¿Por qué fuiste a Gran Hermano VIP?
Para mí, fue un reto personal, y siempre lo dije en el programa. Claro, te da visibilidad, lo cual es bueno para un artista, pero lo que realmente quería era romper algunas barreras. La gente conocía a Zeus de las revistas, solo al hijo de su madre, siempre preguntándome por ella, pero nunca me dejaban hablar de mí mismo.
Y por las novias.
Y por las novias también. Era algo bonito, algo personal, para que la gente me conociera tal y como soy. Evidentemente, en Gran Hermano, 24 horas no puedes ser otra persona que no seas tú mismo. Creo que fue un reto muy bonito, aunque también fue duro para mí. Aunque soy muy sociable, me gusta mi casa y mis cosas, y esa convivencia constante con gente fue un desafío.
«Lo peor fue no poder estar solo ni un minuto»
La pila social se agota.
Soy una persona bastante solitaria, me gusta mucho la soledad. Aprecio estar solo porque creo que es una forma de aprender mucho sobre uno mismo. Cuando entré en la casa, con 17 personas, un baño y una ducha, y siempre rodeado de gente, fue un desafío. Era una prueba de fuego, pero al mismo tiempo una experiencia bonita porque me permitió descubrirme a mí mismo en otras facetas personales.
Para mí, era fundamental estar allí para que la gente me conociera de verdad. Y aunque, para bien o para mal, la gente me conoció, muchos me dijeron al salir: No sabía que eras así, y yo les respondí: Pues soy así. Entiendo que, en una entrevista, el 90% de las veces la gente quiera saber más sobre mi madre que sobre mí, algo que con el tiempo espero cambiar.
Gran Hermano me sirvió muchísimo a nivel personal, aunque sufrí mucho también. Es un programa muy duro mentalmente, y era mi primer reality, así que lo pasé muy mal, francamente. Pero a pesar de todo, disfruté mucho y conocí gente maravillosa allí.
¿Qué fue lo peor que viviste dentro del Gran Hermano?
Lo peor fue no poder estar solo ni un minuto. Necesitaba al menos 5 minutos para estar conmigo mismo, y no había manera. Al final, recuerdo que nos metimos en la lavandería, que era el único lugar donde nos dejaban estar un poco a solas. Eso fue lo que más me costó, junto con estar en una casa sin hacer nada. Soy una persona muy activa, me gusta moverme, y pensé que sería más fácil de lo que fue. Pero, a pesar de todo, la experiencia fue maravillosa. Fue dura, sí, pero muy bonita.
«Lo que quiero hacer es algo más personal»
Para ir acabando Zeus Montiel, cuando llegues a Madrid, ¿qué historias vas a contar en tus siguientes producciones?
Lo que quiero hacer es algo más personal, como un diario abierto. No sé si será el próximo tema, pero sé que quiero hacerlo. Quiero cantar sobre lo que he vivido, cosas muy personales, viscerales, a veces incluso cosas que nadie sabe, pero que quiero compartir para que la gente pueda entender y sentirse identificada. Es como una terapia en grupo, cantar sobre lo que he experimentado, lo bueno y lo malo.
Me gustaría enfocarme más en canciones que no solo hablen de amor, sino de uno mismo, de las vivencias personales. Mi objetivo es ayudar a otros que hayan pasado por situaciones similares, tanto para bien como para mal. Y, sobre todo, acercarme más al público, que se sientan identificados con lo que canto. Claro que el amor y el desamor son temas universales, pero esta vez quiero darme más a conocer de una manera más auténtica, desnudar el alma a través de las canciones.
Estoy empezando a escribir sobre esto, aunque me da miedo, porque son cosas que a lo mejor ni siquiera mis amigos saben. Pero siento que es algo bonito, y también creo que me servirá mucho a nivel personal.
¿Puedes puntualizar mejor sobre esos temas?
Quiero hablar de temas de la vida, cosas personales, momentos tanto duros como alegres, y vivencias más viscerales. No te voy a detallar cada uno, pero sí de situaciones que he vivido y que siento que quiero sacar en una canción. Es una forma de desahogarme, de expresar lo que llevo dentro, de poner en palabras lo que he vivido y lo que llevo dentro de mí.
