Nikki García publicó la semana pasada su nuevo sencillo “La Rabia“. Se trata de un tema en el que se presenta con un lamento frente los crueles rumores que la han machacado constantemente como figura pública. En esta letra, Nikki García se enfrenta a sus depredadores con una canción en el que la voz toma todo el protagonismo, casi alzándolo a un rock minimalista y personal.
Nikki, con su tono desgarrado, pero firme, se convierte en una invitación a transformar el odio ajeno en combustible para el crecimiento, la dignidad personal y la autoafirmación.
“Aprender a vivir implica enfrentar estos desencuentros sin rendirse ni dejarse desanimar. Que las personas ejerzan su derecho a opinar, a menudo con rabia, no significa que sus voces sean autorizadas y que debamos seguirlas. De hecho, la rabia ajena se convierte en el abono de las expresiones artísticas más apasionadas y de las decisiones personales que realmente nos empoderan”, ha explicado Nikki sobre este sencillo.
Vivir plenamente implica aprender a lidiar con la hostilidad, con el dolor de no ser aceptados y tal vez ni siquiera comprendidos. Una tarea ardua en un mundo hiperconectado donde lo que somos, lo que decimos y lo que hacemos, aparece expuesto a todas horas, a merced de comentarios hirientes, crueles y anónimos que a nadie comprometen.
En el videoclip de La Rabia, el director de cine Pablo Maqueda exhibe a Nikki García como un animal doliente que se arrastra y se revuelve, en consonancia con la música. Del sufrimiento extrae la energía para encararse a la cámara y exhibir su resistencia con una mirada que conmueve e intimida. Rodado en plano secuencia, el vídeo cautiva tanto por los movimientos ansiosos de la cámara como por el magnetismo de la artista, logrando que el espectador perciba música e imagen como un todo en un notable despliegue de fortaleza.