Wake Up narra la historia de un grupo de activistas medioambientales que, al final del día, se infiltran en un Ikea con el objetivo de realizar pintadas como protesta contra la tala de árboles. Sin embargo, lo que comienza como una protesta pacífica se convierte en una pesadilla cuando el vigilante de seguridad, un individuo desequilibrado, empieza a eliminar uno a uno a los intrusos.
Este es el tipo de película que destaca en festivales como Sitges, donde se celebran las muertes más creativas y el derroche de sangre. Dirigida por el colectivo RKSS, un trío de cineastas canadienses conocidos por su trabajo en Turbo Kid y Verano del 84, Wake Up sigue la línea de sus anteriores propuestas: modestos presupuestos que logran maximizar los recursos y ofrecer entretenimiento de calidad.
Un único escenario con mucha tensión
En esta ocasión, el equipo opta por reducir la historia a un único escenario, una estrategia que les permite controlar el presupuesto de manera más eficiente. De este modo, la acción se desarrolla casi por completo en una sola localización, lo que también les permite rodar de forma más económica. Aunque la trama está ambientada en Estados Unidos, Canarias se presenta como el escenario principal, un detalle que añade una capa de curiosidad.
Uno de los aspectos más interesantes de la película es su guion, escrito por el italiano Alberto Marini, guionista afincado en Barcelona desde los días de la Fantàstic Factory de Filmax. Marini es responsable de los guiones de películas como Mientras duermes o El desconocido, lo que ya da una idea del nivel de calidad que se puede esperar de Wake Up.
Dos de sus protagonistas presentaron la película en Sitges
Además, dos de las actrices principales, Alessia Yoko Fontana, nacida en Italia, y Jacqueline Moré, originaria de la República Checa, hablan un español perfecto. Ambas, parece ser, residen en España, lo que da una pista sobre la conexión del proyecto con el cine español, y en particular con el ambiente “sitgero”, característico de festivales como el de Sitges.
Es posible que Marini haya mostrado el guion a los directores entre una proyección y otra en el festival, y que parte del casting se haya realizado en España, lo que refuerza aún más la huella española en esta producción.
En resumen, Wake Up es una película que combina tensión, sangre y creatividad, todo ello dentro del marco del cine de género que tanto se disfruta en festivales como Sitges. Con una narrativa sencilla pero efectiva, y un equipo detrás que sabe cómo sacar el máximo provecho de los recursos, promete ser una grata sorpresa para los amantes del cine de terror y thriller.