Este viernes se estrena “Alas blancas”, la segunda parte del éxito cinematográfico WONDER, basado en la novela de R.J. Palacio. En esta ocasión, la cinta del director Marc Forster está protagonizada por Helen Mirren y Gillian Anderson como cabezas de cartel, pero sin ningunear a Ariella Glaser, Orlando Schwerdt y Bryce Gheisar como protagonistas reales.
Alas Blancas cuenta la historia de supervivencia de una joven Sara Blum. Sara residía en una pequeña localidad francesa mientras ocurría la ocupación nazi en el país con sus padres. Pero la adolescente se verá empujada a buscar cobijo por Julien Beaumier y su familia.
Julien es un amable compañero de clase que después de superar la polio, le queda evidentes signos físicos de movilidad, lo que le producirá burlas por parte de otros compañeros. Julien, compartirá con Sara sus lecciones del colegio, horas de entretenimiento mientras ella se resigna a mantenerse escondida.
Mientras Sara es acogida por Julien, entablarán una preciosa amistad de superación, respeto y coraje. Una historia que, décadas después, Sara compartirá con su nieto para trasladarle el valor de la bondad en una sociedad egoísta y beligerante. Lo que se traduce en un aprendizaje necesario para las siguientes generaciones, aprended de los errores del pasado.
Una emotiva historia que prueba que las personas podemos decidir ser buenas con los demás
El emotivo drama histórico nos trae un episodio histórico repetido hasta la saciedad en el cine, pero con un cambio en el paradigma, aquí el protagonismo son las mujeres de la película. Ellas representan esa fortaleza que tuvieron de sacar de algún lado para no hundirse.
En este caso, es cierto que tenemos una historia edulcorada, romántica y fácil de digerir, pero con un mensaje muy bello y claro que ya he mencionado líneas atrás. Es una película que tiene la finalidad de entretener, más que mostrar la realidad, pero que es igualmente sobrecogedora, bonita y bien hecha.
Muy buena dirección de casting
Me he enamorado del tándem Ariella Glaser y Orlando Schwerdt, quienes han desarrollado unos protagonistas muy humildes, cercanos y perfectamente ejecutados en una interpretación tan delicada como la esperanza de Sara en algunos puntos de la trama. Se nota el esmero para mantener la mirada infantil sobre una trama demasiado madura, pero acorde al contexto histórico que se desarrolla.
Al principio me costaba entender la línea argumental de Helen Mirren y Bryce Gheisar, de verdad que he llegado a pensar que se trataba de un añadido que no aportaba nada más que la introducción. Culpa mía de no haber visto “Wonder” antes de ver “Alas blancas”. Pero al llegar al final, me he dado cuenta de que ayuda a hacer entendible el mensaje de la historia a los espectadores. Me ha gustado ver la conexión de ambos intérpretes en los papeles de abuela y nieto, había química.
En definitiva
Es una historia muy bonita, fácil de disfrutar, pero con un mensaje precioso. La película cuenta con unos intérpretes increíbles, muchos por su corta edad, se han engrandecido en esta producción y han creado unos personajes tan tangibles como creíbles.
No sé si se convertirá en una película de culto sobre la Segunda Guerra Mundial, pero sí sé que es una película perfecta para compartirla con adolescentes, pues no generará un trauma ver los efectos de la invasión como podría ser “El Pianista”, “La vida es bella” o “El niño del pijama de rayas”. Considero que la forma en que el guion se ha centrado en llegar a un público que empieza a ser maduro, que necesita vislumbrar el pasado para entenderlo y “Alas Blancas” lo hace perfectamente. Es un peliculón.