales de artistas como TINI, Lali o Abraham Mateo, quienes han participado en el proyecto Nuevo Hotel Miranda! y fueron “invitados” a través de proyecciones que se sincronizaban con la música. La integración fue impecable, añadiendo aún más fuerza y emoción a cada colaboración.

Energía inagotable y amor por el escenario
Ale Sergi y Juliana Gattas, con una complicidad escénica inigualable, derrocharon energía desde el principio hasta el final. Bailaron, cambiaron de vestuario con rapidez, jugaron con el público y se mostraron agradecidos en todo momento. No hubo pausas ni bajones de ritmo: los más de cien minutos de espectáculo fueron una ráfaga constante de color, sonido y teatralidad.

Los looks de Juliana y Alejandro Sergi, siempre llamativos y glamorosos, aportaron una dosis extra de espectáculo. Brillos, lazos desproporcionados, colores neón y guiños retro convivieron con una actitud desenfadada y elegante que se llevó tantos aplausos como las canciones. Ale, por su parte, combinó el estilo ochentero con un aire futurista, reflejando a la perfección el tono del nuevo álbum.
Despedida a lo grande
Para el cierre, Miranda! eligió una de sus canciones más icónicas: «Don», del disco Sin restricciones lanzado en 2004. El tema, convertido en un verdadero himno del pop en español, desató la locura en Razzmatazz. Desde el primer “¡sin tus pies, mi amor, yo no camino!”, el público se lanzó a cantar con una fuerza desbordante. No hubo un solo espectador que no se pusiera de pie, que no bailara, que no gritara con una mezcla de emoción, nostalgia y felicidad pura.
Ese último estallido de energía fue el broche de oro para una noche que ya se había ganado su lugar en la memoria de todos los asistentes. Aunque no hubo encore tras «Don», el cierre fue tan apoteósico que nadie se sintió insatisfecho: el viaje había llegado a su fin, y lo había hecho de la mejor manera posible.
Una fiesta inolvidable

La sensación general fue la de haber vivido una auténtica fiesta: luminosa, diversa, emotiva y catártica. Una celebración de la música, del amor por el pop, del reencuentro entre artistas y seguidores después de años de espera. Miranda! demostró, una vez más, por qué sigue siendo uno de los mayores estandartes culturales de la música argentina, y por qué sus shows son mucho más que un recital: son una experiencia total.
La edición 26 del Festival Mil·leni llega a su fin
La presente edición del Festival Mil·leni llega a su fin el 30 de julio con el concierto de Robert Plant, quiénes presentan «Saving Grace Featuring Suzi Dian» en el Gran Teatre del Liceu.
La siguiente edición del Festival Mil·leni ya está en marcha, el cartel arrancará a finales de octubre con Paloma San Basilio en el Palau de la Música Catalana, el 22 de octubre, y contará con caras como Vanesa Martín, Gipsi Kings (by André Reyes), SAU, Carlos Nuñez o The Divine Comedy. Entradas ya disponibles en la web de la organización.