¿Cuál es el precio que tienes que pagar para ser auténtico en la industria Pure Negga?
No es difícil ser uno mismo. He entendido que en el negocio, en la guerra y en el amor, todo vale y que uno puede elegir su camino, pero lo complicado es no cambiar. Desde el principio quise ser yo, incluso cuando solo me escuchaban tres personas. Si quieres vender a lo grande, quizás necesitas seguir un patrón, pero muchos artistas no lo queremos. Mantenerse fiel es un respeto a quienes te siguen, y eso no lo pienso traicionar. El precio es ese: ser auténtico.
«El disco es como la vida»
Hablemos del tracklist de este «Sueño de virtud», ¿Por qué este disco de Pure Negga parece estar desordenado?
El tracklist del disco refleja los altibajos de la vida. Pasas de una canción romántica a otra muy triste, porque así es la vida: un día estás bien, y de repente algo te golpea.
El orden fue idea de Oreja, nos sonó bien a todos, y encaja con lo que quiero transmitir. No quiero que el disco siga un patrón de amor, venganza o traición de manera lineal. La vida no es así, es un constante sube y baja, como el disco. Puedes estar en un momento increíble y, sin avisar, algo te saca de ese camino. Pero, pase lo que pase, hay que seguir.
Nadie puede impedirlo, solo tú mismo. Por eso, ¡buena pregunta! Pocos se interesan por el orden de las canciones; queríamos transmitir distintas sensaciones y romper esquemas.
«Puedes sacar algo bueno de todo y algo de lo bueno puede sacar algo malo también»
¿Qué has aprendido de ti como músico después de este proceso de reflexión?
Me he dado cuenta de cosas que antes no valoraba, y eso ha sido mi primer aprendizaje: apreciar tanto lo bueno como lo malo. En el disco reflejo esa visión, aprendiendo a sacar algo positivo de todo.
Pure Nigga ha sido un eje fundamental para salir de mi zona de confort, ayudándome a hacer lo que realmente quiero, y explorar un estilo más mestizo, lejos de la típica instrumental de reggae o hip hop.
Gracias al equipo, a Oto Beats, a mi mujer, he logrado incluir elementos que no suelo usar, como guitarras orquestales, violines y saxofones, y me enfoco en que los músicos expresen a través de sus instrumentos.
Creo en dejar fluir a cada músico y que no se limite la duración de una canción solo para que venda. Mis canciones suelen durar más de tres minutos, porque para mí, lo importante es que la música se exprese libremente.
De eso quería hablar, tienes pocas – aunque no puedo verificar ahora, que tus temas no duran los tres minutos habituales. Eso da la sensación de que se trate de una composición libre, casi como si fuera fruto de una improvisación, ¿cómo has trabajado los temas del disco?
Tanto en el disco como en todo lo que hacemos, capturar el sentimiento del momento es esencial. Cuando llego al estudio, Eloy y Pau siempre me preguntan: ¿Qué quieres hacer hoy? y empiezo a transmitir una emoción sin instrumental. Creamos la música y la grabamos en el mismo momento, porque siento que si me llevo la instrumental a casa, ya no será igual; podría perder la esencia de lo que siento.
Les explico cómo quiero sentirme y ellos van creando: aquí unos violines nostálgicos, aquí algo más alegre. Una vez que tenemos la instrumental, cierro los ojos, me dejo llevar y canto lo que el corazón siente en ese instante. No me gusta llevarme nada a casa; el momento debe quedar plasmado ahí. Luego, claro, hay trabajo de mezcla, pero lo esencial se hace en el momento.
«Oto Beats es una marca, pero para mí son primero Eloy y Arpa»
Hay un nombre que se repite en todas las canciones, ¿quién es Oto Beats y por qué firman todas las canciones del disco?
El cambio en mi vida ha sido gracias a grandes personas que me han apoyado. Kion me sacó de la calle y me ayudó mucho, y he tenido a Paul y al equipo de Psycho Rage Studio, que son gente muy buena. Pero Pau y Eloy, de Oto Beats, son diferentes a todos; con ellos tengo una conexión especial.
Conocí a Arpa hace cinco años, trabajamos un par de canciones, y luego la vida nos volvió a juntar. Entre nosotros hay un entendimiento musical y personal profundo, porque no solo somos productores, somos amigos y hermanos.
Ellos entienden mi estado de ánimo, saben cómo tratarme, y nunca ven como ‘tiempo perdido’ el estar en el estudio, aunque no salga nada ese día. Para ellos, crear es un proceso genuino. Trabajo con ellos porque somos familia.
Los llevo como DJ, teclista, y a todos lados, porque quiero formar una familia, no un grupo. Queremos entendernos, disfrutar en el escenario, llorar juntos si hace falta. Oto Beats es una marca, pero para mí son primero Eloy y Arpa, amigos fundamentales en mi vida, más allá de lo profesional. Todo lo que hacemos es desde el amor y el corazón. Agradezco que nombres a quienes están detrás de todo el trabajo, porque suelen centrarse solo en el cantante, y es justo reconocer a todos.
«Amo mi barrio, pero la juventud y la necesidad de sobrevivir, me llevaron a hacer cosas que hoy sé que no eran correctas»
¿Has dicho «me sacaron de la calle», perdona si me meto en donde no me llaman, pero a qué te refieres con esa afirmación?
Mi barrio es Canovelles, y aunque no encontraba mi lugar en los estudios, lo que sé lo aprendí de forma autodidacta. Tuve suerte con profesores que me apoyaron, como Pepe Burgueño, que en paz descanse, quien me ‘castigaba’ llevándome al aula de música en lugar de ir al patio.
Amo mi barrio y estoy orgulloso de mis raíces, pero la juventud y la necesidad de sobrevivir, me llevaron a hacer cosas que hoy sé que no eran correctas. Con el tiempo, observando a luchadores que trabajan de sol a sol, fui madurando y rodeándome de mejores personas.
Una amiga, Cristina, me animó a grabar música como una vía para expresarme. En 2015 conocí a Kion, mi primer productor, y esa misma noche grabamos CNV Sound Volumen 1. La música me ayudó a dejar malas compañías y a liberarme emocionalmente. Desde entonces, mi carrera ha sido un acto de redención.
Lo dejé todo, dejé vicios y malas compañías, dejé de guardarme cosas también porque eso es fatal para la cabeza, y empecé a despotricar por la boca. Si te das cuenta, no uso palabrotas ni un mal lenguaje. Mi carrera musical es y será siempre mi redención.
Siempre te vas a tener que equivocar, pero utilízalo como un aprendizaje y como una redención de no volver a cometer ese error. Y salir de la calle fue eso, no cometer los errores que cometí.
¿Crees que con este disco has podido cerrar un ciclo?
En algunos aspectos sí, claramente, en otros no. Soy una persona que me han hecho mucho daño, igual que a muchísima gente del mundo y eso me ha creado un ser muy vengativo. Solía ser muy vengativo cuando era muy joven. Nunca llegué al punto de pelearme, pero sí hacer lo posible para devolvértelo.
Ese no es el camino del amor, es el camino del odio, y nunca vas a estar tú peor que la otra persona porque la venganza te come por dentro. Pero la música enseña, tío, y la música cura tanto al que escucha como al que lo crea.
Hablando de venganza, muestras una cara muy rabiosa en el tema de El Vendaval. Hay un coro que se repite mucho al final y que dice «estoy viendo mi final», ¿ese final que describes es el final de esa rabia o el final de tu camino en la música, te estás despidiendo?
No, es más bien la primera idea. En El Vendabal hablo de la venganza y me siento satisfecho si he conseguido trasmitirte esa idea con solo escucharla. Cuando digo que que «estoy viendo el final», es porque dejé se sentir tanta rabia e ira por un amor que me ha castigado.
Porque el amor, todos lo sabemos, puede ser precioso y maravilloso, como me siento ahora, o puede ser desastroso. Pero era el final de la venganza, es una canción para mí, El Vendaval, una de las mejores canciones del disco.
Pure Negga, necesito que me cuentes de qué está inspirado el tema «N.O.M».
Esa canción surgió un día que iba con mi mujer en el coche, y acumulaba rabia de ver tantas injusticias: la homofobia, el machismo, el racismo y las ideologías impuestas. Me cansan. Ayer mismo viví algo que me tocó mucho: estábamos en un sitio y un chico extranjero no entendió un pedido en catalán. Al irse, un hombre mayor comenzó a insultarlo con palabras racistas. No entiendo cómo alguien que ha vivido tanto puede tener esa actitud hacia un joven que quizá ha dejado todo para trabajar aquí. Esto es precisamente lo que quiero expresar en la canción.
‘Nadal’ es el apellido de mi mujer y de su familia, que es increíblemente importante para mí. La ‘O’ viene de Oto Beats, que es parte de la canción por todo lo que representan para mí como persona y artista. La ‘M’ de ‘mirar’ significa eso, mirar a tu alrededor sin juzgar antes de conocer.
Con esta canción quiero decir que, lamentablemente, el color de piel sigue limitando oportunidades en el trabajo y en la calle, aunque en la música haya más igualdad. Como artista, tengo el deber de hablar sobre esto, de intentar cambiar el mundo aunque no sea fácil. Sé que no puedo cambiarlo todo, pero al menos quiero influir en el pensamiento de algunas personas. Ya me han escrito contándome cómo mi música les ha hecho reflexionar, y eso me da fuerzas para seguir.
Para terminar esta entrevista Pure, necesito preguntarte si depsués de todo este camino que hemos detallado en este rato juntos, ¿has logrado alcanzar la paz y dejar atrás ese infierno?
Por supuesto, pero aún queda mucho por hacer, no conmigo, sino con el mundo. Hay que acabar con las injusticias y si puedo, de alguna manera, contribuir con mis canciones, mi música, seguiré luchando para que la gente lo escuche y recapacite. Eso es lo que hago.